Las notas de Porta Fouz anticipan una campaña del diario La Nación
Las dos notas que Javier Porta Fouz escribió en los últimos meses contra la política de subsidios al cine argentino (una en La Nación, la otra en el blog de Luis Majul) no parecen ser un arrebato del programador del BAFICI. La prédica del empleado del gobierno macrista anticipa una campaña que el diario La Nación promete retomar. El viernes en su página web La Nación colgó un video con el siguiente encabezamiento (ver acá):
Subsidios al cine: ¿cuánto cuestan las películas que no miramos?
Una investigación de La Nación Data compara los subsidios pagados a cada película entre 2008 y 2014, cuánto público fue a verlas a las salas y qué recaudación comercial tuvieron; próximamente en LA NACION
El video, de un par de minutos de duración, apenas mencionaba tres o cuatro películas de los años 2008 y 2009 que habrían recibido importantes subsidios del INCAA, a las que se les adjudicaba una cantidad ínfima de espectadores, lo que invitaba a inferir que los argentinos "no miramos" las películas que el INCAA subsidia. Una versión burda de la misma idea, dirigida a lectores que no perderían el tiempo que requiere leer a Porta Fouz. El video duró pocas horas en youtube y ahora en ese link solo quedó un rectángulo negro (https://www.youtube.com/watch?v=qvi-9UzumUY). Pero sigue ahí la promesa de que la investigación de La Nación Data va a ser publicada "próximamente".
Se trata de una operación anunciada y por el momento interrumpida. Falta la data pero están anticipadas las conclusiones: la recaudación comercial sería el patrón que La Nación y Porta Fouz proponen para evaluar la calidad de una política de subsidios a la cultura. En realidad, Porta Fouz dice algunas cosas más: que el INCAA subsidia "demasiadas" películas sobre [contra] la dictadura militar, la lucha por los derechos humanos y la militancia política; y que las entradas de los Espacios INCAA son demasiado baratas. Una nota de Nicolás Prividera ya había llamado la atención sobre el sesgo ideológico de las notas de Porta Fouz, quien milita para que el estado subsidie menos películas o, en todo caso, para que subsidie películas que desacrediten a la militancia de izquierda y la lucha por los derechos humanos (ver acá). No es una ocurrencia de Porta Fouz, entonces, sino una línea editorial que anticipa lo que haría un gobierno derechista como el que La Nación y Porta Fouz anhelan.
Hace unos días Fernando Martín Peña -programador de Filmoteca y del espacio de cine en el Malba, ex-director del BAFICI, que se alejó de ese cargo cuando constató que el macrismo había decidido reducir cada vez más el presupuesto del festival- escribió en su muro de Facebook una refutación de las tesis de Porta Fouz. Dice Peña:
"Hace un rato largo que no puedo asociar al Porta Fouz que escribe estas cosas con el que trabajó conmigo en el BAFICI entre noviembre 2004 y diciembre 2007. El año pasado escribió otro balance de este tipo, en el que por un lado sumaba todos los estrenos nacionales, por otro sumaba las cifras de espectadores (pero tomando sólo las entradas vendidas en los multicines, que en ese momento eran las únicas que daba la empresa Ultracine), y luego dividía ambas para poder sacar las conclusiones apocalípticas que le gustan a Lanata. Si leen los comentarios que siguen a la nota de Prividera (acá), verán también la fauna de siempre: el idiota que dice que todo lo que pasa el Gaumont son películas afines al gobierno, el bobo que -un poco como Porta Fouz- habla de un "mercado" según el cual tendrían que ajustarse la cantidad de estrenos y hasta el precio de la entrada. Es fatigoso discutir SIEMPRE las mismas cosas: a) el mercado (entendido bajo la ortodoxia capitalista) NO PUEDE SER la variable sobre la que se determinan las políticas de apoyo al cine argentino, y de hecho no lo es desde que al cine argentino lo subsidia el Estado, o sea [desde] 1947; b) el "mercado" hoy ya no son solamente las entradas vendidas sino TODAS las otras formas de difusión (TV abierta, cable, DVD, internet y ya habrá más); c) cualquier película argentina que se pasa en cualquier parte del mundo (y el cine argentino sigue siendo una presencia firme en una mayor parte de los festivales internacionales) cumple el rol cultural que justifica la presencia del Estado; d) el apoyo al cine argentino es EN PRIMERA INSTANCIA una decisión de política cultural, no mercantil: se sabe que sin ese apoyo el cine argentino deja de existir y, sencillamente, no se quiere que eso pase. Esa es una decisión política y no la toman del mismo modo los gobiernos de cualquier signo: el gobierno nacional proporciona más dinero a la cultura; el de la ciudad de BsAs proporciona menos. Es objetivo; e) todos los sistemas de apoyo estatales, en cualquier parte, tienen que lidiar con los problemas del paternalismo y son perfectibles, pero solamente alguien que no vea lo que se produce puede creer que la mayor parte de la producción subsidiada es propaganda del gobierno; f) al cine extranjero no se le puede competir en su propio terreno sino creando uno propio, con precios más accesibles. Eso son, en términos generales, los espacios INCAA. Todo es mejorable. Pero sólo se puede mejorar si primero existe."