Ya estamos en septiembre, qué lo parió...
Ya septiembre, qué lo parió... Y nosotros promediando el fin de ciclo más largo de la historia de la humanidad. Miento: el fin del Imperio Romano y el del capitalismo fueron más largos.
Pero el fin de ciclo K ya lleva 7 años y no termina de terminar. Un signo inequívoco del fracaso político del paro del vandorismo del jueves pasado es su desaparición de los análisis políticos dominicales de los diarios de la derecha, que durante varios días habían alentado la posibilidad de declarar el comienzo del desbande social. Si hubiera tenido un mínimo de fortaleza, la protesta habría sido el tema excluyente de los análisis de ayer. Pero apenas si fue discretamente mencionada en la línea que inauguró Morales Solá el viernes en La Nación: "por qué no fue taaann...". Y las palmas se las lleva un análisis de Perfil adjudicando la volatilidad de los efectos de la huelga a la renuncia de Bianchi. Si la derecha no estuviera tan ayuna de satisfacciones, no debería haberse hecho ilusiones con el sex appeal de Moyano y Barrionuevo. Si en ellos descansa la dirección política de la protesta social, es porque el desierto crece. Y los trosquitos tuvieron sus diez minutos de pantalla, tercerizando los piquetes, para luego volver a su burbuja de radicalidad imaginaria.
Entonces la agenda de la derecha está indecisa ahora, como está el clima esos días de fin del invierno donde hace frío, hace calor, se nubla, sale el sol, hay viento y llueve un chaparrón sin que nada termine de definirse. En la semana que empieza la derecha pondrá sus fichas en la expectativa de que las variables financieras se descalabren, que el dolar se dispare. Y si eso no muestra signos muy netos, quizás vuelva la inseguridad o la situación de Boudou se complique aún más.
Es simpático el sesgo de La Nación para darle un poco de oxígeno a uno de sus favoritos, Sergio Massa: ayer hubo elecciones municipales en Santiago del Estero y el kirchnerismo ganó en 24 de los 26 distritos, pero el diario de los Mitre-Saguier tuvo que incluir a Sergio en el título a pesar de que su fuerza quedó cuarta en la provincia,, tan solo porque ganó en un distriro. Massa apareció en las fotos con su sonrisa más dentífrica porque dice haberle "ganado" a una encuestadora que pronosticó que en ese único distrito donde el massismo ganó iba a perder. Hay que arreglárselas para transformar las derrotas en victorias y las victorias en derrotas, pero con paciencia y con saliva...
Para empezar a terminar esta nota sobre el comienzo del fin, quiero citar unas palabras expresadas por el dirigente radical Leandro Santoro, nuestro reciente entrevistado:
Los kirchneristas de hoy sienten x CFK lo mismo q sentían los Alfonsinistas de ayer x Raúl.
Espero no me mal interpreten los radicales valiosos, pero me conmueve el amor y la identificación de gente común, q banca a muerte a una mujer q no conocen personalmente. Pensé que eso no lo iba a ver mas.
(Mi reivindicación tiene origen en una nostalgia doliente... ya casi no me acuerdo lo q era sentirse parte de un proyecto q me trascienda)
Esto que un radical dice con "nostalgia doliente" es otro indicador político. Así como los kirchneristas experimentamos este amor como un componente esencial de nuestra identidad política, muchos otros sectores encuentran su pathos político en el odio, el fastidio o la envidia.
Y ya estamos en septiembre, qué lo parió...