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¿No está claro para quién juega Randazzo?

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La clave de la interna bonaerense es simple.

El jueves en C5N Cristina despejó las dudas acerca de cuál es su disposición a participar en las elecciones de este año en la provincia de Buenos Aires, frente a las especulaciones que habían crecido acerca de si quería o no quería ser candidata, de si pretendía excluir a otros o imponer sus candidatos:

"La inequidad genera violencia y esta situación yo ya la viví: no quiero pibes que salgan de caño porque no tienen oportunidades. Necesitamos revertir esta situación. (...) Yo creo que hay que construir la unidad, porque esta gente ha pivoteado sobre la falta de unidad del movimiento obrero, ha pivoteado sobre la falta de unidad de los partidos nacionales, populares y democráticos. Entonces siento la obligación de unir lo más que se pueda, para ponerle límites a este ajuste neoliberal que vive la Argentina. Si mis compañeros visualizan que hay un candidato o una candidata que puede garantizar el triunfo, ganar y ponerle límites a este gobierno, y además que los que lo acompañan, cuando se sienten en las bancas voten lo que hay que votar y no los corran presionándolos, amenazándolos, a carpetazos o con titulares de diarios, bienvenido sea. Ninguna de las otras fuerzas va a hacer internas abiertas, ni Cambiemos, ni el Frente Renovador, ni el Partido Obrero. Se me ocurre que, con la experiencia que nosotros traemos de las PASO en la provincia de Buenos Aires, no hay que entrar en el juego de una pelea interna. No voy a entrar en el juego de los que quieren dividir al proyecto que tiene que ponerle límites a este ajuste. Lo que dije es: si la mayoría de los compañeros creen que hay otro candidato que es mejor para ganarle a este gobierno y construir la mayoría, no voy a pelear con esa persona. Si los compañeros creen que es necesario que yo sea candidata para darle mayor cantidad de votos a esta propuesta y que podamos ganar las elecciones, entonces lo soy. Lo único que les pido es que construyamos la unidad. Yo voy a hacer lo que deba hacer, nunca hice como dirigente política lo que quiero, lo que me gustaría o lo que tengo ganas. Siempre tuve un sentido de la responsabilidad histórica, siempre hice lo debido. Pero no basta con que una sola persona haga lo que debe. Cuando uno conforma una fuerza política, todos tienen que hacer lo que deben".



No hablemos ya de la centralidad que ocupa Cristina a un año y medio de haber concluido dos períodos presidenciales.

Quiero reparar solamente en la posición que explicita. Entre la dirigencia política nacional no encuentro a nadie que defina de manera más frontal y concreta su posición, aquello a lo que se compromete públicamente, su táctica y su estrategia.

Lo que abunda en la política actual es un juego de tahúres donde cada uno busca lograr la mayor opacidad posible para que su juego no se vea; mejor aún: para que parezca que está haciendo otra cosa que lo que hace. macri no dice lo que está haciendo ni lo que va a hacer. Massa y Stolbizer no dicen con claridad hacia dónde apuntan con su propuesta. ¿Apoyan al gobierno en sus medidas estructurales? ¿Se oponen abiertamente? ¿Están en el medio?

El triunvirato de la CGT no puede decir qué es exactamente lo que está haciendo ni cuál es su posición ante lo que está pasando en el país. La Corte Suprema tiene una dirección política que no puede explicitar. Los medios de comunicación tapan con sus tapas sus intereses concretos. El juego de la mayor parte de la dirigencia es que no se sepa qué proponen y qué se proponen.

Randazzo después de un año y medio de silencio, aparece en un video impostadamente casual, "decidiendo en ese momento" que se dio cuenta de que tiene que ser candidato. No había expresado hasta ahí una sola posición concreta frente al avance macrista. Ahora sale a decir que quiere entrar en una disputa interna en el peronismo bonaerense.

Otros hablan por él, mientras él juega a sacarse fotos con Pichetto, con Abal Medina, con Julián Domínguez, con Pérsico, con el Chino Navarro.



Alberto Fernández acaba de asumir como jefe de campaña de Randazzo. Hasta hace semanas formó parte del massismo, cuyo único logro táctico fue derrotar al FPV en las elecciones bonaerenses de 2013. Se había ido del gobierno kirchnerista bajo sospechas de ser el lobbysta de Clarín. Ese fue el motivo de su renuncia al cargo de Jefe de Gabinete del gobierno de Cristina. Desde que se fue, se puso a trabajar como armador político de Massa, para ganarle la provincia al FPV, único logro táctico que se le conoce a esa fuerza cuya estrategia se desconoce. El mismo Massa se jacta de que ese es su logro histórico: haberle ganado al kirchnerismo en 2013.

Ahora Fernández abandonó su táctica massista (¿y su estrategia?): volvió "para contribuir a la unidad del peronismo". Su primer contribución es ser el jefe de campaña de Randazzo en una disputa interna. El objetivo que Fernández enuncia por Randazzo es que tiene que haber PASO en el peronismo bonaerense. Tres meses de interna, mientras el macrismo instala a sus candidatos en la provincia sin debate. ¿Qué se debatiría en la interna peronista bonaerense? Cuando un periodista le pregunta sobre el riesgo de que las PASO podrían permitir a Clarín meter otra vez cizaña en la interna peronista (como hizo en 2015, con la operación "Morsa", facilitada por Julián Domínguez), Fernández dice: "¡pero si la unidad ya está!".



¿Qué unidad ya está? ¿Desde cuándo él forma parte de esa unidad? ¿Qué hizo para lograrla? ¿Cómo cree poder garantizarla con un candidato que hasta ahora solamente mostró capacidad de daño?

Pero, "como la unidad ya está", lo primero que exige es que se hagan las PASO en el peronismo bonaerense que ninguna otra fuerza hace. Cuando se le repregunta acerca de qué es lo que se dirimiría en las PASO, solamente deja entrever críticas al rol que desempeñó Cristina como conductora de la etapa anterior. Randazzo y Fernández volvieron para exigir que el peronismo bonaerense se pase tres meses discutiendo el rol de Cristina, mientras las otras fuerzas ya decidieron sus candidatos sin PASO.



¿Por qué será? ¿De dónde salió la repentina conversión de Alberto Fernández para trabajar por la "unidad del peronismo", si su prioridad es una disputa interna en la única fuerza que podría ganarle al macrismo? ¿Cuál sería el beneficio de un enfrentamiento interno? ¿Qué se discutiría en la campaña? ¿Cómo se vincula su repentina vocación por la unidad peronista con sus recientes años massistas? ¿Y cómo se vincula la decisión de Randazzo de constituirse en cabeza de la oposición después de un año y medio de no decir nada? ¿Y cómo cree Randazzo que forzando a unas PASO va a contribuir al triunfo del peronismo? ¿Le interesa ese triunfo verdaderamente?

La mayor opacidad de la nueva alianza entre Randazzo y Alberto Fernández es que hasta hace semanas no formaban parte de ninguna propuesta opositora y la primera vez que hablan es para propiciar una lucha interna.

CFK ofrece bajarse si es obstáculo para la unidad.



¿Por qué el Movimento Evítala, principal soporte territorial del randazzismo, quiere las PASO? Para seguir colaborando con sus máximas aliadas políticas, sus fuentes de financiamiento, Carolina Stanley y María Eugenia Vidal. Su objetivo táctico apenas disimulado es desplazar a Cristina de la escena política nacional. ¿La estrategia del Evítala? "El Evita no tiene una posición política clara más allá del asistencialismo. Ya no creo que el Evita tenga una mirada de articulación de lo inmediato con lo estratégico, ni una visión de poder". dijo hace pocos meses Carlos Vilas en su carta de renuncia al Consejo Político Nacional del Evítala.

Randazzo ni siquiera le quiere ganar a Cristina: quiere desgastarla. Está el antecedente de los daños que él hizo en su breve y penosa interna contra Scioli: Randazzo, durante la quincena de 2015 en que los reflectores lo iluminaron, solamente demostró su capacidad de daño y su incapacidad de articular voluntades en pos de un proyecto político.



Cuando se enteró de que no iba a ser señalado por el dedo de Cristina pero podía enfrentarse en las PASO como rival de Scioli/Zanini, acompañado por Kicillof como vice, se negó a formar parte de cualquier armado electoral; tampoco aceptó ser candidato a gobernador de la provincia. Desde ese momento actuó como un rencoroso incapaz de pensar en términos de un proyecto colectivo. Durante el año y medio de macrismo, hizo silencio.



Basta con ver quiénes son sus aliados: Alberto Fernández (lobbysta de Clarín), Héctor Daer (Triunvigato), Movimiento Evítala (aliados de Vidal y Carolina Stanley), Oscar Romero (miembro del bloque de Bossio), Pichetto (jefe de la bancada de senadores del PRO), Julián Domínguez (operador de Clarín para injuriar a Aníbal Fernández)... ¿Cuál es el proyecto de todos estos juntos?

¿No está claro para quién juega Randazzo?

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