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Boca Juniors, el Panadero Napolitano y la Reina de Dinamarca

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por Oscar Cuervo

Como ya dije, no soy futbolero. Solamente veo fútbol por la tele en ocasiones especiales. El último partido que vi entero fue la final del Mundial 2014. Dije también que soy Cuervo e hincha de Huracán. Así que (sin haber visto últimamente ningún partido del globito) este año tengo mi autoestima futbolera muy alta. Somos campeones de no sé cuántos torneos universales.

No soy futbolero pero mis compañeros del staff de La otra.-radio, Maxi Diomedi y Martín Farina, sí lo son. Así que, aprovechando la sapiencia de mis compañeros, en el programa pasado de La otra nos dedicamos un rato a hablar del penoso episodio que se vivió la semana pasada en la Bombonera. Acá se puede escuchar ese tramo del programa.

En realidad, el enfoque que me interesa no es deportivo, sino político. El fútbol, la trasmisión por la televisión abierta de los partidos (Fútbol para Todos), es un elemento clave de la cultura argentina de estos años y un campo de disputa entre los diversos proyectos políticos que hoy se enfrentan en nuestro país. Cuando Néstor Kirchner logró dar fin a las trasmisiones de fútbol por cable que a través de Torneos y Competencias monopolizaba el Grupo Clarín, metió, con Fútbol para todos, un golazo, en un momento en que el kirchnerismo venía en baja (ver acá). Fútbol para Todos marcó el inicio de una gran recuperación, después de la derrota política en las elecciones de 2009. Desde entonces, la trasmisión del fútbol por tv abierta se transformó en uno de los símbolos más fuertes de la democratización de las comunicaciones y uno de los objetivos a derribar por la derecha opositora. Macri lo dijo más de una vez, dos operadores macristas vinculados al negocio del fútbol (Fernando Niembro, comentarista del fútbol de la tv prepaga, y Daniel Angelici, presidente de Boca) lo repitieron: si el PRO gana, Fútbol para Todos no sigue: intentarán devolver al menos una parte de las trasmisiones de partidos al cable del Grupo Clarín. Por eso, lo que suceda durante estos meses en el fútbol tendrá repercusiones en las elecciones y en el destino de la televisación abierta y gratuita de todos los partidos.

Creo que ese es el marco en el que hay que analizar el escándalo en la Bombonera: se trata del síntoma de un deterioro muy grave en el funcionamiento del fútbol argentino. Adrián "Panadero" Napolitano es el barrabrava boquense que arrojó el gas pimienta contra los jugadores de River. Es obvio que no puede haber llegado ahí sin la complicidad de la dirigencia de Boca. Hay un video que muestra al Panadero en el campo de juego durante el partido que Boca le ganó 5 a 1 a Zamora por la Copa Libertadores, jugado en Venezuela en marzo de este año. Es decir: él no fue un invasor furtivo de una noche; es un acompañante habitual del plantel boquense. Angelici ahora quiere deslindar su responsabilidad diciendo que el Panadero responde a sectores de Boca que están en la oposición.

Insólitamente, hoy Joaquín Morales Sola dedica su columna en La Nación a demostrar que el escándalo en Boca es una operación del kirchnerismo para perjudicar a Macri a través de Angelici. En una extrañísima finta, Morales Solá culmina su enrevesado silogismo llamando a votar a Rodríguez Larreta en las elecciones para jefe de gobierno en CABA, retirándole el apoyo a Lousteau, quien de entrar en la segunda vuelta pondría en peligro el proyecto presidencial del PRO. El que me lea se preguntará cómo llegué desde el Panadero hasta Losuteau. No soy yo, es Joaquín quien realiza esa proeza sofística: como adjudica al kirchnerismo estar detrás de "una vasta operación con intereses más poderosos que un atentado a la estabilidad del presidente de Boca" JMS postula que el vandalismo de la Bombonera tuvo como finalidad perjudicar a Macri. Por eso, JMS llama a sus lectores a que no voten por Lousteau para que Larreta gane en primera vuelta (???).

Más allá de la grosera manipulación para desvincular al macrismo del desastre en Boca, Morales marca un territorio de operaciones de la derecha. El fútbol, entreverado con barras y dirigentes cómplices, es un terreno minado que podría sufrir en los próximos meses vandalismos aún peores que el del jueves en la Bombonera. Va a ser una tentación muy grande de la derecha -y un acto relativamente simple- armar un episodio violento en medio de un partido.

Por lo que hablamos el domingo con mis compañeros de radio, todas las hinchadas y la dirigencia futbolera están moviéndose en la frontera peligrosa de la ilegalidad. La insólita dilación del árbitro y las autoridades deportivas para suspender el partido del jueves, manteniendo más de una hora en vilo a una audiencia de tres millones y medio de personas y exponiendo a graves riesgos a los miles que estaban en la cancha, tiene además un peligroso efecto pedagógico: si las normas de convivencia y el cuidado de las personas se vulneran sin sanciones graves y ejemplificadoras, esto puede abrirle camino a violencias peores.

Me parece que el gobierno tiene que prestar atención a esa posibilidad. Tiene un recurso clave para incidir sobre los clubes: el dinero que el estado invierte en la televisación del fútbol. Ese recurso tiene que usarse para presionar a la dirigencia, para que cese la protección a las barras bravas. Si el gobierno lo hace, si se pone duro y da por terminada esa permisividad hacia estos grupos delincuenciales, da una señal fuerte a la sociedad y se apunta un tanto. Si el gobierno se duerme y deja abierta la posibilidad de un episodio peor que el de la semana pasada, el costo político que pagará va a ser muy alto.

Durante este tramo de La otra.-radio también escuchamos dos versiones de una canción extraordinaria, "Queen of Denmark": la versión de su autor, John Grant, y la versión insuperable de una próxima visitante a nuestro país, Sinead O'Connor.


Yo quería cambiar el mundo, pero ni siquiera podía cambiar mi ropa interior
y cuando la cosa se me fue de las manos estaba hundida hasta los pelos
hasta perder la confianza en mí misma, como si acaso alguna vez la hubiera tenido
espero no arruinarte la fiesta tu barmitzvah, tu cumpleaños o tu Navidad.

Vos me pusiste en esta jaula y tiraste la llave, 
fue esta mierda de nosotros y ellos lo que me hizo entrar
me decís que mi vida se basa en una mentira 
y yo te digo al pasar que te meé el café
espero que sepas que todo lo que quiero de vos es sexo, 
estar con alguien que se vea genial en ropa deportiva
y si tu corte de pelo está mal, vas a ser despedido, 
te doy tu pasaporte y podés irte ahora mismo.

No sé qué quiero de este mundo, realmente no sé qué quiero de este mundo
no sé qué es lo que querés de mí pero no tenés ningún derecho a querer nada.
¿Por qué no lo buscás en alguna otra? ¿por qué no te vas a joder a alguna otra?
¿Por qué no le decís a alguna otra que es egoísta, débil, cobarde, un patético fraude?

¿Quién va a ser el que me salve de mí misma? 
Mejor traé tu pistola eléctrica y también una barra de hierro
mejor preparate el almuerzo y levantate temprano
quizá tendrías que ponerte de rodillas y rezar.

Es de verdad gracioso que parezcas incómodo todo el tiempo
como si nunca te saliera nada bien
realmente no sé quién carajo te creés que sos
¿podrías mostrarme tu licencia y tu registro?

No sé qué quiero de este mundo, realmente no sé qué quiero de este mundo
no sé qué es lo que querés de mí pero no tenés ningún derecho a querer nada.
¿Por qué no lo buscás en alguna otra? ¿por qué no te vas a joder a alguna otra?
¿Por qué no le decís a alguna otra que es egoísta, débil, cobarde, un patético fraude?

Así que Jesús no vino acá a buscarte, te podés quedar ahí diez años más
no sos más que un bobo, ya veremos quién ríe último
quién sabe, tal vez llegues a ser la próxima reina de Dinamarca.

Para escuchar este segmento de La otra.-radio, clickear acá.

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