Juan Ignacio Serrano, más conocido como Juanito el Cantor, es uno de los mejores músicos argentinos. Además es mi amigo. Hace unos días envió un mensaje a sus amigos, que quiero compartir con los lectores de este blog:
Tristeza infinita fue mi primer sentimiento. Tristeza e impotencia en principio. Saber que en Morón ganó el PRO me genera una sensación parecida a la muerte de un ser querido. ¿Cómo pudo pasar? ¿Es acaso posible? No entiendo. Siento un gran vacío. Fueron dieciséis años de una experiencia modelo, inédita en el país y quizás en el mundo. Un proyecto de municipio puesto al servicio de construir una mejor realidad con más oportunidades para todos; sin robar, sin mentir, haciendo la gran mayoría de las obras sin visibilidad mediática, asfaltando la villa Carlos Gardel, haciendo cloacas sin cobrarle a la gente (como hizo Rousselot asociado a Franco Macri, que no solo las cobró sino que claramente no las hizo, ¡un robo grotesco y hoy volvemos a ese modelo y a la misma gente!).
Hoy estoy un poco más tranquilo y pienso que esto quizás sea una gran oportunidad para entender, no solo en Morón, sino a nivel nacional, que estos últimos años fueron los más ricos políticamente que hemos vivido. Y no es lo más importante cuán de acuerdo estemos con los proyectos concretos. Lo realmente más importante es que se ha fomentado volver a pensar y manifestarse políticamente; con una presidenta que da la cara y habla; y entonces uno como ciudadano puede apoyarla, criticarla, enojarse con ella, amarla, pero siempre hablando de política.
Esa es la herencia más importante que no podemos perder; porque les aseguro que Macri y sus secuaces van a trabajar para que nos volvamos a dormir. ¡Eso no puede pasar!
Y a los más jovenes, a los que se iniciaron en el pensamiento político durante estos años, sepan que no siempre fue así y que hay que protegerlo!!!
Y a los que les hincha las pelotas que se hable de política, que se discutan temas profundos que puedan dejar en jaque sus acciones de cada día y dejar en evidencia sus miserias: VAYANSE A LA CONCHA DE SU MADRE.