Martín Piqué, Néstor Sbariggi y Gabriel Fernández conversaron ayer en FM 89,3 Radio Gráfica sobre la interna peronista
Ayer a la tarde Radio Gráfica (FM 89,3) puso en el aire un muy interesante programa dedicado a conversar sobre la interna caliente que está viviendo el peronismo por estos días que recomiendo escuchar íntegro (el audio está al final del post). Conducido por Gabriel Fernández, en el programa participaron también Néstor Sbariggi, militante del peronismo platense y editor del blog http://desdegambier.blogspot.com.ar/ y el periodista Martín Piqué (del diario Tiempo Argentino y la radio AM 750). La charla no tiene desperdicios, pero me interesa especialmente transcribir este tramo en el que toma la palabra Martín Piqué:
- Creo que hay que entender este momento de Argentina como un momento donde se está discutiendo el peronismo que viene -dice Martín Piqué-. La conducción del peronismo actual y del peronismo futuro. Lo que está en marcha es esa discusión y es muy difícil lograr la unidad cuando un sector del movimiento nacional está más interesado en demorar una construcción de unidad muy competitiva electoralmente para poner en crisis más aceleradamente a macri, están más interesados en jubilarla a Cristina Fernández, en terminar con su liderazgo y, si el precio a pagar por eso es darle un poco más de margen a macri, creo que están dispuestos a hacerlo. Eso es lo que se está reflejando en la provincia de Buenos Aires. Hubo numerosos intentos [de parte del kirchnerismo] para que Randazzo se integre a la unidad, incluso intentos que la racionalidad política indica que nadie desdeñaría: encabezar la lista de diputados, tener lugares expectantes en la misma lista, tener espacios de poder en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, vos no los desdeñarías, salvo que tu intención sea terminar con el liderazgo de Cristina Fernández. Yo creo que la relación de Cristina con una parte importante del voto peronista en la provincia de Buenos Aires le quita autonomía a una parte de la dirigencia intermedia del peronismo. Uno puede pensar en los años 90, cuando el peronismo estaba más recostado sobre el conservadurismo popular de Duhalde y el neoliberalismo de Menem, el intendente, en su relación con los votantes, tenía mayores márgenes de libertad. Era una cuestión más delegativa: seguía votando peronismo, pero al intendente no le pedía mucho más que fuera peronista y que, dentro de lo que había, administrar el municipio en el marco del contexto mundial. Y, de repente, que los merlenses o los moronenses tuvieran acceso a políticas sociales, en el marco del neoliberalismo general. Pero así, entonces, el intendente para sus decisiones políticas tenía mucha más autonomía. Hoy ¿qué pasa? ¿qué le pasa a Gustavo Menendez, a Martín Insaurralde, o a Juanchi Zabaleta? Que el voto peronista, sobre todo en el conurbano, pero creo que también sucedería si Cristina recorriera otras partes del país, tiene una relación de identificación emocional, que es de las identificaciones que perduran más tiempo. No es que sea irracional, sino que no pasa solo por lo racional. Con Cristina se producen situaciones como las que dicen que vivió Insaurralde, cuando le dijeron: "Martín, te queremos, todo bien con vos, pero estamos con Cristina". Un comentario que habría recibido de un barrio muy profundo de Lomas. Ponele que, si no existió esa anécdota, podría ser posible. Lo que creo es que Cristina es una piedra en el zapato para los que quieren llevar el peronismo hacia otro tipo de relación con los poderes reales de la Argentina.
- Coincidís, Néstor, con el análisis que está haciendo Martín? -le pregunta Gabriel Fernández a Nestor Sbariggi.
- Sí, coincido -dice Néstor-. Los intendentes no tienen tanta autonomía, el apoyo a Cristina es monolítico, sobre todo en el conurbano. No sé cuánto mide, no sé si son 20, 30 o 40, pero sí sé que la adhesión a Cristina es muy, muy fuerte y los intendentes no la pueden dejar de lado.
- Yo creo que tampoco hay que dejar de lado lo que están diciendo los grandes empresarios sobre estas elecciones -dice Piqué-. Lo que ha dicho Werthein recientemente, lo que ha dicho Grobocopatel. Dijeron "No importa quién gane, lo que importa es el rumbo, que todos coincidan en el mismo rumbo". Yo creo que hay un peronismo que intenta emerger con el apoyo de grupos económicos, de Vila Manzano, de Magneto, de Paolo Rocca, que quiere ser una versión un poco más socialdemócrata de las reformas pro-mercado que hace macri en el país y hay un peronismo que quiere ser un movimiento nacional que reindustrialice la Argentina, para lo cual tiene que confrontar nuevamente con el complejo agro-alimentario. Y ese peronismo, que es el que hoy está representado por Cristina, porque los liderazgos no se terminan rápidamente, para mí tiene que ser protegido. Yo, ya poniendo un poquito de opinión, creo que lo que estamos viviendo es muy importante para los años que vienen en Argentina. Hay una posibilidad de ir hacia un escenario que a mí no me atrae tanto, donde haya más estabilidad política porque lo que se puede discutir en términos políticos esté mucho más acotado. Yo prefiero una Argentina quizás un poco más conflictiva, pero donde haya un modelo con posibilidad de ganar el gobierno y que quiera una Argentina distinta. Sin repetir errores, pero esa Argentina no se puede regalar.
- Martín, -dice Gabriel Fernández-: en el análisis que hace la gente de Randazzo dice que el peronismo es muy metropolitano, se ha encerrado en la zona del conurbano norte, sur, y le falta expandirse hacia el interior, tanto de la provincia como de todo el país. ¿Cómo lo ves?
- Me parece que es una forma eufemística de referirse a lo que yo estoy planteando -dice Piqué-. Porque los gobernadores, salvo excepciones muy reconocibles, se han subordinado a la asistencia financiera de la Nación y también de que les aprueben emitir deuda, y eso genera algunas limitaciones. Y después, para no subestimarlos, yo creo que tienen también otra mirada ideológica. Yo en ese sentido no tengo una mirada esencialista del peronismo. Para mí siempre el peronismo está en disputa interna, lo estaba con Perón en el exilio, sin por eso satanizarlo a Vandor, porque Vandor creía que la estrategia tenía que ser menos confrontativa con el poder militar y que para estar con Perón había que estar contra él. Y hasta se animó a competir electoralmente con los candidatos que quería Perón. O sea que el peronismo no es uno solo. Y eso que vos decís lo argumentó Martín Rodríguez en un texto que planteaba que había que desconurbanizar el peronismo. Y yo creo que es una forma eufemística de decir que hay que deskirchnerizarlo. Porque la potencia del kirchnerismo está en el conurbano y está también en otros lugares, lo que pasa es que Cristina se ha concentrado sobre la provincia. Y me parece bien, porque la situación de Cristina es como la de un jugador que jugó en la Selección, y jugó muy bien, con sus luces y sus sombras, pero que fue un titular indiscutido. Y después, durante un tiempo o se lesionó o se retiró, y de pronto quiere volver, pero no vuelve por lo que jugaba bien antes, tiene que volver a revalidar su título. Por eso me parece excelente que haya decidido presentarse, yo creo que no hay margen para que no se presente, porque si no se presentara, al día siguiente se termina la etapa kirchnerista del peronismo. El peronismo no es gradual en sus transiciones. Cuando olfatea que alguien ha decidido dejar de ser dirigente (y ser dirigente es asumir los riesgos), todos se reacomodan. Y es algo bueno que tiene el peronismo, que es un gran partido del poder. No solo es eso, pero también es eso. Si ven que vos has decidido dejar de luchar, bueno, chau. Pero Cristina cuando dice: "nunca hice lo que quería sino lo que debía y esa es mi responsabilidad histórica", yo creo que ella percibe que está en marcha un intento de generar un peronismo domesticado y entonces me parece que por esa razón va a ser candidata. Yo no sé si va a ser candidata a presidenta en 2019, pero sí que no tiene otra que jugarse ahora.