Toda una noche pensando en la vida de derecha - La otra.-radio para escuchar clickeando acá
Ilustración: Carmen Cuervo
- Aparición con vida de Santiago Maldonado: La jornada que acaba de terminar se hizo otra gran marcha hacia Plaza de Mayo y otras plazas del país y del mundo, reclamando al gobierno la aparición con vida de Santiago Maldonado. La marcha inmensa e intensa, a pesar de los esfuerzos del régimen por borronear la memoria inmediata bajo su deleznable norma "un escándalo tapa a otro escándalo". Ningún invento de los miserables propaladores del régimen pudo tapar que es el estado encabezado por macri el que hace desaparecer, sigue haciéndolo, porque la desaparición no cesa hasta que Santiago aparezca. La mejor prueba de que él es el desaparecedor la da la sistemática campaña para embarrar la cancha con pistas falsas acerca del paradero de Santiago, de pescado podrido que, igualito que en la dictadura, quiere hacer creer que Santiago no estaba en la escena de represión que montó la Gendarmería el 1 de agosto pasado. Todas las fotos, grabaciones en video, omisiones, supresiones, tachaduras, mensajes en clave, conversaciones telefónicas truncas muestran que los gendarmes se lo llevaron y que sus jefes políticos (Nocetti y Bullrich) coordinaron las maniobras de ocultamiento de la desaparición, así como sus jefes propagandísticos, Marcos Peña y su sistema de alcahuetes mediáticos, coordinan las maniobras de distracción. La nula empatía del gabinete macrista con la familia que sufre la ausencia de Santiago y su evidente protección a los criminales que lo desaparecieron habla a gritos de una desaparición forzada de personas.
- Cárcel para ella sola: Milagro Sala no se da por vencida: está confinada en una cárcel para ella sola a la que la injusticia jujeña quiere hace aparentar un arresto domiciliario. Ahora pende sobre ella una amenaza de devolverla a la prisión a secas, la dura y siniestra, el Alto Comedero, el lugar donde fue sometida a torturas psicológicas con la finalidad de quebrarla moralmente. No lo lograron, ni Morales, ni macri, ni sus mandaderos: ella sale cada mañana al balcón de su pseudo-prisión domiciliaria y se presenta ante los gendarmes que la rodean preguntando adónde está Santiago Maldonado, porque ella sabe que ellos saben y ellos saben que todos sabemos que a Santiago se lo llevaron ellos. La voz de Milagro es potente, desde su balcón se escucha en todas partes, nos recuerda cada mañana que el gobierno de macri tiene a Santiago y no lo deja aparecer y cada minuto que pasa es un crimen de estado. Y el régimen desespera porque no logra minar su moral militante, que a la vez alimenta el temple de todos los que no vamos a olvidarnos ni de ella ni de él ni de ellos. No quieren verla solo presa sola, quieren verla quebrada, pidiendo clemencia, teniéndoles miedo, reconociendo la autoridad de la que carecen. Por su voz vamos a volver a todas las Plazas que hagan falta para que los desaparecedores no puedan hacerse los boludos.
- Natanson reincide: El que se hace el boludo es, una vez más, José Natanson. Para salir con disimulo del papelón de haber dicho que el macrismo era una derecha moderna y democrática justo horas antes de que desaparecieran a Santiago, Natanson en su columna mensual de Le Monde, la franquicia que dirige en Argentina, se hunde aún más, con un título que queda para la historia del cretinismo periodístico.
¿La represión como demanda social? ¿Es así como quiere enmascarar su desbarranque, el haberle puesto la cucarda de democrática a la derecha desaparecedora? ¿Todo lo que tiene la socialdemocracia afrancesada para decirnos es que la represión es una demanda social? El primer párrafo de la nota empeora notablemente su rendimiento previo:
"Quizás porque resulta más cómodo, atribuimos el “giro punitivista” de las políticas represivas, tanto respecto de la seguridad pública como de la regulación de la protesta social, al oportunismo inescrupuloso de dirigentes proclives a los desbordes retóricos estilo América TV. Sin embargo, medidas tales como el aumento de las penas, la limitación de las excarcelaciones y la baja de la edad de imputabilidad, entremezcladas con reclamos de un control más estricto del espacio público, son también la respuesta a una reacción de la sociedad, a una demanda social de mano dura".
El truco de la verdad incómoda: en este caso sería que un análisis "simplista" desde la óptica de Natanson, hace que atribuyamos lo que él llama el "giro punitivista" al panel de Animales Sueltos -como si estuviera hablando de las diversas etapas de la filosofía de Wittgenstein, Natanson alude a la escalada represiva oficial contra el pueblo como un "giro punitivista". ¿Cómo disculparlo por caracterizar este momento argentino como un "desborde retórico", cuando llueven balas de plomo y tenemos un hermano desaparecido? ¿Qué será la retórica para Natanson? ¿Confundirá la foto de Santiago, que vemos por todas partes, con el cuerpo de Santiago, que no encontramos en ningún lado?
¿Retórica? El reclamo del grupo más radicalizado de la derecha social argentina estuvo acá todo el tiempo, desde hace años le pidieron a Néstor y a Cristina mano dura contra los pobres, contra los pibes, contra los que no tienen abogados ni cuentas offshore. Mano dura para ellos: ese desborde retórico lo conocemos hace años, pero se supone que el estado está para hacer docencia civilizatoria y no para cebar a las hordas, para hacer cumplir la normativa jurídica, las garantías, la presunción de inocencia, la inimputabilidad de los niños, los pactos internacionales de derechos humanos que nuestra Constitución se obliga a respetar. ¿Desde cuándo el reclamo permanente de la derecha bestial encuentra eco y estímulo en el estado? ¿Desde cuándo esta línea baja directo desde el comando político de las fuerzas de seguridad? Desde que asumió la derecha moderna y democrática. La persistencia de Natanson en el error le lleva a explicar las balas, los palos, los detenidos, los infiltrados, el pescado podrido lanzado desde usinas oficiales, el desaparecido, como una consecuencia de la "demanda social de represión", poniendo el todo cabeza abajo y al periodismo en estado de coma. "...son también la respuesta a una reacción de la sociedad, a una demanda social de mano dura". Una reacción de la sociedad, así, sin nada más, escribe Natanson, para él la sociedad demanda y la asunción de la barbarie merece solo un debate perfumado. Desborde retórico, demanda social. Será que Natanson está a punto de decir que a Santiago lo desaparecimos todos, que fue demanda nuestra.
- El párrafo final de la nota de José sería cómico si no diera asco:
"Dadas estas condiciones, es una pena que el macrismo, que por su origen, el modo de construcción política elegido y las convicciones de al menos una parte de sus dirigentes, tiene poco que ver con las viejas derechas autoritarias, haya decidido transitar por el camino fácil del punitivismo en lugar de avanzar por una huella más democrática y respetuosa de los derechos humanos, menos visible pero también profunda".
Es una pena, José. ¿Con qué dirigentes de la derecha moderna y democrática hablarás, quiénes serán los que te trasmiten sus convicciones que "tienen poco que ver con las viejas derechas autoritarias"? ¿Será una pura dificultad de target? ¿Que Le Monde estaba preparado para el momento del anunciado "giro a la moderación" que nunca existió, en cambio sustituido a último momento por el "giro punitivista"? ¿Qué otro giro inventará José el mes que viene para salir de la ciénaga retórica en la que se metió? ¿Cómo será cobrar un buen salario para describir la barbarie con palabras mesuradas y asépticas? ¿Cómo encuadrar la desaparición de Santiago dentro de un giro "punitivista"? ¿Qué parte, cuántos, quiénes, dónde estaban pidiendo que se desapareciera a Santiago y que el estado impidiera su aparición?
- ¿Y cómo es que un escriba ilustrado omite que una parte de la población está desquiciada por el consumo tóxico de medios que la empujan hacia la sed de vigilancia y castigo sumarios, sed impulsada por canales y radios que taladran todo el día las mentes de televidentes asustados y estructuralemte frustrados? ¿Cómo escapa un elemento tan obvio de tu análisis y te limitás a mentir que la derecha moderna tuvo que endurecerse por una demanda de la sociedad?
- Ojalá repiensen: En una línea de comicidad involuntaria, el crítico cinematográfico Diego Lerer, al enterarse de que la película argentina Alanis de Anahí Berneri y su protagonista Sofía Gala se llevaron varios premios del festival de San Sebastián tuitea:
Ojalá estos premios hagan repensar algunas de las recientes medidas tendientes a complicar la producción de este tipo de cine en Argentina.— Diego Lerer (@dlerer) 30 de septiembre de 2017
como si su inteligencia no le permitiera percibir que el macrismo vino a destruir el cine argentino tal como lo conocimos y a restaurar un esquema de producción de unas pocas grandes películas industriales que no requieren una política de estado sino la selva feroz del mercado. ¿De veras pensará que los premios en San Sebastián pueden hacerlos recapacitar para sostener el cine argentino en lugar de destruirlo, como resolvieron? ¿No es capaz de vincular esta decisión con otras que no ocurren en el ámbito del cine pero tienen la misma orientación? ¿Para qué o para quién se escribe un tuit así? ¿Para quedar bien con la mayor parte que se pueda, para acomodarse a la derecha moderna y democrática que nunca llegará? ¿Para emitir un suave rezonguito en el momento de la violación? ¿Para seguir yendo a cubrir festivales y dejar abiertas todas las puertas, por las dudas? ¿Será que la vida moderna segrega un sentido común de derecha, la vida de derecha de la post-dictadura de la que habla Silvia Schwarzböck en Los espantos, para seguir invitado a las tertulias de Salón Cultural?
- ¿Será que al escribir un tuit así Lerer no muestra más tontería que la que la normalidad argentina demanda para seguir circulando, que no es más zonzo que la media del establishment crítico y solo puede apelar a que los funcionarios recapaciten? ¿Será que la crítica de cine moderna y democrática nunca tuvo estómago para comer platos tan indigestos?
- Zama: En el programa de anoche también hablamos de Zama, la película de Lucrecia Martel que tanto hemos esperado. Hablamos un poco nomás: vamos a volver a verla y a seguirla pensando. pero la primera aproximación nos permite decir un par de cosas. Lucrecia es una cineasta supedotada, una fuera de serie cuyo talento brilla en extensos tramos de Zama. No nos pareció, ciertamente, la maravilla que muchos críticos saludan con algarabía. Está bastante por debajo de su extraordinaria trilogía incial (La ciénaga, La niña santa, La mujer sin cabeza): ahí reside hasta ahora el núcleo incandescente de su genio. El arrojo artístico que la lleva a aventurarse por terrenos no explorados, a abandonar la seguridad conquistada e intentar otra cosa es muy bienvenido. De esta clase de arrojo está hecha la sustancia de los grandes autores: quizás Zama sea la precondición para que en la película que viene Martel aflore otra maravilla. Mientras tanto, Zama, no del todo lograda, muestra que está hecha por un talento excepcional, inconformista y audaz, con brotes de inspiración poética visual y auditiva poco comunes. Ampliaremos.
La música que escuchamos durante el programa: lo nuevo de José Miel, de Gabo Ferro con Juan Carlos Tolosa y Nirvana. El programa completo acá.