Bloque Mundialista de La otra.-radio: se escucha acá
- Si Sabella quería instaurar un sistema de juego, los primeros 45 minutos le sirvieron para darse cuenta de que nunca más tiene que plantear un partido de esa manera.
- ¿Y cuál sería el error de Sabella en el primer tiempo?
- No rodear a Messi de gente en la que él pueda descargar y desplegar lo mejor que tiene su juego, que es ir para adelante y no tener que retroceder a la mitad de cancha a buscar la pelota, y tener que apilar cuatro tipos. Porque está todo el tiempo rodeado de cuatro tipos.
- Es como correr un Gran Premio y en vez de correr con un Fórmula Uno ir con un coche de calle.
- ¿Y por qué eligió ese esquema para jugar en el primer tiempo? ¿Cuál es la lógica de lo que planteó, pensándolo desde su cabeza?
- Salir a defenderse contra Bosnia, que no le hagan goles, poner cinco defensores y ningún jugador creativo en el medio, porque el único que jugaba en el medio más o menos es Di María.
- Y jugó mal, Di María.
- Si vos tenés una delantera como la que tiene la Argentina y todo el mundo dice que es la mejor del mundo, y de los tres ponés a uno y no le ponés un volante... era tan obvio que ese planteo era tan insólito. Y tuvo mucha suerte de que Bosnia se hiciera un gol en contra.
(Fragmento de nuestra conversación de anoche en el bloque mundialista de La otra.-radio).
Es notable el estado de crispación que acompaña a las opiniones futboleras; el tono con que se juzga un error inicial de Sabella en el planteo táctico es terminante y despiadado. Me llama la atención (por lo general no veo los partidos de fútbol ni leo la prensa deportiva) que esa misma severidad de los opinantes no se aplica cuando tienen que hablar de otras cosas: un fan de Charly o del Indio se bancan que su ídolo empiece un recital desafinando o que una banda de rock tarde 30 minutos en lograr sonar aceptablemente (y a veces no lo logran en todo el recital). El fan de rock les tiene paciencia a sus ídolos. Lo mismo los militantes o simpatizantes de un partido político: si vamos a la Plaza a escuchar a Cristina y el discurso tarda en ponerse interesante, o si en alguna ocasión se limita a repetir una liturgia transitada, ninguno de los compañeros va a putear a la oradora. También bancamos cuando Cristina pierde algunos meses en darse cuenta de que su equipo económico no está bien ensamblado y finalmente se decide a hacer cambios que podrían haber ahorrado un importante costo político o económico si se hacían a tiempo. En fútbol eso no pasa: si la Selección tarda en acomodarse en la cancha, a los dos minutos los sabihondos están puteando en sus sillones, en su muro de facebook o en su twitter: tolerancia cero.
El equipo ayer no jugó bien en el primer tiempo y es posible que se deba a que el planteo inicial de Sabella estuviera equivocado. Sabelo: en mitad del partido, cuando ya muchos hinchas pedían colgarlo en la plaza pública, tuvo una capacidad de rectificarse sobre la marcha y probar con otro esquema que mejoró bastante el funcionamiento del equipo. No es fácil encontrar en los niveles dirigenciales argentinos de cualquier ámbito esa capacidad de aceptar el movimiento del ensayo y el error. Y también podría pensarse que jugadores como Messi, Agüero o Di María, quizás desbordados por los nervios del debut, no encontraron su mejor rendimiento. También habría que poner un poco de serenidad y esperarlos.
No sé mucho de fútbol, ya voy a hablar al respecto cuando se publique una entrevista que me hizo Santiago Segura, del blog La Música es del Aire. Pero una idea me acuerdo de cuando era chico y mi papá me llevaba a la cancha: a los jugadores a veces hay que saber esperarlos (como a los músicos, a los cineastas, o las presidentas). Y el hincha de fútbol suele salirse de la vaina sin saber esperar.
El audio de nuestro bloque mundialista se puede escuchar acá.