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Llegando los monos... ¿y nadie hace nada?

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Una conversación radial con la Corriente Kirchnerista de Santa Fe



Ilustración: Carmen Cuervo

Anoche tuve una conversación radial con los compañeros de la Corriente Kirchnerista de Santa Fe, Romina Mansila y Atilio Degrossi, que hacen el programa Y nadie hace nada por FM Chalet 100.9, los lunes a las 19:00 y también editan el blog Nestornautas.

La charla arranca con una referencia a la desdichada caracterización que hace un poco más de dos meses hizo del macrismo José Natanson, el... ¿politólogo? y editor de la edición argentina de Le Monde diplomatique, cuando se le ocurrió decir que el gobierno encarnaba una derecha moderna y democrática, ¡apenas unas horas antes de la desaparición forzada de Santiago Maldonado! Un crimen de la gendarmería que gozó hasta ahora del fuerte aval de macri y su ministra de seguridad. Es un caso testigo, porque el gobierno franqueó un límite del que no hay retorno y quedan pendientes responsabilidades penales que algún día van a pagar, cuando vuelva a funcionar una justicia imparcial y no manipulable por la clase domnante.

Pero también es un caso testigo para los... ¿politólogos?, eso de usar las categorías más desacertadas en el peor momento. Natanson no es el único ni el más cretino, pero es el que las circunstancias históricas pusieron en evidencia. No forma parte de los operadores brutales que tienen línea directa con el jefe de gabinete para echar a rodar cada noche las operaciones mediáticas más deleznables, sino que está entre los observadores de la generación intermedia que sobrevuela los conflictos argentinos desde un mirador distante, con la cobertura que, en su caso, da la socialdemocracia europea de Le Monde u otras publicaciones impresas o en la web, pensadas a su imagen y semejanza.

Quizá cuando algún día se estudie la desaparición de Santiago como el punto de inflexión que el macrismo pagará en su debido momento, también se analice el curioso pifie de Natanson, para ser benevolente con su léxico.

Después de la desaparición de Santiago, la gendarmería y otras fuerzas de seguridad no pararon de producir episodios de avasallamiento de las libertades civiles que en nada hacen juego con cualquier idea de modernidad democrática. Para acomodarse un poco en su columna del mes siguiente en Le Monde, JN acuñó el ingenioso sintagma "giro punitivista", según el cual este acelerado deterioro del estado de derecho sería consecuencia de un reclamo "de la sociedad" para que el gobierno muestre signos de autoridad fuerte. (((Dios mío, ¿es posible una descripción neutral de los hechos cuando se opera sobre las relaciones de fuerza a la vez que se las pretende explicar?))).

Faltan menos de dos semanas para unas elecciones nacionales de medio término y los pronósticos favorables envalentonan al régimen y a sus voceros para seguir inyectando miedo y amenazas no tan veladas sobre cualquier sector que represente un obstáculo para sus planes. La semana pasada el periodista de Clarín Marcelo Cantón relató un off de macri en el que éste le manifestaba su deseo de mandar a 562 argentinos "en un cohete a la luna"- porque "frenan el cambio del país", en un oscuro eufemismo que puede tomarse como una lista negra, una amenaza de cárcel o quizás nuevas desapariciones. Clarín lo titula de forma más truculenta: "La lista de los 562 hombres a que apunta Macri". No hay tantas acepciones para el verbo "apuntar". A la vez, que sea Clarín el que difunde este off solo indica que la amenaza es abierta y explícita y el gobierno quiere que se instale, contrariando el prestigio... ¿politológico? de Natanson.

Majul, un tipo al que cuesta tomar en serio, se prende en la movida y habla de la lista de argentinos a los que macri quiere ver presos. Y Carlos Pagni en La Nación informa sobre la ira presidencial contra Horacio Verbitsky por haber publicado el dinero blanqueado por Gianfranco Macri, el hermano (Gianfrancamente hablando). El presidente deja trascender por voceros oficiosos que considera a Verbitsky como "la peor lacra". Pagni agrega que, como el régimen no puede penalizar directamente al periodista por difundir esa información sobre su plata negra, va a tomar una represalia contra Víctor Santa María, el propietario de Página 12 en el que Verbitsky publicó su nota, al que quiere apresar.

Los domingos a la noche María O´Donnell tiene un programa en la TV Pública, Ronda de editores, en el que se encuentran representantes de los diversos diarios, con un obvio predominio de la prensa oficialista (la mayoría lo es). En su última emisión, el mismo Marcelo Cantón conversaba entre amables sonrisas sobre la lista del los 562 apuntados por macri, lo que rebaja a la categoría de broma amable una intimidación lanzada por el jefe de un estado que también está implicado en una desaparición forzada de persona y tiene injerencia sobre el poder judicial para mantener a Milagro Sala y otras militantes sociales como presas políticas. ¿Cómo separar la "broma" del cohete de la desaparición Santiago y la cárcel de Milagro sin mostrar un profundo desprecio por la inteligencia de sus lectores y espectadores y una cínica renuncia a los valores "republicanos" a los que fingen adherir?

Estas eran las preguntas que anoche nos hacíamos con los amigos santafesinos de Y nadie hace nada.

Hacia el final dije que en la sociedad argentina siempre hubo un sector apegado al ejercicio fascista, que históricamente apoyó a las dictaduras y cuando hubo gobiernos democráticos se movilizó reclamándole "mano dura" a las fuerzas represivas. No tengo una encuesta precisa, pero postulo un tercio de la población que, por conveniencia o resentimiento de clase, siempre pide muertos. La derecha hace política con la muerte. Punitivismo, lo llama el genio... ¿politológico? de Natanson. Después hay, pongamos, un tercio de la población que encarna los valores realmente democráticos, en favor de las garantías constitucionales, la presunción de inocencia y la resolución política de los conflictos. Yo le digo a De Grossi en nuestra charla:

- A mí me preocupa ese tercio que se supone que es independiente y que naturaliza este continuo avance del estado represivo, al caracterizarlo como una derecha moderna y democrática. Ahí hay una insensibilidad ante el peligro de la represión, de los avances autoritarios, por la cual te van acostumbrando a que el presidente pueda decir que hay 562 que, no sabemos cómo, los van a sacar de circulación. Y mientras tanto 'no pasa nada, está todo bien'. Ese tercio que naturaliza las cosas, que hace de cuenta que todo está normal es el que a mí más me preocupa"

Degrossi me pregunta:

- ¿Cuál es la respuesta de una sociedad democrática frente a eso? Porque, digamos, con el argumento de la legitimidad de origen del gobierno, que fue votado, te dicen que no podemos decir que esto es una dictadura, pero al mismo tiempo estamos asistiendo a una democracia de cada vez más baja intensidad, afectada en sus valores centrales, con algún nivel de consenso social. ¿Qué nos queda a los que verdaderamente creemos en los valores de la democracia y los compromisos que el estado de derecho nos impone a los que gobiernan y a los gobernados?

- Es una pregunta que yo también me hago, me parece que nosotros tenemos que seguir por la vía crítica y apostar por más democracia. Las elecciones van a tener resultados que van a ser controvertidos y van a variar según las provincias. En algunas provincias estamos dando pelea, en otras no. Me parece que no debemos abandonar la organización y la movilización ante cada caso: la respuesta de la sociedad contra el fallo del 2 x 1 de la Corte macrista tiene que ser un ejemplo a seguir para no dejarles pasar una. Otro ejemplo es el caso Maldonado, que mantiene a un sector de la sociedad continuamente movilizado, a pesar de los esfuerzos oficiales por irlo retirando del tapete. Y hay que tratar de sensibilizar a ese tercio insensible, tratar de marcarle el error de su diagnóstico, si somos bien pensados y creemos que solamente se equivocan, ¿no? Y tampoco dejarnos desmoralizar, porque estamos en un período en el que ellos están intentando instalar un clima triunfalista, como que ya ganaron y van a arrasarnos. Todavía hay mucho por hacer. Incluso suponete que en la provincia de Buenos Aires, que se considera la madre de todas las batallas porque juega Cristina, si Unidad Ciudadana llegara a salir segunda, no hay que dejarse desmoralizar ni siquiera en ese caso. Porque nosotros tenemos un grado de conciencia y de organización, por lo menos en un tercio de la población, como nunca lo tuvimos. En otras ocasiones les fue mucho más fácil avanzar, con los indultos de Menem, con la represión de la dictadura, estas cosas horribles pasaban y a ellos les resultaba mucho más fácil avanzar, con una sociedad más desmovilizada. Hemos ganado un grado de conciencia y movilización para no dejarnos desmoralizar, tenemos que seguir por ese camino.

La conversación entera, acá:



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