Lucho Rombolá, periodista cumbiero y asesor musical de la película Gilda, no me arrepiento de este amor en La otra.-radio, para escuchar clickeando acá
por Oscar Cuervo
El domingo estuvo en La otra.-radio Lucho Rombolá, periodista cumbiero, de cuya sapiencia y genuina pasión por el género tropical y de la manera como la transmite a través de la radio hablamos en un post anterior. Lucho fue convocado por Lorena Muñoz, la directora de Gilda, no me arrepiento de este amor, justamente por todo lo que sabe y por el compromiso con que se dedica a difundir este género popular. Y seguramente su asesoramiento en materia musical es un factor decisivo en el buen resultado que logra la película (de cuyo aspecto cinematográfico hablaremos en una nota próxima). Lucho estuvo las dos horas del programa y nos contó cuál fue su rol en la película y qué le pasó al verla y al verse dentro de ella (aparece en una escena entrevistando a la protagonista encarnada por Natalia Oreiro). Y también habló en detalle de la singularidad artística que hizo que una cantante atípica para la cumbia se volviera una gran ídola popular, para alcanzar finalmente esa estatura mitológica que se manifiesta en la persistencia de sus canciones y la devoción de sus seguidores.
Esto es solo algo de lo que nos habló Lucho (el programa completo, incluidas las canciones de Gilda, algunas versiones de Oreiro y mi propio punto de vista sobre la película lo escuchan clickeando acá:
Los tres factores por los que Gilda trascendió e hicieron la diferencia en el contexto de la música tropical:
- Uno, la composición propia: Gilda componía. Lía Crucet no compuso, Gladys tampoco: ellas iban y cantaban lo que los productores elegían, haciendo una investigación de mercado, buscando canciones en el continente. Gilda también tuvo que atravesar eso: en sus primeros discos son casi todos covers o canciones ajenas. Porque también se inició en ese mismo circuito, vos no podés empezar siendo distinto. Pero el hecho es que ella decide empezar a componer y a grabar sus canciones. Y hoy esos temas suyos son grandes clásicos como "No me arrepiento de este amor" o "Corazón Valiente". Eso es algo que le dio un lugar distinto.
- Dos: con su voz tenía un modo de interpretar las canciones que no era común en la cumbia, se salía de ese perfil festivo que hasta entonces se les adjudicaba a las cantantes mujeres, como Lía o Gladys. En aquella época, comienzo de los 90, no era común que las mujeres cantaran cumbia. No era tan común como ahora cuando hay muchas más chicas intentando ganarse un lugar en el mundo de la bailanta. En ese poco espacio que tenía la mujer, Gilda aparece con esa impronta dulce, fina, delicada, melancólica y eso era diferente. Cuando algo es diferente, al principio genera rechazo. Ahora, cuando alguien apuesta a algo distinto y empieza a hacerse notar, bueno, se termina transformando en algo único. Ella alcanza la popularidad en la movida tropical justamente por esta diferencia. Y ese reconocimiento ella lo logró en vida.
- En esta movida hubo una sola persona que al principio apostó a ella: el Cholo Olaya, un peruano que había armado en Dock Sud un bunker al que llamó "El Clan", donde traía músicos de su país con la promesa de laburo y dinero. En esa época, las mentiras del menemismo hacían creer que un peso valía un dólar. Para un músico peruano venir acá, poder vivir de la música y mandarle unos pesos a sus familias de allá era una atracción importante. Él los traía, los metía a dormir de a seis en una pieza y de ahí iba formando grupos: el tipo forma el grupo Karicias, Los Charros, el Sexteto Imperial, Darío y el Grupo Angora... De golpe aparece el Toti Giménez con Gilda como último recurso, ya la habían rebotado de Magenta, la habían rebotado varios empresarios de la movida tropical, pero el Cholo la acepta. Él, que trae muchas reminiscencias de la Salsa del Callao, la ve como una cantante latinoamericana y apuesta a ella. En esa época, en la música tropical argentina había muy poca percusión, los discos apenas si tenían una timbaleta. El Cholo Olaya con sus músicos peruanos empieza a aportar lo que ellos sabían hacer, que es la percusión: le agrega tumbadoras, bongó, cencerros, un sonido distinto, más centroamericano, que la cumbia de acá no tenía. El Grupo Karicias se había transformado en un boom, a pesar de que la clase media todavía ni se enteraba. Pero ellos iban a las provincias y los lugares donde tocaban explotaban. Y Gilda se forma dentro de ese Clan. Le costaba ser aceptada, pero el Cholo obligaba a los empresarios a contratarla como parte del paquete que incluía a los números más taquilleros. Y ella tenía una banda atrás de músicos peruanos, con la trompeta de Danny de la Cruz, el bongó de Edwin Manrique, la timbaleta de Manuel Vázquez, músicos de una calidad que acá no tenían las cantantes de cumbia. Entonces aparece en la movida tropical con esa diferencia en la voz, ese modo de interpretar, sus propios temas y al mismo tiempo un estilo bien tropical, bien latinoamericano que se diferenciaba del resto. Estos tres factores son el combo que la hizo explotar dentro del mundo de la cumbia.