Hace pocas semanas, cuando el economista Mariano Kestelboim vino a La otra.-radio, le preguntamos qué pasaría si en estas elecciones la orientación política de Brasil cambiara drásticamente de rumbo. Todavía no se había hecho la primera vuelta y los medios de la derecha daban como muy factible el triunfo de Marina Silva. Esta predicción mediática caducó, pero la respuesta que Kestelboim nos dio no:
- Brasil hasta ahora ha demostrado ser un líder negativo del Mercosur. En general, los líderes de los bloques regionales lo que hacen es asumir un costo para el bien de la región. Brasil no asume ningún costo, son todas para él, lo que hace es jugar siempre a dos puntas, nunca se juega por la región. El proyecto de un banco de desarrollo regional no avanzó por culpa de Brasil. Brasil debería valorizar más a los países de la región en su proyecto de potencia mundial. Pero hace rato su economía viene estancada. Cuando Argentina crecía al 8 % anual, Brasil crecía a la mitad de ese ritmo. Desde 2012 viene se estancó. Hubo algunas mejoras a nivel social, pero la industria perdió vigor. Hasta el año 2006, la mitad de las exportaciones de Brasil eran productos manufacturados, hoy no llegan al 25 %. Brasil fue líder en la primarización de la economía a nivel regional. Y siempre ha sido muy conservador, trató de que las presiones inflacionarias se redujeran con ajustes fiscales. En este sentido, si como resultado de las elecciones Brasil se inclinara hacia la Alianza del Pacífico, dejando de lado el Mercosur y su alianza con la Argentina, va a tener un costo para el país, pero no será tan significativo. Para Argentina Brasil es el primer socio comercial y cualquier proyecto de crecimiento tiene que ver a ese país como socio estratégico, pero lamentablemente es un problema coordinar acciones con ellos. Se podría generar un mercado mucho más interesante para ir en busca de intercambios a otros mercados, pero ellos hacen la suya. Y últimamente han sido recontra-conservadores. Así que, una política más conservadora que la de Dilma... difícil.
Clickeando acá se puede escuchar el programa completo con la visita de Mariano Kestelboim a La otra. Por sorpresiva que esta respuesta pareciera ser para las expectativas con las que le hicimos nuestra pregunta, la opinión de Kestelboim no es la única que señala la orientación ortodoxa de la economía de Brasil. Hoy Claudio Scaletta da en el suplemento Cash de Página 12 una visión en el mismo sentido:
"Brasil llegó a las últimas elecciones en recesión. (...)
"Los números, que siempre aburren, son en este caso deprimentes: en el trienio 2008-2010, el PIB se expandió algo más del 4 por ciento anual. En los tres años siguientes, 2011-2013, el avance se redujo a la mitad, a un magro 2,1 por ciento, siempre anual, lo que significa estancamiento cuando la medición se realiza per cápita. Ya en 2014, la economía acumuló dos trimestres seguidos de caída, es decir, entró en “recesión técnica” de acuerdo con los estándares internacionales. Según el IBGE la contracción fue del 0,6 por ciento en el primer trimestre y del 2,4 en el segundo. En la macroeconomía, el PT no pudo ser más conservador. Privilegió la búsqueda de superávit fiscal, con un fuerte ajuste en 2011, y el combate a la inflación por sobre el crecimiento. Incluso si se toma el ciclo largo del viento de cola de los precios de las commodities, Brasil creció por debajo del promedio regional y alrededor de la mitad que Argentina.
"La merma del caudal de votos del PT, entonces, no respondió sólo al tradicional desgaste de tres períodos de gobierno, o al odio de las clases dominantes y parte de las capas medias urbanas plasmado con el asedio cotidiano de los principales multimedios, sino a una política económica timorata para las transformaciones y con el viejo estilo FMI: sobrevaluación cambiaria, tasas altísimas y metas de inflación; un paraíso tropical para los capitales financieros más calientes.
(...) Desde la Argentina, quienes compran la existencia de un PT “de izquierda” perciben como una desgracia regional una posible victoria opositora. Olvidan que Brasil siempre tuvo burocracias estables y hasta relativamente aisladas de los cambios de gobierno. Lo saben bien los negociadores privados argentinos del sector industrial que encuentran en Itamaraty a los mismos funcionarios desde hace décadas. Es un error pensar que un neoliberal como Aécio Neves significará una ruptura del Mercosur por la simple razón de que, más allá de las tradicionales protestas proteccionistas de algunas cámaras paulistas, la Unión Aduanera es funcional a los intereses de la burguesía brasileña. Finalmente, mal que pese, no son tantos los logros del Mercosur más allá de la reserva de mercado para algunas producciones de los socios mayores". (Completo acá)