En estos días encuentro a muchos ultrakirchneristas que creen que le hacen un favor al proyecto volviéndose anti-maestros, como si los reclamos de los docentes para actualizar sus salarios fueran la bandera de la opo, la corpo o de los caceroleros.
Hay ahí un vicio de origen de la militancia K, o de los simpatizantes K, para ser más abarcativo. Una militancia que se incorporó al compromiso con la 125, con la Ley de Medios o el Matrimonio Igualitario y tiene una sola lógica de funcionamiento ante cualquier conflicto. Que es la de abroquelarse en defensa ciega de una posición oficial, sin ser capaces de ver que cada conflicto tiene sus especificidades. Este reclamo de los docentes no es siquiera comparable al del gremio de camioneros amenazando con blloquear las calles de la ciudad para proteger a Moyano de investigaciones judiciales.
Los miles de maestros que están parando, en un altísimo acatamiento que da una pauta de que bancan el reclamo, no son Magneto, ni la Mesa de Enlace ni el partido Liberal Libertario, ni la familia Moyano. Son una de las patas fundamentales de este proyecto, que encuentra su sustento en la AUH o planes como PROGRESAR, que requieren la participación masiva de maestros y profesores recibiendo a más chicos en las escuelas.
Maestros y chicos de la escuela pública son una de las bases sociales del kirchnerismo. Si se los descuida, no se está dando una batalla contra las corporaciones (¿la corporación de los maestros?). Descuidarlos para el kirchnerismo es serrucharse su propio piso.
Me topé en las discusiones de esta semana a militantes K muy cerrados que dicen que los maestros tendrían que resignar sus aspiraciones a mejorar su situación laboral en aras del movimiento nacional. No se preguntan quién o qué es más importante para el movimiento nacional: si los maestros y los chicos en las aulas, trabajando con dignidad, o el posicionamiento de Scioli en las encuestas. No me cabe ninguna duda: cualquiera que sea la suerte que corra Scioli, y cualquiera que fuera su política de llegar al poder, los maestros y profesores estarán siempre ahí, bancando al país con sueldos más que bajos. En cuanto a Scioli y su política de gestos seductores hacia Expoagro, me permito dudar de que forme parte del mismo movimiento.
Un kirchnerista que se subió al discurso antimaestro me dice:
"si yo pregunto ¿cuántos trabajadores viven de trabajos TOTALMENTE precarizados, sin sindicalización, y con un ingreso por debajo de cualquier mínimo de convenio, ¿alguien lo sabe? Defender un proyecto es defender mucho más que una situación puntual, y la paritaria y el salario NO SON la única herramienta. JUNTO con la reivindicación justa de los maestros se hierven otras habas. Y no hay militante informado que no lo sepa".
Por suerte, el país no se compone solo de militantes informados, hay muchos más maestros y muchísimos más chicos que van a la escuela que militantes informados. Una política con vocación de mayorías no se rige por los militantes informados sino por el pueblo. Y poner como standard a los cientos de miles de precarizados para que los maestros resignen sus legítimas aspiraciones de ganar bien me parece desafortunado. Para que un proyecto político tenga sustento hay que darle contenido. Y maestros ganando muy poco no son una buena bandera para levantar. Si los militantes informados asumen siempre la razón de lo dirigentes (aunque el dirigente se llame Daniel Scioli) y quieren desconocer la voz de las bases cuando reclaman con justicia, son malos militantes, cerrados a la crítica y destinados a perder el favor del pueblo.
Y por más que en la apariencia parezcan los gladiadores más enérgicos en defensa del proyecto, su falta de ductilidad para oir los reclamos de laa base social los hace muy dañinos.
Sigo pensando que el paro por tiempo indeterminado es una medida inadecuada. Pero en este momento me preocupa más observar los reflejos políticos de cierta militancia K, que creyendo que son los más recios defensores del proyecto, están vaciándolo de contenido.