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No siempre es hoy (no sigan homenajeando a Cerati)

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La intención era loable: un tributo a Gustavo Cerati. Se convocó a algunos de los mejores músicos de rock de acá, varios tops y algunos jóvenes-no-tan-conocidos-pero-promisorios. La producción artística quedó a cargo de Tweety González, un puntal en las formaciones musicales de Cerati, buen conocedor de su obra.

Charly García, Fito Páez, Ricardo Mollo, Benito Cerati, Leo García, Richard Coleman, Lisandro Aristimuño, Fernando Nalé, Leandro Fresco, Gonzalo Córdoba, Julio Moura, Guillermo Beresñak y las bandas Catupecu Machu, Massacre, Eruca Sativa, Cuentos Borgeanos y Rayos Láser. Un poco de acá y de allá, casi todos buenos músicos. La obra de Cerati está llena de hermosas canciones:cada músico elegiría una.

El show se grabó durante una larga jornada en los estudios de la TV Pública, cuidando el sonido, registrando en HD, para trasmitirlo el sábado pasado, día de la música. Inmediatamente después de finalizar la emisión, se subió al canal de la TV pública de youtube y desde entonces está disponible online.

Pero la belleza artística no es el resultado de un cálculo donde sumás partes buenas y el resultado va a ser bueno.

Para empezar: estamos en la era de los tributos. Todo un síntoma. Y más llamativo cuando se trata de rock: lo que fue un ámbito de exploración estética se termina convirtiendo en la revisitación de "un repertorio". Venimos de una larga temporada de tediosos homenajes a Spinetta que arruinaron sus más bellas canciones.

El tributo se vuelve paradójico cuando, en el caso de Cerati, el homenajeado mantuvo siempre una voluntad de riesgo y una manifiesta desconfianza hacia las actitudes nostálgicas (un solo paso dado en sentido contrario: la mega-gira "Me verás volver", la reunión de Soda Stéreo de rentabilidad sideral).

Pero el problema de fondo es que el requisito mínimo para una versión homenaje es que haya un concepto puesto en juego: ¿para qué haces reversiones? ¿qué tenés para agregar a la música de Cerati? ¿Cómo se puede intersectar la obra dl que homenajea con la del homenajeado? ¿O se trata solo de sacar los acordes, ensayar un par de veces una versión básica, garabatear unos arreglos no muy complicados y entonar la melodía?

Cerati añade problemas: ha sido un cantante excepcional y todos tenemos en la oreja su voz diciendo esas palabras. No podés simplemente entonar, tratando de desafinar poco, o incluso de ser correcto, y nada más: ¿como hace el que reversiona para dialogar con la voz de Ceratti que nos suena adentro? Tenés que apropiarte, tenés que ponerte a la altura de merecer meterte en una de esas canciones: no es un fogón, o si querés hacer un fogón, hacelo pero no me lo vendas.

En el tributo "Siempre es hoy" apenas hubo un par de músicos que estuvieron a la altura de la circunstancia. Fito Páez, sobre todo: él puso un concepto: deconstruyó la estructura rítmica de la canción; incluso pudo explicarlo con sencillez. Se movió con soltura y gozo dentro de la música de Cerati y la cantó con elegancia. La hizo propia. Otro que se metió en el tema y le puso su sangre y su espíritu fue Abril Sosa de Cuentos Borgeanos. Incluso si desconociéramos que "Deja Vu" era un tema de Cerati, el tipo hizo un acto artístico redondo en tres minutos

Julio Moura intentó hacer algo diferente con "Un misil en mi placard", una relectura deforme, pero la intención no bastó: estuvo simplemente mal.

Otros pasaron sin pena ni gloria. Aristimuño estuvo correcto con "Ella usó mi cabeza como un revólver", pero de todas maneras es menos interesante que cuando hace un tema suyo; y el tema de Soda era más interesante cuando lo hacía Soda.

Entonces, ¿por qué resignarse a que todo -salvo las honrosas excepciones- todo sea un poco más o menos devaluado?

Lo inexplicable: la participación de Charly. Para cerrar el show, llega en limusina y se junta con Benito, el hijo de Cerati, para hacer un tema... ¡de Charly! "Vampiro" es un tema que Charly compuso cuando era casi un niño y después lo rehizo a principios de los 90 para el proyecto Tango 3, en el que se iban a juntar él, Aznar y Cerati. El disco no se hizo y después la canción, inmensa, genial, salió en Tango 4, con la participación de Cerati en guitarras. No solo la versión que hizo ahora con Benito salió confusa, errática, como si solo se tratara de una prueba de sonido un precalentamiento, sino que ni siquiera se entiende cuál es el homenaje. Para colmo, en la postproducción editaron el tema de un modo inexplicablemente desprolijo: Charly se sienta frente a sus tradicionales teclados pintarrajeados y de pronto, en un corte ostensible, los teclados ya no están en el lugar que estaban. Evidentemente nadie se preocupó por atender un elemental detalle de continuidad. No es un buen homenaje a un artista que siempre cuidó su sonido con máxima delicadeza. Viniendo del músico más grande que tenemos, el acto se vuelve más lamentable.








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