por Dita Parlo
Sucedió anoche en la premier de El candidato, la película argentina dirigida por Daniel Hendler. La película se estrenó en el Village Recoleta con la presencia del director y de varios de los actores. El encargado de presentarla fue el propio director del festival, Javier Porta Fouz. Entre otras cosas, Porta Fouz dijo que hizo todo lo posible por tener esa película en la programación del Bafici y que para esto convenció al realiador y productor para que pozpongan su estreno comercial. Al darle la palabra a Hendler, el director-actor agradeció y extrajo un papel con una declaración sobre el estado de situación por el que atraviesa el cine argentino, a partir de la operación política mediática combinada por Avelluto, Fantino y Feinmann. Habló del intento de intervención y vaciamiento del INCAAA que se pretende hacer desde el Gobierno. La cara de Porta Fouz iba transformándose a medida que Hendler leía su declaración, mostrando su sorpresa, incomodidad y desagrado.
Lo curioso fue que, después de la proyección, el público se quedó esperando el diálogo con el realizador que es usual en estos casos, lo que requiere la presencia de un moderador. Sucede con directores argentinos poco conocidos y, desde luego, más aún con figuras como Hendler y su predisposición a posponer su estreno para presentarla en el BAFICI. Sin embargo, la gente salía de la sala, las luces no se encendían y nadie aparecía para coordinar la charla. De hecho, había dos chicos de la organización con micrófonos, que se quedaron esperando al moderador que nunca llegó. Ya con la mitad de la sala vacía, Hendler tomó el micrófono, algo desconcertado y decidió ser él mismo el moderador de la charla. Hubo preguntas a él y a los actores, quienes estaban sentados en las butacas, ya que nadie los invitó a pasar al frente. Los dejaron solos. ¿Fue una respuesta al documento que leyó Hendler? ¿Suspenden un estreno comercial de un film para pasarlo en el BAFICI, tienen a su director y a los actores y lo abandonan en la ronda de preguntas?