Construcción de un frente popular y democrático
Por estos días participo de muchas conversaciones, debates e incluso peleas entre los que queremos derrotar políticamente a este nefasto régimen que intenta desandar la historia argentina hacia la década infame, por más que quieran presentarla como una derecha "nueva".
Por estos días participo de muchas conversaciones, debates e incluso peleas entre los que queremos derrotar políticamente a este nefasto régimen que intenta desandar la historia argentina hacia la década infame, por más que quieran presentarla como una derecha "nueva".
Un tema que persiste en nuestras discusiones es por dónde pasa el límite posible de las alianzas para construir un frente nacional y popular. Se me ocurren dos puntos que podrían funcionar como parteaguas.
No pasa, creo, por ser o no ser peronistas, ni por reconocer o no el liderazgo de Cristina. Los límites que me parecen innegociables:
1) Hay una incompatibilidad terminante con los que apoyan la prisión preventiva de Milagro Sala. Eso es algo que no puede negociarse. El que apoya eso es el adversario, alguien que se instala del otro lado del estado de derecho, rumbo a un terrorismo de estado. No es Milagro por sí misma -aun con todo lo que de ella podemos reivindicar. Es la dirección hacia la cual se orienta un régimen antipopular y antidemocrático lo que nos hace incompatibles. Todo aquel que se declara expresamente en contra de la prisión preventiva de Milagro es un posible aliado.
2) La flexibilización laboral: no se puede hacer un frente con el que propone siquiera analizar, con devaneos retóricos y paráfrasis opacas, cualquier reformulación de los derechos sociales que los trabajadores argentinos fueron conquistando desde 1945, el debilitamiento de los convenios colectivos, la disminución de los aportes patronales, la volatilidad de los empleos, la flexibilización de despidos, la promoción de pasantías, el llamado "empleo joven" y otras formas más o menos soterradas de precarización del trabajo. Formas encubiertas por las que el régimen quiere "insertarnos en el mundo" del empleo basura. El que dice que se pueden analizar estas propuestas es el adversario y con ese no hay frente posible.
Es un programa mínimo que orienta la reconstrucción de una coalición social que frene la restauración del orden conservador que estamos vivendo.