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Rodríguez La Rata

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Le avisan que en un coche abandonado en una plaza duerme un hombre y él responde que va a mandar a remover el coche


Buenos Aires es la ciudad con el electorado más exigente y sofisticado del país. Y eligió a estos para que la gobiernen. Das asco Buenos Aires.

Enredos D'espósitos

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Todo lo que Leonardo D'Espósito no supo decir de Tierra de los Padres


por Oscar Cuervo

De las críticas aparecidas hasta ahora de la película Tierra de los Padres hay una que se destaca por su mezcla de ineptitud y mala fe: me refiero a la que hizo Leonardo D'Espósito en el diario BAE. Una posición imprecisa y vacilante se anuncia ya entre el título y la bajada de la nota:


Un proyecto documental sobre la violencia argentina
Tierra de los Padres, un debatible ejercicio de cine político

¿Qué será para D'Espósito un "proyecto documental"? Un lector que no se haya informado por otros medios puede creer que no se está hablando de una película estrenada, sino de una que se halla "en proyecto". La bajada no termina de resolver la imprecisión: el proyecto pasó a ser ahora "un ejercicio", que, además, es tildado de "debatible", como si alguna película no lo fuera. Esta falta de precisión para titular expone desde el primer momento la dificultad de su autor para llamar a las cosas por su nombre y, sobre todo, su incomodidad por impugnar la película disimulando los motivos que lo llevan a hacerlo. La reseña dice esto:

El film Tierra de los Padres se ganó, antes de su estreno, el mote de “polémico” al no haber sido seleccionado en las pasadas ediciones de los dos mayores festivales de cine del país, el de Mar del Plata y -especialmente- el Bafici. Hubo acusaciones cruzadas y se habló incluso de censura, de ajustes de cuentas políticos, etcétera. Más justo sería decir que el film puede gustar o no, y que la selección depende de criterios subjetivos. El hecho de que el film se proyecte en la Sala Lugones del Teatro San Martín en exclusiva debería cerrar cualquier polémica.

¿Por qué, en parte estas discusiones? Porque el segundo largo de Nicolás Prividera (realizador de la notable M, donde cuestiona la historia reciente argentina a partir del secuestro y desaparición de su propia madre durante la dictadura) es un ensayo que toma textos históricos que se relacionan con la vida -y la violencia- política en la Argentina del último siglo y medio. Se suceden discursos de Rosas, de Sarmiento, de Alberdi, de Hernández, de Guido y Spano, de Ascasubi, de Eva Perón, de Walsh y de muchos otros, leídos en el cementerio de la Recoleta, ese lugar donde han quedado guardado (no solo) los restos de las familias patricias de nuesteo país. Mientras, vemos también el trabajo de los empleados del cementerio, algunos visitantes, los constantes gatos, las esculturas. Este sector del film, que es el que ocupa casi toda su duración, está enmarcado por un prólogo donde, al son del Himno Nacional, vemos imágenes documentales de actos de violencia política desde principios del siglo XX hasta 2001. Al final, con el “Va pensiero” de Verdi, un largo plano aéreo recorre los alrededores del cementerio, los une a la villa de Retiro en el mismo movimiento y se adentra en el Río de la Plata. El film es, claro, un ensayo político totalmente subjetivo y una toma de posición.

Decir que la película no tiene su belleza, que los textos no son interesantes o que el film no tiene suficiente potencial como motivo de discusiones. Pero no cinematográficas: el gran problema de la apuesta de Prividera es que se reitera, que, incluso si se trata de textos dispuestos cronológicamente, repiten una situación que no ha cambiado. O sí: hoy en las escuelas nadie glorifica a Roca, y se condena la masacre de Plaza de Mayo en 1955. Si el objetivo es hablar de un discurso “de los vencidos”, hay que decir que hoy ese discurso forma parte de nuestro acervo, que no somos ingenuos ante esos elementos. Pero esto, se dijo, es materia discutible: lo que es indiscutible es que el film se vuelve redundante en la medida en que sigue al pie de la letra su procedimiento, sin cuestionarlo y sin provocar en el espectador la necesidad de ir más allá de él. Cerrado en sí mismo, subrayado y sobre explicado, queda como un intento logrado a medias.

De los tres párrafos de que consta la reseña, D'Espósito dedica uno entero a discutir el mote de "polémico" que el film se habría ganado. Un desperdicio de espacio que le impide fundamentar más extensamente su análisis sobre la película. D'Espósito no dice quién motejó de "polémico" al film; quien fuera que sea, no es un mote que la película reseñada reclame para sí, sino algo que le ha sido endosado desde afuera. En todo caso, es bastante torcido discutir si la película es o no polémica, cuando en realidad lo que el crítico quiere hacer (si bien de un modo vacilante) es polemizar con ella. D'Espósito, después de referirse vagamente a la exclusión que la película sufrió por parte de los festivales de Mar del Plata y Bafici, despacha el asunto descartando un "ajuste de cuentas político" (¿por qué lo dirá?) y alegando que "la selección depende de criterios subjetivos", como si pudiera ser de otra manera. Lo curioso es que, de pronto, D'Espósito concluye que el hecho de que ahora la película se proyecte en la Sala Lugones "debería cerrar cualquier polémica" (?). No se entiende por qué tanto apuro en cerrar toda polémica ni de qué modo una polémica quedaría cerrada cuando la película recién se estrena, en la sala Lugones o en cualquier otro sitio.

Lo evidente es que D'Espósito mismo no puede, aunque parece desearlo, cerrar toda polémica, porque en el párrafo siguiente retoma las discusiones que acaba de dar por cerradas. Después de describir un poco toscamente la estructura del film, sin entrar en precisiones que podrían servirle para pensarlo, concluye que las discusiones se deben a que "El film es, claro, un ensayo político totalmente subjetivo y una toma de posición". La misma subjetividad que antes le sirvió a D'Espósito para esquivar una discusión sobre los criterios de exclusión de los festivales ("el film puede gustar o no, (...)  la selección depende de criterios subjetivos") le sirve ahora para explicar una discusión sobre la película ("El film es, claro, un ensayo político totalmente subjetivo y una toma de posición"). ¿En qué quedamos? ¿El ser "totalmente subjetivo" nos exime de polemizar o nos conduce a la polémica?

Pero, además, ¿podría un ensayo político no ser subjetivo? ¿debería no serlo? Sería interesante que D'Espósito se extendiera al respecto, para poder dar cuenta de su propia subjetividad. Ya que habló de la subjetividad de los programadores y de la del director de la película, sería muy enriquecedor para su lector que D'Espósito explicara mejor su posición respecto de la subjetividad de un ensayo político. Después de todo, una crítica de cine es una toma de posición y también un ensayo político (sobre todo si el film criticado es un ensayo político). Sería enriquecedor, pero D'Espósito no es capaz de hacerlo.

La cosa se pone sumamente interesante en la primera oración del tercer párrafo, porque D'Espósito escribe una frase sintácticamente defectuosa en la que su posición frente a la película se retuerce en un nudo semántico: "Decir que la película no tiene su belleza, que los textos no son interesantes o que el film no tiene suficiente potencial como motivo de discusiones". Todo un síntoma esta oración unimembre: ¿quiso decir o no quiso decir D'Espósito que la película "no tiene su belleza, que los textos no son interesantes o que el film no tiene suficiente potencial como motivo de discusiones"? Nunca lo sabremos.

En los últimos renglones, la reseña d'espósita obra por acumulación de objeciones no fundamentadas y contradictorias: el "gran problema" de la película sería, por un lado, que los textos "repiten una situación que no ha cambiado" (si fuera el caso que la situación no ha cambiado, ¿por qué eso sería un problema de la película?); pero, por otro lado, D'Espósito abandona rápidamente la idea de que la situación no cambió, y pasa a afirmar que cambió, ya que "en las escuelas nadie glorifica a Roca, y se condena la masacre de Plaza de Mayo en 1955". Es un poco absurdo que se le objete algo a una película y que seguidamente se le objete todo lo contrario.

Hacia el final del enredo, D'Espósito parece decidirse a mostrar el motivo de su disgusto: supone que el objetivo de la película es "hablar de un discurso “de los vencidos”". Lo cual sólo se desprende de la mala lectura que él hace de un cartel que aparece al comienzo de Tierra de los Padres, lectura que no da cuenta del dispositivo completo del film, sino de su confusión d'espósita. Porque el cartel en cuestión no propone como objetivo del film "hablar de un discurso de los vencidos", sino lo siguiente:

"El cementerio de la Recoleta es el más antiguo de Buenos Aires. En 1881, en coincidencia con la formación del estado moderno, se lo transformó en una necrópolis; una simbólica ciudad dentro de la ciudad, en la que los mausoleos de los 'padres fundadores' trazan un recorrido por la historia oficial. Sin embargo, esta historia también puede ser leída desde la perspectiva de los vencidos..."

Es decir: además de la historia que se propusieron contar los vencedores a través del relato que instaura la necrópolis, la historia también puede ser leída desde la perspectiva de los vencidos. La película propone una operación más compleja que la de "hablar el discurso de los vencidos", dado que el "sin embargo... también" propone una disyunción inclusiva. De hecho, eso es lo que el film realiza, no excluir un relato, sino incluir también, junto con ese relato, otro. Y, además, otros (esta pluralidad se le escapa totalmente a D'Espósito, obnubilado tal vez por el temor de escuchar el discurso de los vencidos). Porque en la película se escucha, y de manera abundante, el discurso de los vencedores.

Muy distinto sería el caso si la película asumiera una voz que condenara a unos y aprobara a otros, como una mera inversión de la historia oficial de los "padres fundadores": si, por ejemplo, condenara el asesinato de Valle y aprobara el de Aramburu, cosa que Prividera a todas luces no hace. Incluso sería una película muy distinta si una voz condenara a ambos asesinatos por igual. Tierra de los Padres no hace nada de todo esto. Al trasmitir esa idea, D'Espósito está informando mal a sus lectores acerca de lo que la película es.

Lo más inquietante del dispositivo cinematográfico de Tierra de los Padres es algo que D'Espósito ni siquiera escuchó: el silencio posterior a cada cita de Sarmiento, Alberdi, Hernández, Mitre, Evita, Ocampo, Massera, Walsh; y aún de las más difíciles de reducir citas de Mallea, Girondo, Gianuzzi... Silencio del que tiene que hacerse cargo el espectador, apropiándose de un espacio de indeterminación en el que puede elaborar y decidir su propia posición. Es notorio que cuando Prividera aparece como personaje dice el poema de Joaquín Gianuzzi -citado en el post anterior- que, aunque no pretende asumir un posición neutral ni equidistante, no está escrito desde una u otra trinchera sino desde una distancia poética. Distancia que no deja de ser política, pero que instaura una enunciación diferente respecto a los partes de guerra y otros discursos polémicos.

Cerrado en sí mismo, confuso y sub explicado, el comentario de D'Espósito queda como un intento totalmente malogrado de polemizar con Prividera.

NOTA: Tierra de los Padres sigue en cartel en la Sala Lugones hoy a las 14:30, 17:00, 19:30 y 22:00, y a partir de mañana jueves en nuevos horarios: 14:30 y 18:00 hs. Ver agenda de la Sala Lugones.

La otra con Vatayón Militante

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presentan al Príncipe en la película La Cocina
¿Que no? ¿cómo que no? 
Este viernes a las 21:00 hs. en Perón 3649 - Entrada Gratis

por Oscar Cuervo

Este viernes va a ser una buena ocasión para encontrarnos con los amigos de Vatayón Militante a ver La Cocina, la película con el Príncipe, Gustavo Pena Casanova, que hizo Willy Villalobos pocos meses antes de que el gran músico uruguayo se muriera. La idea de hacer la proyección surgió la semana pasada cuando fuimos con Willy al programa que Hank Soriano, Lucas Carrasco y Zamba Yonni tienen a la noche en Radio América. La película se va a pasar a las 21 horas en Cusca Risún, Tte. Gral.Juan D. Perón 3649, barrio de Almagro, con entrada gratis. Apenas termina esto, habrá tres números musicales: Matías Chaher (rock), Numa Péres (tango) y el uruguayo Leo El Malo.


A propósito de Vatayón Militante, esta semana tuve la ingrata experiencia de ver al psicópata miserable de Sergio Shoklender diciendo infamias sobre estos compañeros en el programa de los lobbystas de Magnetto, Tenembaum y Zlotogwiazda, quienes le dieron pantalla durante media hora al delincuente con el fin de permitirle aliviar su complicada situación procesal, sin hacer siquiera una repregunta al difamador que los usó como canales de difusión de sus canalladas. Shoklender trató de ensuciar la militancia cultural que hace el Vatayón con los presos de las cárceles de Devoto, Marcos Paz y Ezeiza (más de 25 talleres de tango, teatro, música, formación política y muralismo, a los que se sumarán próximamente nuevos talleres de radio y periodismo deportivo) describiendo esta labor militante como si se tratara de un proyecto de "La Cámpora" para controlar los penales, reclutar militantes y formar grupos de choque. No podía salir de mi asombro, porque conozco personalmente a Hank Soriano desde hace unos años y sé de la sensibilidad, la alegría y la inteligencia con que él y el resto de las chicas y muchachos del Vatayón encaran su compromiso militante.



Y me resisitía a aceptar que este dúo de ex periodistas se prestara dócilmente a una operación tan berreta. (Para leer la respuesta completa de Vatayón Militante a esta infamia, clickear acá)

Me da rabia que un traidor miserable como Shoklender encuentre eco en medios de enorme alcance cuando está tratando de ensuciar esta noble tarea. ¿Alguien puede creerle a esta lacra humana? Bueno, resulta que sí: el imbécil de Quintín y su pandilla de viejas conchetas mentalmente perturbadas se asustan con los cuentos del Lobo Feroz y escriben pavadas como esta:

"SS es el único que habla de ciertas cosas. Pero en su relato está la punta de un ovillo siniestro. (...) El problema acá es Bonafini. Con que se deschave la décima parte de las acciones y conexiones de esa mujer daría para que cayera el gobierno en un país civilizado. Pero ¿vos los ves digamos, a Pino Solanas o a Binner pidiéndole cuentas a Hebe? No, ella puede armar grupos paramilitares armados o mandar a toda a familia al Caribe o robarse 140 millones con Boudou de ladero. Es el descontrol total en nombre de los Derechos Humanos".

Ok, no perdamos más tiempo con esta pandilla de trastornados que abominan al kirchnerismo por lo mejor que tiene: el compromiso de los militantes populares, el mejor reaseguro de cualquier proyecto político y la envidia de los extraviados de la historia. Solo quiero agregar que ahora, después de estos ataques, me siento con más ganas de estrechar filas con los amigos de Vatayón Militante.

Pero, volviendo a lo bueno, a los que quieran irse preparando para la película del Príncipe de este viernes y aún no sepan de quién estamos hablando, les dejo esta hermosa canción suya:


Los pibes allá en la esquina
están como dibujaos
no les pagan sus pecaos
no les tocó religión
esperan la tardecita
y van hasta la placita
beben y fuman un poco
después tocan el tambor
porque esperan que en el cielo esté el amor
que no tuviste vos
¿que no? ¿cómo que no?
miralós, miralós.
Los pibes cumplen condenas
entran y salen las penas
entran y salen las penas
de su niño corazón
y tienen la valentía ayyyy
de ganarse el día dia
aunque una noche sin luna
se pierda tu encendedor.
Porque tienen mucho cielo y mucho mar
me gusta este lugar
¿cómo que no?
miraló, miraló.
Regando el patio a manguera
niña de la primavera
niña de la primavera
rega mi patio de amor
que llega otro nuevo año
que se somete a la espera
de que se haga verdadera
tu locura y tu ilusión
porque tiene mucho cielo y mucho mar
me gusta este lugar
¿cómo que no?
miraló, miraló.

Para conocer al Príncipe

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Antes de ver La Cocina (hoy a las 21:00 en Cusca Risún, Tte. Gral.Juan D. Perón 3649, barrio de Almagro, con entrada gratis).









Esta entrevista fue realizada por Alejandro Ferreiro para radio El Espectador de Montevideo en el año 2003. Los dibujos que ilustran la entrevista fueron realizados por el propio Príncipe.

Just shut up and look at the sky

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Ustedes sabrán disculpar la obsesividad con que vuelvo una y otra vez al mismo paisaje, pero es que no pasan.



Im gonna tell you how amazing love is cos that what i'm told you like
and Im gonna describe how a sunset made me cry, yeah right.
and Im gonna throw you a shit load of adjectives you can arrange
into magnificent explanations of why you and your associations are really not so strange.

I'm gonna advise that all the small things in your life should all be kept
and ill deliver vague reasons for all your impeachments that you'll accept.
i will paint pictures posing elegantly as scriptures on self help
reaffirming that yearning for riches wont always get you what you know as wealth.

But what of today?
And I know the horizon seems miles away
but your already on the line
you been standing there for such a long long long long time.

Just shut up and look at the sky
shut up and look at the sky
just shut up and look at the sky
shut up and look at the sky.

I'm gonna tell you how I sat down in field with a beautiful girl
and the ambiance was so fucking perfect I reassessed my world
i'm gonna need you believe that your soul can be cleansed
and that just for a moment i know you wont think of the bad again.

And i'll yak about beauty and though i know you see through me you'll agree
with all my beaten up metaphors my client-less set of whores left on the street
and my words are so vague they cant help but relate to something in you
and ill chisel a fable that makes you feel able to see things through.

But what of today?
And I know the horizon seems miles away
but your already on the line
you been standing there for such a long long long long time.

just shut up and look at the sky
shut up and look at the sky
just shut up and look at the sky
shut up and look at the sky

Vengan Juntos

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Veatles + Vatayón





VERDADES Y VICTORIAS

1. El Vatayón hace política.

2. El Vatayón Militante realiza, realizó y realizará actividades junto a cualquier otra agrupación compañera que aporte al trabajo y al desarrollo de inclusión, igualdad y valores democráticos del proyecto nacional y popular que encarna nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

3. El Vatayón se llama así por la batalla cultural que consideramos siempre presente, y se escribe con V e Y porque consideramos que cada vez que alguien nos corrige, hemos dado un pasito más adelante en esa batalla. Del mismo modo, la V representa la Vuelta, la Victoria y la Verdad.

4. El Vatayón Militante tiene más de 25 talleres de tango, teatro, música, formación política y muralismo, repartidos entre los penales de Devoto, Marcos Paz y Ezeiza. Muy pronto, lanzaremos nuevos talleres de radio, periodismo deportivo y ampliaremos los talleres existentes. El Vatayón Militante está conformado por no más de 50 personas.

5. El Vatayón no recluta militantes en los penales. Pero siendo una agrupación política con intenciones de construir, justamente desde la democracia y la política, no es ajeno a que la única manera de poder trabajar en donde se necesite, es con militantes. Al Vatayón pueden entrar cualquier tipo de personas, tanto personas privadas de su libertad, como personas no privadas de su libertad, y es a libre elección de dichas personas. Con lo cual, si algún interno decide militar con el Vatayón desde adentro, o una vez en libertad, tendrá, consecuentemente, la libertad de hacerlo, y jamás será una condición para participar de ninguna de nuestras tareas.

6. El Vatayón Militante no dará ni un paso atrás en su construcción, porque así consideramos que se hacen las cosas, así es como trabajamos, y así avanzamos.

7. V!

Hank Soriano
Referente del Vatayón Militante
(Este domingo a la medianoche en La otra.-radio. FM 88.7. Online)

One thing I can tell you is you got to be free

Reposar en la revuelta

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Sobre Figuras de guerra, de Sylvain George



por Oscar Cuervo

Pasa con las grandes obras de arte que logran abrirnos a una renovada comprensión del mundo sólo en la medida en que ponen en cuestión sus propios procedimientos. Porque ni el mundo ni el arte (ni el cine, por caso) son obvios: su función y su sentido no terminan de definirse ni nos permiten reposar en ningún clasicismo. No hay soluciones que la filosofía pueda dar como receta para todo uso. La ciencia nos brinda imágenes volátiles del mundo pero hay algo que ella no puede pensar: a sí misma. El mundo insiste en reclamarnos siempre una comprensión nueva. El cine puede aportar mucho en este desafío: volver a mirar, ver nuestro acto de mirar a la vez que la imagen vista, desplazar la etiqueta, el zócalo y la voz en off que acompañan a cada imagen en nuestra experiencia mediada por las pantallas. Justo el cine puede permitirse revolver lo que miles de horas de televisión y pantallas de computadora han terminado empastando.

Lo extraordinario de Qu'ils reposent en révolte -la película de Sylvain George que acaba de estrenarse en la sala Lugones con el título de Figuras de guerra- es la forma con que nos convoca a renovar nuestros ojos frente a fenómenos sobre los que creemos saberlo todo. No hay palabras para explicar desde afuera este mundo que nos muestra -no las hay literalmente en la película, más allá de las que aparecen escritas en las paredes o son dichas por sus protagonistas, es decir: a los signos sólo se les permite entrar en tanto signos que percibimos y no como explicación de lo que percibimos. El cine, piensa Sylvain, no tiene que contarnos o explicarnos lo que pasa: sino dejarnos ver.

Lo que sabíamos hasta ahora sobre el trato que Europa les da a los inmigrantes queda abolido por un acto de cine. El pacto que Sylvain entabla con ellos y con nosotros en las dos puntas del acto cinematográfico no le permite sentarse a explicar la extrema inestabilidad que amenaza la vida de los inmigrantes, sino que nos invita a inestabilizarnos junto con él y con ellos. Para eso, el director francés apela a un recurso que es a la vez poético y epistemológico: extrañar la mirada, descentrarla, sacarla de quicio, quitarnos la tranquilidad del reconocimiento, para que aparezca la perplejidad de la visión. Es que no hay nada mejor que esa inestabilidad para conocer el fundamento precario de la vida que vivimos los que tenemos lo que a los inmigrantes les falta: una casa donde reposar, una agenda para el día, para la semana, para el año siguiente. Esa precariedad que se nos aparece distorsionada en la agenda mediática como "inseguridad". En lugar de eso, la película nos invita a ver el mundo al lado de esos inmigrantes a los que el poder capitalista no les da tregua, porque les ha declarado una guerra sin descanso, a sol y a sombra. Ver al lado de ellos, no en lugar de ellos ni tampoco contra ellos, sino junto a ellos, acompañándolos sin fingir que después nos vamos a quedar con ellos, porque no nos vamos a quedar, la película se va a terminar y nos vamos a ir. Entonces hay que hacer algo para que el acompañamiento de esos que han sido despojados de todo, para que esa excursión cinematográfica por el lado inestable de el mundo no se transforme en un acto frívolo, para que nos cuestione en interioridad.

A ver si me sale más preciso, sin que suene a lugar común: tiene que pasarnos algo íntimo en esas dos horas y media en las que acompañamos a Sylvain George acompañando a los inmigrantes afganos, africanos, serbios: llegar a hacer contacto con esas personas concretas que nos aparecen, mirar sus ojos, sus sonrisas, las yemas de sus dedos, percibir el grano de su voz y la textura de su piel, sentir que no son ejemplares que ilustran una vaga noción de "inmigrantes ilegales" que manejamos con cierta naturalidad, no son ejemplares sino personas que en este mismo momento deben seguir ahí en la zona inestable del mundo (si es que tienen la suerte de seguir vivas). Lo que hace la cámara de George es reintegrarlas al mundo, ponerlas en contacto con los elementos naturales, devolverles con nuestra mirada la singularidad que el sistema de persecución les obliga a borrar. Es una empresa casi desesperada proponerse eso, lo común es que vayamos un rato al cine y después volvamos a ubicar nuestras expectativas en los términos de la seguridad y las amenazas a nuestra seguridad. "Cada inmigrante es una bomba de tiempo" dice una de las pocas frases que el director planta en la pantalla para que la consideremos. Es una frase ambigua a más no poder, porque hay que ver quién la dice y a quién se dirige: tiene una lectura policial y otra poética, y el espectador puede ponerse en una o en otra de esas posiciones.

Está visto: no se puede cuestionar el mundo con una película si no se cuestiona a la vez, por el mismo precio de la entrada, la existencia misma del cine. George podría lograrlo con nosotros, con sus imágenes vibrantes, inestables, de alto contraste, que reposan en la revuelta.

***

Agregado: cuando Qu'ils reposent en révolte fue premiada en el el Bafici 2011 su director no pudo estar presente para recibir el premio. Mandó una carta dirigida "al Bafici", es decir, a los que fuimos, estuvimos o formamos parte del festival y, más concretamente, a los que se hallaban en la entrega de premios (parecería que George no deja de pensar ni por un momento en personas concretas, que no puede pensar en términos de "público", "críticos" y etiquetas así). Lo cierto es que en esa ceremonia imperaba un ambiente frívolo que a ningún habitué del Bafici macrizado de los últimos años debería sorprender. La carta fue recibida con sorna por un grupo de cineastas porteños salidos de la FUC que quieren disfrutar, sobre todo, de las fiestas del evento, y que no tienen ganas de pensar en nada, menos que menos en lo que ellos mismos se han vuelto. Esta es la carta burlada por los chicos de la FUC:

Las amistades extranjeras (carta al Bafici)


Buenas tardes/noches
Queridas amigas, queridos amigos,

Razones independientes a mi voluntad hacen que no pueda estar esta noche físicamente en este lugar con ustedes para recibir los premios que han sido atribuidos a mi película «Qu’ils reposent en révolte (Des figures de guerres)».

Esta película es mi primer película (mis otras películas han sido realizadas en paralelo), sobre la cual trabajo desde mis inicios cinematográficos hace ya cinco años, y en la cual toda mi energía, toda mi atención han estado concentradas estos últimos años.

Esta se centra en describir las consecuencias de las políticas migratorias actuales sobre las principales personas implicadas: los migrantes. Políticas que son ante todo políticas experimentales, como lo son los dispositivos encargados de traducirlas y luego susceptibles de dirigirse a la gran mayoría de ellos: tribunales y justicia de excepción, controles, hostigamiento y violencias policiales….

La acción se desarrolla en Calais, ciudad cuyo nombre es conocido a través de las fronteras. Una ciudad como una zona gris, un intersticio, un espacio de indistinción entre la excepción y la regla. Allí los individuos son tratados como criminales, son despojados, «desnudados» de sus más elementales derechos que hacen de ellos sujetos de derecho, y reducidos al estado de cuerpos experimentales, de «cuerpos puros», o «vida desnuda».

A estas zonas de excepción conviene responderles creando el verdadero estado de excepción: situaciones y espacio-tiempo singulares en los cuales la integridad física y psicológica de los seres y de las cosas son restituidas a sí mismas. Un individuo, sea quien sea, es profundamente irreductible; no puede reducirse a las representaciones sociales y raciales que una sociedad puede tener sobre él. El cine es un medio cuyos recursos profundos (juego sobre el tiempo y el espacio) permiten desnudar los mecanismos que actúan en las representaciones dominantes y mediante ellos mismos, iniciar un proceso de emancipación, un procesos revolucionario en el sentido profundo del término: la capacidad, en cada momento, de poder cambiar el curso de las cosas.

Al espacio preorganizado, disciplinado, se opone un espacio movedizo, caracterizado por otro tipo de distribución: una distribución «nómade», sin cercos ni medidas, en la cual los hombres se distribuyen en un espacio abierto, ilimitado, o al menos sin límites precisos. Este movimiento se definiría como un movimiento de liberación, continuo, siempre reiniciado, y que desborda permanentemente las estructuras y los marcos de pensamiento establecidos. Lo que cuenta, ya no es la asignación de perímetros fijos, sino el movimiento y las relaciones (discordantes) entre los seres y las cosas. La frontera se vuelve frágil, pasadizo, intersticio entre dos espacios y el territorio es inseparable de lo que lo excede, de la relación con su propio afuera. Orillas, umbrales que substituyen a las fronteras y a los corrales. El espacio ya no es homogéneo, sino heterogéneo y múltiple, y se le quita a la multitud una representación bio-política, disciplinaria, del cuerpo social, de la masa… Por lo tanto el tema es no tanto orientarse y ubicarse, sino más bien conocer gente.

A la reducción de los mundos a uno solo, visión autoritaria del poder político dominante, el cine propone un proceso de desmultiplicación del mundo.

Quisiera muy sinceramente agradecer al Bafici, a su director, a sus programadores, a todo el equipo, que tuvieron la bondad, fraterna y política, de seleccionar y programar mi película en competencia internacional. Es sumamente importante, hoy quizás más que nunca, que espacios como este puedan existir y dar a ver, leer y escuchar pensamientos, palabras, imágenes y visiones minoritarias.

Quisiera agradecer muy sinceramente a los miembros de los dos jurados que decidieron acordar estos dos premios a mi película. Con estos gestos, otorgan un espacio de visibilidad extremamente importante a una película considerada como «difícil», a veces «molesta», tanto por el tema como por el lenguaje cinematográfico empleado. Es también una recompensa a una empresa que fue extremadamente difícil de llevar a cabo desde el punto de vista material, económico y político. Más fundamentalmente, veo aquí un incentivo y una ayuda extremadamente importantes para mis inicios cinematográficos, y para las películas por venir.

Estoy muy feliz de recibir estos tan importantes premios en Argentina, entre otros motivos porque esta película sin dudas terminará su recorrido en los festivales aquí, en Buenos Aires. La primera proyección tuvo lugar en Francia en un gran festival, el Fid Marseille, con una primer versión que yo consideraba como todavía no del todo acabada. La última tuvo lugar acá, en este otro muy gran festival, el Bafici, con su versión definitiva.

Me alegro tanto más porque tengo una relación extremadamente singular con este país, ya que despierta en mí recuerdos muy profundos: en efecto, durante mi infancia y adolescencia, y como mis primeros gestos políticos, he participado en numerosos encuentros y fiestas de apoyo a los opositores a la dictadura en Argentina. Argentina era un país muy alejado y sin embargo extremadamente cercano. En el espacio y en el tiempo.

Para terminar, y ustedes me disculparán de querer brevemente pronunciar algunas palabras aparentemente simples y banales, quizás intrascendentes, pero que son para mí muy importantes. Quisiera ante todo saludar muy calurosamente a los demás cineastas presentes en el Bafici, en competencia o no. El hecho de que las películas no sean recompensadas no significa en lo más mínimo que sean menores, menos interesantes, importantes o significativas.

Quisiera también dirigir fraternos y trans-históricos saludos a un cineasta muy conocido en Argentina, pero que recién empieza a tener renombre en Francia. Un cineasta que descubrí hace poco en la Cinemateca Francesa y cuyo trabajo me interesó y maravilló profundamente. Un cineasta con una gran integridad y moral, desaparecido por la Junta militar. Me refiero a Raymundo Gleyzer.

Finalmente, quisiera dirigirme a ese joven, a esa joven, que no conoce a nadie, que se siente perdido, que no sabe adonde ir, que no logra encontrar su lugar en la sociedad, que tiene el sentimiento de arrancar de cero y de ser devuelto incansablemente a ese lugar aparentemente vacío. Que tiene 18 años, en el amanecer de su vida, y que sin embargo ya tiene la sensación de ser un anciano. Porque la rabia lo ahoga, porque la rebelión vive en él y se vuelve contra él. Quisiera dirigirme a ese joven, a esa joven, que piensa que ciertos mundos le están vedados, porque está preso en una clase social, forzosamente desfavorecida. A ese joven, a esa joven, que sueña por ejemplo con hacer películas, con hacer cine, pero piensa jamás poder lograrlo, ya que viene de un medio demasiado modesto, ya que lo frenan barreras culturales y simbólicas, a él, a ella, quisiera decirle que no pierda la esperanza, que no abandone, que permanezca atento a sus deseos. Estos deseos son océanos de llamas capaces de destruir las columnas del cielo, los mitos, las representaciones dominantes y estigmatizantes, también capaces de darle cobijo a lo desconocido, lo imposible. A él, a ella, quisiera decirle que no desespere, no abandonar, y pelear. Pelear por lo que uno cree. Pelear por uno mismo, como por los demás. Pelear por uno mismo como uno de los demás.

Frente a los mundos prohibidos, solo se pueden tomar caminos escondidos y extranjeros: «únicamente el capítulo de las bifurcaciones queda abierto a la esperanza» decía Auguste Blanqui, un gran revolucionario francés del siglo 19.

Caminos amigos, como solo pueden haber amistades extranjeras.

Les agradezco por su hospitalidad y por su atención.

Pronto volveré a la Argentina.

Sylvain George

Paris, 16 de Abril 2011

Los Beatles con "B" no fallan nunca

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Hoy nos calientan la medianoche
FM La Tribu. Online





También viene este:


John, Paul, George, Ringo & el Príncipe

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Un programa para descargar. 16 de julio de 2012
Descargar clickeando acá


Anoche tuvimos un programa eminentemente musical. Aunque dedicamos un bloque a analizar la actualidad política y comentamos con mucho entusiasmo la película de Sylvain George, Figuras de guerra, que se está proyectando en la Lugones, la gélida medianoche del domingo al lunes fue calentada a fuerza de canciones geniales: The Beatles y El Príncipe.

The Beatles: Sun King, Dont Let Me Down, One after 909, Because I Know You Love Me So, It's All Too Much, I Want You (She's so Heavy), Here Comes the sun, Golden Slumbers, Carry That Weight, The End, Dig a Pony, For you Blue, I've Got a Feeling, PS I Love You

Del Principe pasamos en primicia mundial tres temas absolutamente inéditos, extraídos de las sesiones de filmación de la película La cocina. Los temas: La polenta, Chiquito y el genial Back to. Yo que usteder no me los perdería. Pueden descargar el audio clickeando acá: acá.

La niña que iluminó la última mañana del mundo

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por Gabriela López Zubiría

¿Qué hacer?

¿Acaso tiene sentido invertir este precioso y escaso tiempo en pensar?

Primero fue la incertidumbre, la sospecha. En la radio sólo suena música, la TV sólo pasa viejas películas. Por suerte existe Internet.

Resulta que desde las primeras horas de ayer circula el rumor de que el asteroide “Arcángel” (¿quién los nombra?) colisionará con la tierra entre las 3 y 4 a.m. de mañana. Tras varios años de investigación e intentos fallidos la trayectoria no pudo desviarse y eso lo dicen, con pesar, renombrados científicos de todo el mundo. Frente a la contundencia de la cita de autoridad el rumor adquiere peso de verdad.

No es mucha información, es cierto, pero es suficiente para que el terror se instale. Somos humanos, la finitud de la existencia nos aterra.

Reviso youtube. Todas son noticias viejas.



¿Qué hacer?

Sigo revisando videos. Los más proactivos se dedican al saqueo pero, ¿tiene sentido la acumulación ante la inminencia del fin del mundo?

Algunos lloran y se abrazan con desconocidos, otros rezan.

Los convencidos saltan de las azoteas y se estrellan contra el pavimento.

Las calles, entre saqueos y suicidas, se complican.

Los descreídos se indignan: “no pasa nada, es otra maniobra del gobierno para desviar el foco de la opinión pública. Cómo si no fueran capaces de hacerlo!”.

Cae la tarde, hace horas que no hay registro de actividad alguna. Me asomo a la ventana, las calles parecen desiertas. ¿Así se verá mañana? ¿Veré la mañana? ¿Importa?

Ya es tarde y tengo sueño, mejor me voy a dormir.

¿Dolerá? Eso sí me preocupa.

- Buenas noches.

El fracaso del relato del relato

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por Oscar Cuervo

Desde hace años, el arco de la derecha argentina viene repiqueteando el relato del relato: según ellos, el kirchnerismo consiste apenas en un relato engañoso, que finge una apariencia progresista pero es profundamente reaccionario. Para los escribas de la derecha que vienen rezando el relato del relato, el discurso progresista K encubre, básicamente, a un grupo reducido de codiciosos que usa el poder para enriquecerse mientras engaña a la gran mayoría con espejitos de colores.

Curiosamente, estos voceros del establishment (Pino Solanas, Tomás Abraham, Martín Caparrós, Jorge Lanata, Jorge Fernández Díaz, Fernando Iglesias, Roberto Gargarella, Alfredo Leuco, entre varios otros que se desempeñan con capacidades discursivas diversas, pero siempre en el mismo sentido) adjudican al kirchnerismo una obsesión por el relato, pero son ellos lo que le atribuyen a las palabras un poder casi absoluto. Le confieren una eficacia política que, no obstante, son incapaces de neutralizar con un "contra-relato". Si el relato kirchnerista fuera tan burdo, tan fácil de desmontar, y si estuviera tan peleado con los datos de la realidad, ¿cómo es posible que el contra-relato antikirchnerista no conquiste la adhesión popular? Los voceros derechistas explican que el relato kirchnerista se impone por repetición, amplificado por un sistema de propaganda oficial, que, inverosímilmente, estaría integrado por 678, Tiempo Argentino, Página 12 y otros medios de alcance limitado. ¿Puede ser que un conjunto de falacias fácilmente desmontables pueda triunfar en la persuación popular desde plataformas tan débiles, mientras desde los medios más poderosos del país un contra-relato repetido con pocas variantes no logra conquistar adhesiones masivas? ¿No será el relato antikirchnerista del relato kirchnerista un engaño autocomplaciente de la derecha que no acierta a explicar las causas de su reiterado fracaso comunicacional, a pesar de que vienen empleando todo su poder de fuego?

Hoy el diario La Nación trae una columna de opinión firmada por Alejandro Katz que reitera la enésima variación del contra-relato:

"Hace ya más de ocho años que el gobierno de los asuntos públicos ha recaído en un grupo que, tímidamente al principio, y más estruendosamente a medida que percibía los réditos de la estrategia, ha venido reclamando para sí la titularidad del ideario progresista. (...)

"Con escasa sofisticación intelectual, pero con alta eficacia política, el discurso oficial organizó dos campos simbólicos: el de los buenos y lo bueno, ocupado por el pueblo y sus abnegados gobernantes, acompañados por una creciente nomenklatura y secundados por grupos de académicos e intelectuales que ocupan los medios escritos, personajes famosos de una cultura glamorosa que se expanden por la radio y la televisión y un lumpemproletariado útil para disputar la calle, y el de quienes encarnan el mal: los medios "monopólicos", los empresarios ambiciosos, los nostálgicos del neoliberalismo, los lacayos del pensamiento hegemónico, los imprecisos imperios siempre amenazantes. (...)

"Fundado sobre una serie de falacias, abonado por abundantes dosis de hipocresía y cinismo, enunciado por funcionarios que carecen de cualquier antecedente que haga verosímil la adopción tardía de un sistema de ideas y valores ajeno a sus tradiciones políticas y a sus prácticas corrientes, el "discurso progresista" del Gobierno ha resultado eficaz no sólo para integrar en sus filas a importantes sectores de opinión -que no distinguen, o simplemente disimulan, la distancia entre los valores declarados y los intereses defendidos-, sino también para silenciar a una oposición que, ingenua o cómplice, fue dejada sin habla, subyugada muchas veces por gestos engañosos a los que acompañó como si fueran verdaderos. Un discurso sesgado a la izquierda que, combinado con prácticas profundamente reaccionarias, satisfizo durante muchos años a un porcentaje muy amplio de la población. (...)" (Leer completo acá)

El relato del relato, así enunciado, contiene la posibilidad de su propia refutación: ¿cómo es posible que un discurso urdido con "escasa sofisticación" tenga "alta eficacia política"; que una división maniqueísta entre "abnegados gobernantes" y "lacayos del pensamiento hegemónico" fundado sobre una "serie de falacias" y enunciado por un pequeño grupo de "hipócritas y cínicos" satisfaga "durante muchos años a un porcentaje muy amplio de la población"?. Uno podría aceptar por un momento la hipótesis de una presidenta afectada por anomalías psíquicas que la llevan a creerse un discurso fantasioso que halagan su narcisismo morboso. Pero esa es una explicación que funcionaría apenas en el terreno de la psicología personal de Cristina, sin explicar la satisfacción que esa fantasía logra "durante muchos años" en "un porcentaje muy amplio de la población".

Si yo fuera un opositor acérrimo del kirchnerismo revisaría mis hipótesis políticas, porque algo no funciona bien en ellas: la política no puede desdeñar la satisfacción de porcentajes muy altos de la población sin condenarse a ser mera comentarista de la iniciativa de otros. Y eso es lo único que los escribas de la derecha han logrado a lo largo de estos años: ser comentaristas de la "perversidad" de un presunto grupo de "impostores" poco sofisticados. La función de un auténtico contra-poder no puede ser diagnosticar el extravío psíquico subjetivo de una líder, sino superar la eficacia objetiva de esa líder a la hora de satisfacer a una mayoría persistente (¡a lo largo ya de 9 años!).

La derecha le otorga al relato K una eficacia absoluta. Y proyecta su propio fetichismo por el relato sobre el kirchnerismo. Se conforma con el relato como única explicación del éxito kirchnerista. Y acusa al kirchnerismo de estar obsesionado por el relato. Pero el relato del relato de los voceros de la derecha, a diferencia del poder engañoso que ellos le atribuyen al kirchnerismo, es ineficaz. Tanto relato del relato no logra traducirse en masa crítica para vencer al kirchnerismo en las urnas.

Ante esta encerrona autocomplaciente, la única esperanza de la derecha es que sobrevenga una catástrofe económica que saque al kirchnerismo de la cancha. Esta debacle, anunciada por años, no depende de ningún mérito de la derecha, sino del fracaso del kirchnerismo. Ninguna política duradera podrá sostenerse sobre una apuesta al fracaso ajeno.

Estoy en llamas

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Bat for Lashes en La otra.-radio
Domingo a la medianoche




Ey, nenito ¿está tu mamá en casa?
ella se fue y te dejó solo
tengo un mal deseo
estoy en llamas.

Ahora decime, nene, ¿ella es buena con vos?
¿puede hacerte las cosas que yo te hago?
puedo alzarte más alto
estoy en llamas.

A veces es como si alguien empuñara un cuchillo, nene,
afilado y mellado, y abriera un valle de 6 pulgadas
en el centro de mi alma.

Por la noche me despierto entre sábanas mojadas
y un tren de carga cruza por mi cabeza
Sólo vos podés aplacar mi deseo
estoy en llamas.



Hace poco descubrí, gracias a una recomendación de mi amigo Marcos, a una cantante inglesa increíble llamada Natasha Khan, que lleva por nombre artístico Bat for Lashes. Y quedé subyugado por su voz misteriosa y sensual. Lleva editados dos discos, Fur and Gold (2006) y Two Suns (2009). Y el primero termina con esta versión de I'm on fire, el gran tema de Bruce Springsteen al que Natasha le cambia el género (donde Bruce canta "little girl", ella dice "little boy"). La versión de Natasha es un poco más lenta pero tan buena como la original. Y al escucharla fue inevitable remontarme a una escena genial de Pallombella Rossa, la obra maestra de Nannni Moretti. En medio de un partido de waterpolo, y sin que exista ninguna justificación, alguien pone un casete con el tema de Springsteen; el juego entonces se detiene un momento y todo el estadio queda cautivado por la canción. Es una escena inolvidable, absurda, ridícula y sublime, una de esas mágicas salidas musicales por las que las comedias de Moretti se elevan a un plano superior. Ya que hablamos de esa canción, no me pude resistir a traer la escena:



El domingo escuchamos a Bat for Lashes en La otra.-radio. FM La Tribu. 88,7. Online.

Un ejército de propietarios

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Las tribus salvajes son una potencia independiente y feroz en el seno de la república. Para acabar con este escándalo es necesario que la civilización conquiste ese territorio: llevar a cabo un plan de operaciones que de por resultado el aniquilamiento total de los salvajes.

Jamás el corazón del pampa se ha ablandado con el agua del bautismo, que constantemente ha rechazado lejos de sí con la sangrienta pica del combatiente en la mano. El argumento acerado de la espada tiene más fuerza para ellos, y este se ha de emplear para arrinconarlos en el desierto.

Aceptando como auxiliar la espada, nosotros proponemos un plan sistemático de operaciones, que sirvan de baluarte al interés particular que vaya posesionándose de los campos conquistados, poniéndolo bajo el amparo de los fuegos del cañón civilizador. De este modo, podría llegar el día en que se viese el fenómeno singular de un ejército de propietarios radicados en el suelo, y siendo en consecuencia el primer apoyo del orden y la estabilidad de las instituciones.

Bartolomé Mitre, La guerra de la frontera (1852)

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Más revoluciones hemos hecho nosotros, quitando y poniendo gobernadores, que los indios por la ambición de gobernar. Es que ellos creen una cosa de la que nosotros no nos queremos convencer: que los principios son todo, los hombres nada; que no hay hombres necesarios.

Y es asunto que se presta a fecundas consideraciones, que los que aman la libertad racional se persigan unos a otros y se exterminen con implacable saña, conculcando las instituciones que ellos mismos han formulado, jurando que son sus salvadores, por la satisfacción sensual del poder; mientras que los que aman la libertad natural no quiebran lanzas en fratricidas guerras.

¡Ah!, esta civilización nuestra puede jactarse de todo, hasta de ser cruel y exterminadora consigo misma. Hay, sin embargo, un título modesto que no puede reivindicar todavía: es haber cumplido con los indígenas los deberes del más fuerte. Ni siquiera clementes hemos sido. Es el peor de los males.

Lucio V. Mansilla, Una excursión a los indios ranqueles (1870)


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Sellaremos con sangre y fundiremos con el sable, de una vez y para siempre, esta nacionalidad argentina que tiene que formarse, como las pirámides y el poder de los imperios, a costa de la sangre y el sudor de muchas generaciones.

En esta campaña no se arma vuestro brazo para herir compatriotas y hermanos extraviados por las pasiones políticas o para conquistar territorios de naciones vecinas. Se arma para algo más grande y noble: para combatir por la seguridad y el engrandecimiento de la patria, y aún por la redención de esos mismos salvajes que, por tantos años librados a sus propios instintos, han pesado como un flagelo sobre la riqueza y bienestar de la república.

Gral. Julio A. Roca, Discursos (1878)


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Estos son algunos de los fragmentos de textos leídos en la película Tierra de los Padres de Nicolás Prividera. Las últimas proyecciones del film en la sala Lugones son desde hoy hasta el domingo 22 de julio a las 21 horas, y del miércoles 25 de julio hasta el jueves 2 de agosto a las 22 horas.

No matar la palabra, no dejarse matar por ella

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En qué andaban, allá por los años 72/73, Beatriz Sarlo, Ernesto Laclau, Ricardo Piglia, Carlos Altamirano, Osvaldo Lamborghini, Germán García, Luis Guzmán, Josefina Ludmer, Oscar del Barco, Jorge Rivera, Aníbal Ford, Eliseo Verón, Oscar Masotta, Héctor Schmucler... (La respuesta este domingo a la medianoche en La otra.-radio, FM La Tribu, 88.7, online)



A los lectores también les pasan ciertas cosas. Un hermanito llega en el momento culminante de la novela (nos dice Gombrowicz), una mosca zumba justo cuando el lector llegaba al nudo del texto: el efecto se ha perdido. La operación de leer vuelve a empezar en otro, mientras algún otro intenta la aventura de un texto resistente a moscas y hermanitos. Inútil. La literatura inscripta no puede imponer su lectura. Además las palabras siempre tienen más de un sentido… y el contexto influye… el tiempo pasa. El inscriptor atiende el sentido que flota –como la mosca- sabiendo que no podrá cazarlo en el aire, como podrá hacer con la mosca si se ejercitase un poco. Incluso, suponiendo que las palabras fuesen moscas, sería muy difícil amaestrarlas de manera que siempre volasen en un sentido prefijado. Y aun suponiendo que esto fuese posible puede ocurrir que el lector interprete mal el vuelo de nuestras moscas, que tenga cierto miedo al contagio y escape de ellas, que las moscas le recuerden alguna tía siempre rodeada de moscas.

Una cierta distancia de la letra siempre será recomendable. Una distancia que permita desplegar los juegos de la palabra y haga comprender que la ironía sólo puede ser confundida con el cinismo por quienes son llevados por la fuerza (de la culpa) a sostener sus conce(p)ciones. La ironía destruye el sentido unívoco de la palabra, destruye el sentido común que asigna identidades fijas y bien delimitadas a todas las multiplicidades que reprime. La partitura del signo no puede reducirse al dos por cuatro del lenguaje común, aunque más no sea porque ya todo el mundo sabe divertirse con un juego de palabras. En las palabras aparece el empuje de una necesidad y/o deseo: se puede pedir una pizza o una prueba de amor.

Se escribe para que las palabras no sean llevadas por el viento. Biografías, cartas, comentarios de escritores en todos los tiempos, muestran un deseo de reconocimiento, una llamada dirigida a un objeto que se dibuja en un imposible que está más allá de lo real. El que escribe supone digno de memoria su mensaje, el que habla cuenta con el hecho innegable de que las palabras se las lleva el viento. La paradoja de los escritores más subversivos -piense en Sade- es que la subversión escrita se inscribe en un sistema que se repetirá.
Lenguaje que se asfixia en redundancia, redundancia que se destruye: la encrucijada de la estilística muestra que esa sorpresa que define al estilo, no dice quien resulta sorprendido. El escritor está sorprendido -sujetado- por la pasión del lenguaje aunque su escritura no llegue nunca a sorprender a nadie. 

El lenguaje hace presente lo ausente, todo valor implica una ausencia. Un pedazo de plástico transformado en la Virgen de Luján soporta toda la concepción cristiana del mundo. Si los presidentes usasen los bastones de mando para rascarse la oreja se podría hacer toda una campaña sobre la injusticia que significa que un objeto de tal valor sea usado para una función tan irrisoria. Pero no lo usan para nada, de ahí el valor indiscutible. La funcionalidad del lenguaje está en lo opuesto de su valor y la literatura quiere explicitar ese valor, no reiterar al vacío esa funcionalidad. Cuando la palabra se niega a la función instrumental es porque se ha caído de la cadena de montaje de las ideologías reinantes, proponíéndose en ese lugar donde la sociedad no tiene nada que decir.
La literatura (en todas sus manifestaciones) es una variante infinita de esa ironía que explica de qué maneera detrás de la postura de amos del lenguaje, aparece la sumisión a una palabra que siempre se anticipa.
El poder hace uso de la palabra con el fin de someter la supuesta libertad del otro: la literatura es una palabra para nada, en la que cualquiera puede reconocerse. El escritor puede adjudicarse cualquier misión, el lector lee lo que puede creyendo leer lo que quiere. No se trata del arte por el arte, sino del arte porque sí, como una afirmación que insiste en nuestra cultura, mediante la energía y el tiempo de algunos sujetos que no desean matar la palabra ni dejarse matar por ella.

LITERAL, noviembre de 1973

"La zona del Di Tella, la facultad, Viamonte, se había llenado de galerías de arte: era una zona por la que andaban los pintores y yo me había hecho la siguiente tesis: los pintores no tienen superyó, porque como pintan y eso se desliza, no tienen órdenes estrictas de hacer algo. Y yo veía la calle Corrientes como una calle en la que había que definirse. Y a mí me parecía que había que confundirse, no definirse. Me interesaba la ambigüedad, tenía otro tipo de sensibilidad. Yo tengo problemas para los colectivos. Cuando varios opinan lo mismo yo pienso que eso no quiere decir nada. No creo en enunciaciones colectivas, los enunciados colectivos nunca sé a qué enunciación responden exactamente".
GERMÁN GARCIA, 2008

Batman: los años entre las sombras

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por Juan Manuel Castro

En junio de 1938, Superman apareció en la revista Action Comics, lo que generó un éxito en ventas y el nacimiento de un nuevo género: "el heroico". Fue así que la división de National Publications (que luego fue DC Comics) solicitó a jóvenes escritores y dibujantes que profundizaran ese género de comic para crear personajes que compitieran con el hombre de acero. Por eso, Bob Kane, que ya tenía una carrera en el mundo del noveno arte, convocó al escritor Bill Finger para enseñarle los primeros bocetos de The Bat-man. El personaje parecía una copia de Superman. Finger sugirió unos cambios radicales en su aspecto. El secreto estaba en cambiar los chillones rojos y azules por negros y grises, además de incorporar una capucha que cubría la mayor parte de su rostro. El resultado fue un ser que inspiraba misterio y temor. Finger también sugirió el nombre de Bruce Wayne para la identidad secreta de Batman: Bruce provenía de Robert Bruce, el rey escocés, y Wayne mostraba el costado playboy del millonario justiciero, ya que significa “hombre delicado". Fue así como el caballero oscuro apareció en Detective Comi de mayo de 1939, en la historia titulada El extraño caso del sindicato químico. La demanda creció rápido y a principios de 1940 Batman sacó 2 títulos a la calle: Detective Comics yBatman. Kane se vio obligado a contratar a los dibujantes Jerry Robinson y George Roussos. Además pensó que Batman necesitaba alguien con quien hablar, por lo que en abril de 1940 debutó Robin (Dick Grayson). Robin atrajo al público juvenil y elevó las ventas de las historietas.

En 1943 empezaron a salir tiras de Batman diarios de distintas ciudades. En los años 50 nuevos artistas -como Win Mortimer y Jack Burnley-dieron sus trazos al enmascarado. Fue a partir de esta época, después de la Segunda Guerra Mundial, que la historieta adoptó un estilo más ligero y menos oscuro. En junio de 1952 Superman y Batman se conocieron oficialmente. Fue en el clásico Superman # 76, que dio comienzo a una alianza que duró hasta 1985. Ambos héroes lograron sobrevivir a la pérdida de interés en el género.

En 1954 comenzó una etapa complicada para el hombre murciélago, ya que apareció el libro Seducción del Inocente de Fredric Wertham, un psiquiatra que, además de cuestionar la violencia del comic, concluyó que había huellas de homosexualidad en la relación entre Batman y Robin. Se creó entonces la organización Comics Code Authority, que actuó como ente fiscalizador de las publicaciones.


Ya entrados los 60, con el auge de la ciencia ficción, las historias de Batman fueron orientadas hacia ese rumbo. Entraron nuevos personajes como Bat-mite (Bati-mito), en respuesta a Mxyzptlk -el duende que acechaba a Superman; Ace, el Batisabueso, en respuesta a Krypto -el super perro- y Batimujer -Kathy Kane. Entre las más recordadas y lamentables historias aparecieron El batman del futuro, El superbatman de la tierra X, El batman interplanetario, El batman gigante, El prisionero del planeta X, La mascota interplanetaria de Batman, El Robin Robot y un largo etcétera. Hoy se puede decir que, a pesar de la gran cantidad de apariciones, no fue una época propicia para la vigencia de estos personajes.

También en los 60 Batman ingresó a un nuevo grupo de superhéroes llamado "Justice League Of America" (Brave and the Bold # 28), lo que aumentó su popularidad. Años después, la baja en las ventas obligó a que el equipo creativo fuera modificado. En mayo de 1964, el artista Carmine Infantino intentó repuntar la imagen de Batman. Tras añadir en el diseño de su traje el popular óvalo amarillo y renovar el batimóvil, surgió un nuevo caballero oscuro. Todos los rastros de los años 50 fueron eliminados y de a poco empezó a cobrar un nuevo aire.

En 1966 se filma la serie de TV Batman, que fue un éxito instantáneo. Contra todo pronsótico, no opacó al cómic. Más aún, elevó sus ventas. Además la TV catapultó a Batgirl (Bárbara Gordon) como nuevo integrante del bati-equipo. Para 1969 el artista Neal Adams y el joven escritor Denny O'Neil fueron asignados al cómic del murciélago. Fueron los responsables de haber enviado a Robin a la escuela. Estos nuevos espacios le devolvieron a Batman un estilo realista y oscuro. El éxito fue moderado.

Para los 80, Batman contaba con una gran lista de villanos, entre ellos: Clayface, Dr. Doble X, Mr. frio, Cavalier, Doctor crimen, Máscara negra, Blockbuster, Calendar Man, Dr. Zodiaco, Dr. Tzin-Tzin, Killer Moth, Man-Bat, Araña negra, Calculador, The Spook, Crazy Quilt, Nocturna, Profesor Milo, además de los archi-rivales inmortalizados en la pantalla grande. En 1985, el caos reinaba en la editorial DC Comics, que decidió reestructurar el universo de sus personajes con una maxi-serie de 12 números, a la que tituló Crisis en tierras infinitas. Los cambios fueron notables y muchos de los clásicos superhéroes fueron dados de baja. Batman fue el personaje que más concitó la atención en 1987. Bajo el guión de Frank Miller (ya célebre en ese entonces por su Dark Knight) y el genial arte de David Mazzucchelli (Daredevil) surge la espléndida miniserie Batman año 1. Más adelante aparecieron El ojo del observador, Año II, El hombre que ríe, El círculo mortal y Una muerte en familia, entre otras.


En 2008, en el episodio titulado Batman R.I.P, el encapuchado se enfrenta a la organización Black Glove que provoca la locura del superhéroe. La historia continuó con Final Crisis en la que se supone que Batman ha muerto a manos de Darkseid. En la serie de 2009, Batman: Battle for the Cowl, Dick Grayson se convierte en el nuevo Batman, mientras que Damian Wayne (hijo de Bruce) asume el papel de Robin. (continuará)

Maradona, Rodolfo Walsh, Osvaldo Lamborghini, Beatriz Sarlo, Jorge Alvarez, Beck, Bat for Lashes, My Brightest Diamond...

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Be brave
Un programa para descargar. 23 de julio de 2012. Clickeando acá.






por Oscar Cuervo

A eso de la 1:55 de la madrugada de este lunes, cuando al programa le quedaban apenas cinco minutos, Willy Villalobos se refirió en un tono inusualmente crítico hacia Diego Maradona y su participación en TVR de anteayer: "Si un amigo mío está en una situación así, yo le diría: 'estás diciendo boludeces'. (...) Está diciendo boludeces, habla de cualquier tema, lo aplauden, él se cree que está bien y queda como un boludo". Inusual porque Willy fue siempre uno de los acérrimos defensores de Maradona. Hay que decir que la crítica de Willy hacia Diego no concitó mayor adhesión en el resto del staff del programa, y apenas despuntó un principio de discusión cuando el programa se terminó. Yo vi a Maradona en el programa del sábado y no me pareció para nada que Willy tuviera razón. Pero no quiero seguir acá la polémica que en el programa no pudimos dar por falta de tiempo.

Antes que eso, La otra.-radio había hecho un recorrido por una serie insólitamente amplia de temas, con especial lucimiento de nuestras dos protagonistas musicales: Bat for Lashes (nombre artístico de la cantante británica Natasha Khan) y My Brightest Diamond (así se hace llamar la cantautora norteamericana Shara Worden).

Y comentamos largamente el extraordinario interés que ofrecen algunas ediciones fascimilares de revistas culturales de los años 70 que está editando la Biblioteca Nacional. Más precisamente, la colección completa de Los Libros (1969/1976, 4 tomos de más de 400 páginas cada uno) y de Literal (1973/1977, dirigida por Germán García, Osvaldo Lamborghini y Luis Guzmán).

Los Libros fue fundada en 1969 por Héctor Schmucler; por su prodigioso staff pasaron Ricardo Piglia, Carlos Altamirano, Beatriz Sarlo, Ernesto Laclau, Jorge Rivera, Enrique Pezzoni, Nicolás Rosa, Oscar Masota, Germán García, Edgardo Cozarisnky, Oscar Steimberg... Empezó siendo una revista que se proponía reseñar todos los libros aparecidos durante cada mes en Argentina. Los subtítulos de la revista, a lo largo de su existencia, fueron marcando las sucesivas mutaciones de este notable proyecto editorial. Desde el número 1 se subtituló: "Un mes de publicaciones en Argentina y el mundo". En el número 8 el subtítulo pasó a ser "Un mes de publicaciones en América Latina"; en el n° 22 (agosto del 71) "Para una crítica política de la cultura"; en el número 27 una polémica interna acerca del Gran Acuerdo Nacional que proponía la dictadura de Lanusse precipita la renuncia de Schmucler y Germán García. La revista queda a cargo de Sarlo, Altamirano y Piglia, quienes por entonces adherían al marxismo maoísta. En el número 40 el triángulo se fractura cuando Sarlo y Altamirano, alineados con el PCR, llaman a apoyar al gobierno de Isabel Perón contra el golpismo de lo que ellos caracterizan como sectores del "imperialismo soviético", cosa que a Piglia le parece insostenible. A partir de la ida de Piglia, el subtítulo de Los Libros pasa a ser "Una política en la cultura". La revista sigue saliendo hasta febrero de 1976. En marzo, cuando los militares dan el golpe, allanan la redacción y clausuran la revista.

Recorrer las más de 1600 páginas de esta edición fascimilar es un ejercicio apasionante, que permite apreciar la riqueza de los debates políticos y culturales de esa época, que presentan una densidad y una variedad que muchas veces los que hablan de esos años con desconocimiento reducen a caricatura. Para dar un ejemplo de esta riqueza, tan solo en el primer número (julio de 1969), pueden leerse artículos como "El enigma Sade" (Oscar del Barco), "Los Nacionalistas" (Ernesto Laclau), "El Vandorismo" (una reseña de Aníbal Ford del libro de Rodolfo Walsh ¿Quién mató a Rosendo?), "Sábato, custodio de las letras" (Jorge Rivera), "Nueva novela latinoamericana" (Nicolás Rosa). En casi cualquier número de Los Libros pueden encontrarse varios artículos de similar interés (que, ciertamente, al final decae, cuando Sarlo y Altamirano extreman su posición maoísta hasta el sectarismo y el disparate).

En el prólogo a la edición fascimilar se recogen declaraciones de varios de los involucrados en el proyecto (no de Sarlo), entre las que se destacan las que hace Germán García: "Contrariamente a lo que puede parecer, éramos muy tolerantes en ese momento. Porque el peronismo obligaba al marxista a ser más blando, o más confuso... Y eso se ve en las consignas de la Juventud Peronista de izquierda, que eran: 'Mao y Perón, un solo corazón'. Te das cuenta que había una cierta confusión. Yo simpatizaba con el peronismo porque el peronismo no te exigía que tuvieras que hacer doctrina con su discurso. Paradójicamente, con su adherencia al líder, el peronismo dejaba una gran libertad discursiva, porque se podía ser peronista y espiritista, peronista y lacaniano, peronista y cualquier cosa. No tenías obligación de adecuar tu discurso a una exigencia doctrinaria. Creo que algo así también pasaba con los marxistas que vinieron del Partido Comunista, como Schmucler, que salió de ahí: los marxistas de la llamada 'nueva izquierda' en la Argentina eran muy flexibles en ese sentido, y no podían ser muy dogmáticos, porque además había problemas internos: unos eran althusserianos; otros, maoístas, y otros no sé qué. O sea que había un clima que permitía cierta convivencia. Por suerte eso no era una doctrina oficial que había que obedecer, no era estalinismo. La solidaridad entre escritores, periodistas y algunos críticos dibujaba un espacio de autonomía que soportaba las presiones, cuando no las calumnias del proceso de politización. Pero pronto habría una rápida escalada a los extremos, como diría Clausewitz". (Los libros, Tomo 1, pág. 15).

La atmósfera político-cultural que García pinta en este párrafo me hizo pensar en la mirada obtusa y ñoña que Huili Raffo (de Trabajos Prácticos) mostró tener hacia la militancia de los años 70 en un breve intercambio de mails que tuvimos en diciembre de 2008 y que repite casi sin variantes en su columna de Perfil de cada domingo. Si se tomara a Raffo como exponente intelectual de esta época y se lo confrontara con cualquiera de los integrantes del staff de Los Libros, daría la impresión de que en algún momento de estas últimas décadas ocurrió alguna catástrofe humanitaria que hizo que se perdiera la inquietud intelectual, la gracia, la sensibilidad y la lucidez política, para terminar desembocando en un cualunquismo de cacerolera de Barrio Norte, que es lo que Raffo más bien encarna. Afortunadamente él no es un exponente intelectual de esta época, sino un elemento residual del neoconservadurismo de los años 80, que ahora se manifiesta resentido al darse cuenta de que su tiempo pasó de manera irreparable.

De Raffo no hablamos en el programa de ayer. Pero sí de Bruce Springsteen, Nanni Moretti, Rodolfo Walsh, Román Riquelme, Osvaldo Lamborghini, Luis Guzmán, Augusto T. Vandor, Rosendo García, Azucena Villaflor, Sui Generis, Jorge Alvarez, Manal, Nicolás Prividera, Syd Barret, Beck. Y, claro, de Maradona, Sarlo, Lamborghini, My Brightest Diamond, Bat for Lashes...

Para descargar el audio del programa completo, clickear acá.

El molino y la cruz

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por Liliana Piñeiro

Las pinturas hablan, dicen, son una cosa viva que interpela al corazón. Así lo plantea el director ruso Aleksandr Sokurov, y así parece entenderlo el polaco Lech Majewski, en su obra El molino y la cruz (2011). Tomando como punto de referencia la pintura de Pieter Brueghel Camino al calvario (1564), el film logra, a través de un trabajo estético magistral, la ambientación del Flandes del siglo XVI bajo la dominación española, escenario donde tienen lugar las diversas escenas que conforman el cuadro.

Majewski crea una ficción donde, por medio de unas pocas reflexiones, Brueghel explica a su amigo y mecenas Jonghelinck el proceso de creación de su obra a través de los distintos bocetos. La vida familiar del pintor, las persecuciones religiosas, los bufones bailando, las escenas de seducción, las ejecuciones: todas las costumbres de la época desfilan ante sus ojos para ser inmortalizadas en el dibujo. A medida que avanza el film, la realidad y la representación de la realidad se acoplan como amantes que ya no pueden separarse. Pacientemente, como una araña que construye su tela, somos atrapados y sumergidos en el cuadro. Las escenas se suceden casi sin palabras y, oculta en el centro, apenas perceptible (como son los misterios, antes de ser develados), la procesión hacia el calvario es el calvario: Cristo es crucificado nuevamente, y el drama de la humanidad se desarrolla mientras sobrevuelan, amenazantes, los cuervos.

Hay algo de Dios escondido en cada creador. El gran molinero del cielo que muele la harina con la que se construye el mundo. La tortura y el erotismo, la condena y la maternidad: las historias son fragmentos crueles y amorosos, una argamasa que une la vida y de la muerte. Incansables, las aspas del molino son una cruz que gira… y sólo se detiene para que el pintor le robe al tiempo el momento inefable de la creación y Majewski, en un magnífico juego de cajas chinas, construya a su vez una pintura. Y, a fuerza de belleza, la ponga otra vez en movimiento.

La caída del murciélago

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por Carmen Cuervo

“¿Cómo pudo pasar esto? ¿Por qué un hombre como vos se vio llevado por sus demonios tan lejos, a tanta profundidad? Una pregunta absurda sobre todo viniendo de mí. Sé mejor que nadie lo que puede retroceder un alma y destrozar una mente. Lo que arrastra a los hombres hacia la oscuridad.” (Batman: Dos caras, crimen y castigo)

Bruce Wayne es un hombre disfrazado de murciélago, con una capucha que le cubre hasta la mitad del rostro, con endijas en los ojos, orejas y barbilla puntiagudas. El traje es una enorme capa azul o gris con terminaciones triangulares. En el pecho brilla la insignia de un murciélago. Batman es un hombre oscuro con un cinturón amarillo y una cuerda para colgarse y andar por los aires.

¿Por qué un murciélago? En la historia se repetirá una y otra vez la escena nocturna de un murciélago que rompe los cristales de la ventana de una habitación. Batman, que así se llama el hombre disfrazado, será un caballero destinado a una cruzada contra el delito y el mal. En 1939 nació un comic que narraba sus aventuras pero también empezó a desarrollarse un ícono que se fue construyendo durante más de 70 años en una gran variedad de historietas, series animadas, series televisivas y películas. Junto con Batman apareció también una comunidad de fanáticos lectores y coleccionistas que alimentaron la leyenda.

Batman no es un personaje que tenga un autor anónimo, pero se presenta como una creación colectiva. Si bien fue creado por un guionista y un dibujante, su imagen actual es el producto de la imaginación de un conjunto de guionistas, dibujantes, coloristas, directores de cine, diseñadores y actores que a lo largo de las décadas fueron conformando la identidad del encapuchado. Esta identidad es tan poderosa como frágil, ya que es el resultado de diferencias, cambios, contradicciones, avances y retrocesos.

De niño, Bruce presenció el asesinato de sus padres cometido por un criminal. Entonces emepezó su lucha contra el mal y su trasformación. Desde ese momento sólo fue cuestión de esperar a que otros engendros empezaran a salir a la luz. Con su propia aparición, el murciélago propició involuntariamente el surgimiento de los criminales más despiadados y letales. Todos ellos habitaron las calles de Ciudad Gótica, una ciudad caracterizada por su estupidez y su locura, su luces y sus sombras, sus górgolas y sus ángeles góticos. Es sangrienta y oscura, poblada de criminales y de vicios. Allí se hacen los más oscuros negocios que producen inmensas ganancias y todos los criminales luchan por tomar el control. Los políticos, los policías y los jueces son corruptos y los habitantes comunes se han convertido en víctimas del delito, y luego en oscuros buscadores de venganza y justicia por mano propia.

En los 60 se puso de moda un libro de Werttham llamado La seducción del inocente, en el que se exponía la tesis de que el comic de Batman seducía a los niños inocentes que luego imitaban los delitos cometidos en la historia. Más allá de aquel libro, parece cierto que los lectores fueron seducidos por Batman, por la forma de sus trazos y sobre todo por sus colores y su imagen plana, sin perspectivas, que lo muestran realizando figuras de artes marciales, como si estuviera danzando. Los lectores fueron arrastrados por el placer, sin prestar atención a la violencia o las implicancias ideológicas de la historia. Yo misma debo reconocer que recién mirando las películas advertí el alto nivel de violencia de Batman; también en ese momento descubrí la oscuridad de un personaje que se me había perdido en el colorido de las páginas de la historieta.

La historia de Robin es una muestra de la lábil identidad de los personajes. Según sus creadores, el niño maravilla fue inspirado en Robin Hood. Se dice que su aparición fue producto del intento de seducir con su juventud al público infantil. Su disfraz copia la figura de otro animal, un pájaro de pecho rojo. Su traje es colorido, en contraposición con el de Batman. Es un uniforme rojo con botas y guantes negros o verdes, una capa negra por fuera y amarilla por dentro, con una R en el pecho. Pero el que asume la identidad de Robin no es siempre el mismo personaje, aunque siempre se trate de un joven huérfano que ha sufrido la pérdida de sus padres, también asesinados por delincuentes. El primer Robin era Dick Grayson, el hijo de unos acróbatas de circo, un equilibrista que demostraba su agilidad y gracia en el combate del delito (Detective Comics 38, abril 1939, La leyenda y la historia 5, El círculo mortal). El segundo Robin se llamaba Joson Tood. Su guionista, Jim Starlin (Una muerte en la familia, Batman 426,429, La historia y la leyenda 6-7), declaró su odio hacia el personaje. Este Robin había sido un niño de la calle y manifestaba una violencia que preocupaba al propio Batman. En el capítulo Batman, 423, en un episodsio confuso, Tood mata a un asesino arrojándolo por el balcón. Esta actitud desencadenó una polémica entre los lectores. Algunos se quejaron porque un defensor de la ley no podía cometer ese delito, aunque otros lectores alabaron su actitud. Ante esta reacción, el guionista anunció que dejaba el destino de Robin en manos de los lectores. Su vida pendía de un hilo y hubo una encuesta telefónica. Los lectores decidieron que debía morir y así fue, en manos del Guasón. Allí puede verse la trágica figura de Batman, sobre un fondo vacío sosteniendo el cuerpo muerto y deshilachado de Robin. Pocos meses después de su muerte, Robin resucitó. El último Robin fue Tim Drake, un joven con capacidades de detective y gran intelecto (1988). Se especula que este Robin se transformará alguna vez en el nuevo Batman.

La representación común del tiempo sufre alteraciones cuando uno se quiere introducir en la historia de Batman. Que la historia tenga 70 años hace que cada uno de los lectores entre en ella en circunstancias distintas. Yo, por ejemplo, conocí al encapuchado cuando era niña mirando la serie televisiva; otros lo habrán encontrado en las últimas películas. Cada uno se topó con un Batman distinto. La historieta fue creada en 1932 y esa versión primera sólo sus contemporáneos o los coleccionistas la han leído. Hace un par de años se editó en Argentina la colección de historietas creada a partir de los 80, donde Batman pasa a ser "el Caballero Oscuro". En esta colección se ordenaron y volvieron a contar y dibujar todas las historias que el murciélago desarrolló desde los años 30. Una capa de tiempo sobre otra. 

La vida de Batman se vuelve a contar, se reordena, se omiten partes, se rellenan los huecos que no han sido narrados. Entran en la historia personajes y sucesos que no deberían haber ingresado nunca. Más aún, algunos han ideado una historia alternativa de Batman que no tiene ningún efecto de continuidad temporal. Esta idea de tiempos sumados y aplastados origina un tipo de personaje nuevo: los hijos toman el lugar de sus padres, generaciones de padres transmiten sus destinos funestos a sus hijos. La familia traslada el pecado, el dolor y la muerte. 

“Pero el pasado no se cura. Nunca se cura, nunca muere. Las familias son veneno y ese veneno te devora todos los días y todos los años de tu miserable y patética vida” (Batman dos caras, crimen y castigo).

Quiero presentarles a mis dos archi-enemigos predilectos, aunque sepamos que estos personajes han sufrido transformaciones que impiden mostrarlos como identidades consolidadas. Pero, antes que nada, ellos son la contraparte perfecta de Batman, su única razón de ser.

En la década del 40, Gatubela era una joven prostituta, con pelo corto y negro, que aparecía rodeada por 10 felinos. Una joven enérgica que al ver a Batman vestido de murciélago decidió invertir todo su dinero en un disfraz para convertirse en ladrona. El disfraz tenía una capucha gris de la que sólo asoman sus ojos. Gatúbela tiene bigotes, un traje ajustado marrón o negro, con cola y guantes con garras. Aunque en su primera aparición fuera confundida con la ayudante de Batman, a lo largo del tiempo fue una de sus más terribles enemigas. Pero el destino de ambos estuvo siempre ligado por el amor y el odio.

El Guasón (the Joker) es un payaso de pelo verde, engominado, su cara es blanca, sus ojos desorbitados amarillos y verdes. Tiene una camisa amarilla con un moño verde, saco violeta y guantes verdes. Sonríe, pero tiene las encías y las cuencas de los ojos consumidas por el ácido, esas espantosas y coloridas partes de ojos y encía que vemos en primeros planos. El Guasón es un ex recluso de un hospital psiquiátrico y tiene un plan de extermino para Ciudad Gótica. Es sangriento y exhibicionista y sus acciones son reproducidas por miles de pantallas de TV. El ácido se convirtió una de sus armas favoritas. Los colores y la sonrisa del Guasón se repiten en cada una de las víctimas a la que asesina con su veneno. En un principio operaba solo, para destruir a la sociedad y especialmente a Batman. Después, lamentablemente, el Guasón se trasladó a Medio Oriente para hacer tratos con terroristas.

Hubo un momento en la historia en el que los personajes perdieron lo que los hacía particulares. El Guasón se parecía a un terrorista y Batman se convertía en el símbolo de la ley y el orden, un policía más. El murciélago había dejado de ser el caballero oscuro de la noche y yo me preguntaba cuál había sido la atracción que me había llevado alguna vez a escribir sobre el encapuchado.

Hace poco conocimos la saga llamada La caída del murciélago. La historia recuperó su atracción. Los dibujos son otra vez trágicos. Ciudad Gótica es invadida de nuevo por la locura, ya que todos los dementes asesinos son liberados para acabar con Batman. Bruce tiene conciencia de que la debacle es total. De todas formas, pelea enloquecido con todos sus enemigos a la vez, sin bajar los brazos, porque sabe que ese es su destino: 

"Voy corriendo hacia mi tumba pero ya muerto. No puedo descansar con todos los locos de Arkham sueltos. Ya hubo treinta asesinatos y todos fueron trabajo de los dementes menores. Acaba de empezar pero la tumba se me va acercando rápido y ahora... No hay descanso. Los malos no descansan y los que osan enfrentarse a ellos tampoco". (Batman, la historia y la leyenda,13)

"Sigo mal, el cansancio me ataca desde el primer movimiento. La energía se me acaba inmediatamente. Agotado antes de empezar. Al carajo la debilidad. A toda velocidad y adelante. El golpe sube por mi columna y explota en mi cerebro. Me mareo. Aguantá.

"El calor es insoportable. Mina mis última reservas de fuerzas. No me sobra nada de fuerza. Tengo que terminar antes de que se me acabe del todo. Antes de que Gótica arda.

"Estoy destrozado y chamuscado. Creo que tengo una costilla rota. No tengo fuerza. Nunca me había sentido tan débil, tan vil. Pero no estoy muerto". (Batman la historia y la leyenda, 14).

Mañana se estrena en Buenos Aires Batman: El Caballero de la Noche asciende, la tercera (y parece que última) de la saga que desde 2005 viene filmando Christopher Nolan. Veremos qué pasa.

(continuará)

Esa mina barata, esa copera bastarda, esa mierdica

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Evita, 60 años después, sigue viva


Adelgazó más de veinte kilos y se le grabó en la cara una expresión de tristeza que nadie le había conocido, ni aun en los tiempos de hambre y humillación.

No por eso le tuvieron lástima sus enemigos, que también eran millares. Los argentinos que se creían depositarios de la civilización veían en Evita una resurrección obscena de la barbarie. Los indios, los negros candomberos, los crotos, los malevos, los cafishios de Arlt, los gauchos cimarrones, las putas tísicas contrabandeadas en los barcos polacos, las milonguitas de provincias: ya todos habían sido exterminados o confinados a sus sótanos de tiniebla. Cuando los filósofos europeos llegaban de visita, descubrían un país tan etéreo y espiritual que lo creían evaporado. La súbita entrada en escena de Eva Duarte arruinaba el pastel de la Argentina culta. Esa mina barata, esa copera bastarda, esa mierdica -como se la llamaba en los remates de hacienda- era el último pedo de la barbarie. Mientras pasaba, había que taparse la nariz.

De pronto, los adalides de la civilización se enteraron con alivio de que las navajas del cáncer taladraban la matriz de «esa mujer». En la revista Sur , resignado cobijo de la inteligencia argentina, la poetisa Silvina Ocampo avizoraba en pareados enfáticos el fin de la pesadilla:

Que no renazca el sol, que no brille la luna
si tiranos como éstos siembran nueva infortuna
engañando a la patria. Es tiempo ya que muera
esa raza maldita, esa estirpe rastrera.

Sobre los muros que desembocan en la estación Retiro, no demasiado lejos de la residencia presidencial donde Evita agonizaba, alguien pintó una divisa de mal agüero: Viva el cáncer, y la firmó La hermosa Evelina . Cuando la radio dio la noticia de que la gravedad de Evita era extrema, los políticos de la oposición destaparon botellas de champagne. El ensayista Ezequiel Martínez Estrada, cubierto de pies a cabeza por una costra negra que los médicos identificaron como neurodermitis melánica, se curó milagrosamente y empezó a escribir un libro de invectivas en el que se refería a Evita de esta manera: Ella es una sublimación de lo torpe, ruin, abyecto, infame, vengativo, ofídico, y el pueblo la ve como una encarnación de los dioses infernales».

(Tomás Eloy Martínez, Santa Evita)

Cielos invernales

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