- Macri dice que quiere terminar con dos mafias: la sindical y la empresaria -le dice Julio Blank, editor en jefe y columnista principal del Grupo Clarín al periodista Fernando Rosso en una entrevista publicada hoy por La Izquierda Diario-. Para él la mafia sindical, hoy es el “Caballo” Suárez procesado [dirigente del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos-SOMU, NdR], no los que estaban asociados a él de los sindicatos tradicionales, con los cuales viene hablando y armando una negociación global desde hace dos años por lo menos.
- ¿Eso incluye a Moyano?- pregunta Rosso.
- Moyano y todos los que tengan plata en el sistema de salud. El tema de las tarifas lo puede demorar, pero hay un acuerdo para la devolución de 29 mil millones de pesos que son para programas de prestaciones especiales, que están retenidos por el Estado y son de las Obras Sociales. No les van a dar todo, pero hacen un sistema en el que “te voy dando”: te doy un bono, te doy efectivo. Eso es parte del acuerdo.
"Te voy dando" es una lógica de negociación que un tipo que confecciona desde hace más de una década la tapa de Clarín conoce bien. El Grupo -que se asume como pilar de la gobernabilidad de la nación- participa evidentemente de estos regateos con el gobierno de turno, haciendo valer un poder extorsivo análogo al que pueden ejercer las cúpulas sindicales. Macri "le va dando" cosas a Clarín y el Grupo le asegura gobernabilidad, pero también puede fomentar la ingobernabilidad, como lo hizo durante los dos períodos enteros de la presidencia de Cristina. ¿De qué depende la oscilación de este poder extorsivo persistente? El propio Blank confiesa:
- A ver: ¿hicimos periodismo de guerra? Sí. Eso es mal periodismo. Fuimos buenos haciendo guerra, estamos vivos, llegamos vivos al final, al último día. Periodismo eso [sic] no es como yo lo entiendo, no es el que me gusta hacer. Y yo lo hice, no le echo la culpa a nadie, yo lo hice. Eran las circunstancias e hice cosas que en circunstancias normales por ahí no hubiese hecho, en términos de qué posición tomar o de cierta cosa terminante.
Blank admite con la soltura del que siente que ganó la guerra que eso no es lo que a él le gusta, pero "eran las circunstancias". Según las circunstancias, entonces, el pilar de la gobernabilidad puede transformarse en un tanque de guerra. No creo que se pueda entender del todo la historia argentina del último medio siglo -por poner alguna medida- si no se atienden los movimientos por los cuales Clarín pasa de la prudencia amigable de titular "La crisis causó dos nuevas muertes" para narrar el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán cometido por policías bonaerenses el 26 de junio de 2002 a hacer esa guerra que a Blank no le gusta pero se jacta de haber ganado.
Blank amplía el concepto:
- Macri les dijo a los dirigentes gremiales desde que largó la campaña presidencial, cuando empezó a hacer reuniones en el sindicato de municipales de la Capital: “Ustedes me conocen desde antes de entrar a la política, vengo de una familia que siempre se ocupó de inversión y trabajo; nosotros invertimos, sacamos nuestras ganancias y damos trabajo genuino y tratamos de que la gente tenga buenas salarios. Ustedes me conocen, yo soy eso. Además los voy a ayudar a luchar contra los troskos en sus sindicatos”. No sé cuál de las cosas le interesó más a la dirigencia sindical. Esto yo lo escribí y nadie lo desmintió, así que lo doy por bueno.
¿Dijo Macri eso que Blank le atribuye, acerca de la "familia que siempre se ocupó de inversión y trabajo"? ¿Asintieron los jefes sindicales que presuntamente escucharon esas palabras? ¿Cree Blank de verdad que los Macri siempre tratan de que "la gente tenga buenos salarios"? ¿o esa semisonrisa con que refiere la negociación es una burla? Pero ¿de quién se burla sino de sus lectores? La nota hecha por Fernando Rosso contribuye a enfocar la mirada sobre los procedimientos de administración de la verdad -es decir: de lo que se miente, se deforma o se calla- por parte de uno de estos generales que cancherea haberle ganado la guerra al anterior gobierno con tapas de diario y zócalos de pantalla. Entre la gobernabilidad y la guerra, Clarín consigue, igual que los burócratas sindicales, que cada gobierno "les vaya dando", un poco o mucho. Lo que queda fuera de escena en el relato de estos regateos entre el gobierno y el Grupo -o entre gobierno y sindicalistas- son los lectores -esto es: el pueblo-, la verdadera mercancía de esta transacción perpetua entre poderes.
El reportaje forma parte de una serie que Rosso viene haciendo para el portal La Izquierda Diario desde hace ya algunas semanas. El domingo pasado apareció una nota a Horacio Verbitsky (que citamos en parte en un post anterior). Verbitsky le había dicho a Rosso:
- Durante la campaña, cuando él [Macri] hizo la referencia al “círculo rojo” hubo una especie de confusión generalizada en el sentido de que era él quien expresaba el “círculo rojo”. En realidad, él estaba denunciándolo, no expresándolo. La expresión del “círculo rojo”, en la política argentina hoy, es Sergio Massa; es allí donde está el “círculo rojo”. La transnacional italiana Techint, los grupos económicos locales, el grupo Clarín, están allí, no están en el gobierno de la alianza Cambiemos. Por supuesto, frente a los sectores populares todos cierran filas y son uno, pero hay contradicciones entre ellos que yo creo que se van a desarrollar y se van a expresar a lo largo de los meses y los años próximos.
La presunción de Verbitsky parece consolidarse por la consideración con que Blank se refiere a Massa en la entrevista aparecida hoy:
- El problema de la pérdida de atractivo de Cristina -sostiene el editor en jefe de Clarín- es que el peronismo no la ve más como la llave para ganar a las elecciones y acceder cada uno a la porción que le toque: el gobernador, el intendente, el diputado, el concejal, el ministro. Ese es un problema para Cristina, el peronismo está buscando detrás de quién ir para que lo ayude a ganar. Hoy el que más parece cumplir ese papel es Massa. Está fuera del peronismo formal, pero bueno, eso es para nosotros, los que estamos en la política como observadores o los que están como actores. Para el público en general y sobre todo para el que se identifica como peronista, según las encuestas que yo he visto, Massa es el dirigente peronista más aceptado. Te dicen que “no está en el PJ”, pero es peronista. Si está o no en el PJ es un problema de la política, no del público.
Rosso, que hoy viene a La otra.-radio a conversar sobre este ciclo de entrevistas (a las 12 de la noche en Radio Gráfica, 89,3, online acá) también entrevistó a Carlos Pagni, el tenebroso columnista de La Nación, que tiene su programa en el cable del Grupo Clarín y está más entusiastamente alineado con el gobierno macrista. En un clima de distensión, Pagni incluso le regala a Rosso el reconocimiento de una única virtud del kirchnerismo:
- Ahora, sin duda hay una polémica respecto del problema fiscal y el Gobierno creo que ahí tiene un plan clarísimo -revela Pagni-, que es apalancarse en la única virtud macroeconómica que deja Cristina Fernández: una capacidad de endeudamiento impresionante. Entonces, cuando miremos la historia, como si nos pusiéramos en el lugar, en la piel de un historiador del año 2090, y veamos este periodo, diremos que estos tipos aprovecharon la ventaja casi única que les dejó Cristina dentro de este orden económico, como para poder hacer un ajuste menos doloroso.
La capacidad de endeudamiento es el botín estratégico que los sectores trasnacionales de los cuales Pagni es vocero apasionado quieren saquear. Macri se encuentra con una Argentina extraordinariamente desendeudada y su rol es endeudarla extraordinariamente por las próximas generaciones. Pagni proclama ese objetivo con tonalidad mesiánica.
Los periodistas dicen un poco de la verdad en el momento en que les resulta conveniente decirla y de la manera en que suene tolerable para los oídos adecuados. El sinceramiento de Pagni nunca será un sincericidio. Esto es lo que puede apreciarse en el trabajo que están haciendo Fernando Rosso y La Izquierda Diario en los llamados “Diálogos sobre la transición argentina”: que, en todos los casos, los periodistas no son meros transmisores de los hechos sino que participan de su producción, colaboran para configurarlos. Lo hacen a su modo y desde diversas éticas profesionales y posicionamientos políticos Pagni, Verbitsky y Blank. También lo hace La Izquierda Diario, un portal de noticias que por estos días es de lectura imprescindible, tanto como lo son la Agencia Paco Urondo o La Señal Medios. Medios digitales que tienen una llegada mucho menor que las grandes corporaciones, pero que ensayan formas novedosas del periodismo y declaran con veracidad su posicionamiento político, lo que es un dato vital para la comprensión de sus lectores. En el caso de La Izquierda Diario, se trata de un proyecto realizado con mucho profesionalismo y rigor por militantes trosquistas del PTS. Periodismo militante ante cuya frescura y seriedad se rinden tipos como Pagni o Blank, que no escatiman elogios para una izquierda a la que consideran necesaria, ahora que creen que el kirchnerismo ha dejado de ser peligroso para ellos. Esa amigabilidad de trato que el establishment le dispensa a la prensa trosquista es aprovechada con sagacidad por esta izquierda que empieza a usar mejor los instrumentos de la tecnología política del siglo xxi.
Hoy a la medianoche en la radio vamos a conversar con Fernando Rosso para que nos explique la óptica desde la cual encara estos diálogos y cuáles serán los próximos entrevistados.