No hay dos seres en la tierra capaces de hacer Barro tal vez, Para ir, Credulidad o Basta de pensar. No hay en esos temas el menor despliegue virtuoso, pero esa música suena como algo inaudito, inexplicable, anómalo, desconcertante. No es blues, no es tango, no es folklore, no es beatle, es alguien que se nutrió de todo eso y entregó un producto azaroso, contingente e irrepetible. Hubo algún alineamiento astral, alguna conjunción neuronal imprevista, un accidente de la naturaleza y entonces salió Spinetta. Es improbable que el universo repita algo así. Y tenemos la dicha de encontrarnos en su época y en su ciudad.
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