Quantcast
Channel: La otra
Viewing all articles
Browse latest Browse all 4312

Cristina no sería abogada y tendría un hijo discapacitado oculto: la derecha ya no sabe cómo entrarle a la Presidenta

$
0
0
La furia desbocada del relato antiK


El tema del certificado analítico y el título de abogada de Cristina es una huevada, por eso no me había parecido necesario decir nada al respecto. Marca más que nada la desesperación de la derecha, que no sabe cómo entrarle a la presidenta. 

El diario La Nación, a través de Poliarquía, reconoce que ella tiene un 40 % de imagen positiva (¡después de 7 años de presidenta y de 11 años de kirtchnerismo!).

En julio, cuando Griesa y el poder financiero global quisieron dibujar un pseudo-default, el dólar a futuro se negociaba en NY a $ 9,90 argentinos; ayer admitieron esos mismos sectores que prevén para el 31 de diciembre un dólar a $ 9. Es decir: la corrida cambiaria que se intentó con toda la furia en estos meses está cediendo, después de que el gobierno desalentara con todos los gestos la expectativa megadevaluatoria. 

También se apostó a un vaciamiento de las reservas del BCRA, pero ayer se activó el acuerdo de swap entre Argentina y el Banco Central de China y hoy las reservas superaron los 28.100 millones de dólares. Esta es solo la primera etapa del acuerdo con China, que podría llegar a un total de 11.000 M de dólares. 

Aislados del mundo no parece que estuviéramos, sin reservas tampoco. 

Corridas como esta se llevaron puestos a varios gobiernos anteriores. Cristina resiste y mantiene la iniciativa con un proyecto de ley por semana (esta semana es el de las Telecomunicaciones). Martín Rodríguez estuvo este domingo en La otra y decia con ironía que en esta etapa en la que el mandato de Cristina llega a su fin, en lugar de retraerse, la presidenta se dedica a proyectos "faraónicos" (esa es la palabra que usó, escuchar acá). Él da por sentado que lo sensato sería que la iniciativa política del ejecutivo vaya decreciendo. Pero esa receta se conoce como "pato rengo" y es un seguro de capitulación ante el establishment, lo que han hecho los gobiernos en retirada mientras su poder se evaporaba. 

Nelson Castro, con un criterio parecido al de Martín, se indigna porque Cristina pretende gobernar hasta el último día. Como si el año final de un mandato naturalizara la idea de un poder vacante. Esa no es la idea del kirchnerismo, que por lo visto no actúa según los criterios de normalidad. Martín Rodríguez, que no ahorra críticas a la presidenta, dice que él tiene confianza en la clase política. Me pregunto a qué parte de la clase política se refiere. Le digo si piensa en Binner y me dice que no, que Binner no. ¿Qué parte de la clase política ofrecería una superación de los déficits de Cristina? Me gustaría saberlo.

Mientras esperamos a esa clase política que despierta la esperanza de los desesperanzados, los empresarios reunidos en el Coloquio de Idea (un sector poderoso del país que nunca se presenta a elecciones pero pretende fijar el programa del próximo gobierno e impedir que Cristina siga gobernando hasta el último día de su mandato) aplauden a rabiar a un energúmeno que sale a gritar que Cristina no tiene título de abogada. Los escépticos dicen que el negocio del país dividido es parte del relato K. Pero esos tipos que actúan como caceroleros son dueños de grandes empresas. ¿Serán una coregografía de Fuerza Bruta también, como los pibes que fueron al velorio de Néstor?

Ahora que parece haber amainado la corrida cambiaria, cuando el garrochazo hacia Massa no termina de empezar, la agenda derechisita prepara un cacerolazo para el 13N y probablemente algunas policías provinciales acuarteladas. Unas semanas más adelante vendrían los saqueos, según se ilusionan Lucas Carrasco y el Tata Yofre. El menú no cuajó el año pasado, pero es posible que este año lo vuelvan a intentar. Veremos.

Mientras tanto, hay que reunir masa crítica para las puebladas estivales y la circulación de la sospecha sobre la inexistencia del título de abogada de la presidenta parece un recurso in extremis. Quizás de un momento a otro algún constitucionalista salga a gritar a voz en cuello que Cristina tiene un hijo discapacitado oculto. Algún día estas huevadas se recopilarán como curiosidades de época. Hoy son un síntoma de que no hay un modelo de país alternativo que la derecha pueda presentar para conquistar votos y entusiasmo.

Walter Curia es un periodista opositor de un diario muy opositor como El Cronista,. a quien esta semana se le ocurrió confirmar que Cristina se había recibido de abogada con muy buen promedio. 

Yo vi el analítico: es abogada

Para decir eso se respaldó en investigaciones que había hecho hace 10 años cuando trabajaba en Clarín. La publicación de la nota motivó el repudio furioso de la minoría intensa que se sostiene sobre el odio a Cristina. A menos que todos ellos sean parte también de Fuerza Bruta.

Acá está la nota de Curia:

WALTER CURIA

Atención: esta es otra nota sobre periodismo. El que lo desee, con todo derecho y para su bien, puede bajarse ahora: esto es material de consumo para la redacción. Ayer me devoró la grieta. Otra vez di un paso sin prestar mucha atención, sin hacer cálculos y... glup. Por mayor que sea el esfuerzo de Luis Majul con su museo, esto va a seguir así hasta el final. Paciencia.

El miércoles publiqué en este diario un texto para la columna ‘Cronista por un día’, que comparto con otros colegas. Vengo escribiendo con regularidad sobre cuestiones vinculadas al fenómeno Vaca Muerta, un tema que me despierta curiosidad. Alterno con algún asunto del día, más o menos de agenda. Siguiendo la iniciativa del diario, que un día antes llevó a la tapa, conté lo que sabía sobre el paso de la Presidenta por la facultad de Derecho de Universidad de La Plata, entre 1972 y 1979, una cuestión que volvió a cobrar inusitada actualidad. Como acertó mi mujer: de la noche a la mañana, pasé de cipayo a quintacolumna rentado del kirchnerismo.

Lo que dije en la nota era que hace diez años estuve en La Plata buscando información para una biografía sobre Néstor Kirchner. En un marco de estricta reserva –mi pedido no había sido hecho por canales oficiales– accedí a los certificados analíticos de estudios del entonces Presidente y de su mujer, la diputada Cristina Kirchner. A propósito del reclamo que hizo el doctor Daniel Sabsay, una persona honorable, recordé la información que había obtenido y que aún conservo entre unos viejos apuntes. Fechas de ingreso, promedios, fechas de graduación. Lo que allí pude obtener. Ella había sido mucho mejor estudiante que él, me aseguraron entonces. Creí en la información de mis fuentes: eran los responsables de la facultad, que además estaba en manos de la oposición, garantía de imparcialidad. Era insospechada la idea de que ninguno de los dos Kirchner hubiera salido de allí sin su título de grado.

Bien temprano, la nota de El Cronista estalló en la redes sociales. Periodistas de medios kirchneristas, antiguos compañeros algunos, retuitearon el texto como una proclama vindicativa: Vieron, putos. Si hasta este tipo lo dice, no hablemos más. Colegas de medios oficiales/paraoficiales celebraron la novedad como la victoria definitiva en el caso del título de la Presidenta. No solo periodistas: desde el kirchnerismo rabioso parecían haberse sacado una bolsa de arena de la espalda. No voy a dar nombres, por pudor.

Más tarde, diría después del mediodía, empezó a llegar lo del otro lado. Era inadmisible que se hubiera insinuado que la Presidenta se había recibido de abogada. Ah, ¿así que no les sacaste una foto a los analíticos? ¡Te mostraron una copia trucha! Pasaste por nabo, viejo, ¿Cuánto cobraste por la operación? ¿Che, qué está pasando con El Cronista que publican esta mierda? (Completo acá)

Viewing all articles
Browse latest Browse all 4312

Trending Articles