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¿El juez Lleral es otro tentáculo de Patricia Bullrich?

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En el día de ayer, el Juez Lleral rechazó nuestro pedido para incorporar un grupo de expertos independientes a la investigación del caso, que venimos impulsando desde el 7 de agosto ante el Poder Ejecutivo y Judicial. Se adjunta al presente el texto completo de su resolución.

En esta causa, los auxiliares de la justicia (como define el juez Lleral) son fuerzas de seguridad que dependen de un mismo Ministerio. Si bien la Gendarmería Nacional fue apartada de la investigación, en la propia resolución el Juez menciona varios puntos cuestionables en la tarea llevada a cabo hasta la fecha. El Juez invierte el sentido de lo peticionado y afirma que serán procesados si cometen delitos.

Nos preguntamos si es necesario correr ese riesgo cuando se ha ofrecido un cuerpo de expertos independientes para colaborar con él en la búsqueda de Justicia. Sostener la negativa nos sigue pareciendo infundado.

No pedimos más que una investigación independiente, pronta, exhaustiva. La ONU nos acompañó en la iniciativa y puso a disposición un grupo interdisciplinario e independiente. No limitamos el pedido a ese grupo: también podrían convocarse expertos de fuerzas de otras provincias y de cuerpos de investigadores judiciales , de universidades nacionales, colegios profesionales, entre otros ejemplos.

Nos preocupa, asimismo, la demora en aceptar esta ayuda porque los expertos que nos asisten han sido los únicos que aportaron colaboración esencial al progreso de la investigación y quedan pendientes medidas claves (investigación pericial del lecho y zona circundante al hallazgo del cuerpo; ubicación de testigos presenciales que aún no declararon; preparación de documentación y guía previa a reconstrucción del hecho -planimetría sobre la base de diferentes versiones- , entre otras).

Vamos a reiterar este pedido en las instancias superiores porque creemos que sólo de esa forma podremos saber que le sucedió a Santiago y quiénes son los responsables penal, política y administrativamente.

No coincidimos con el Sr. Juez en sus conclusiones sobre la eventual pérdida de poder soberano del Estado Nacional por aceptar la colaboración de expertos en una investigación que, sin dudas, no ha sido ejemplar. Existen circunstancias objetivas, mencionadas por Lleral en la primera parte de su resolución, que aconsejan la colaboración de investigadores independientes. No se trata de desconocer la labor de la Justicia local sino, por el contrario, de jerarquizar su rol y fortalecerla.

No hemos pedido, tampoco, que se sustituya a las fuerzas de seguridad nacionales afectadas a la investigación sino que se las complemente y asista, para evitar que se investiguen a si mismos. Es una diferencia importante con las conclusiones del Juez.

No acordamos, tampoco, en que la Justicia haya dado las respuestas necesarias en el momento indicado. La remoción del juez anterior así lo acredita, sin necesidad de mayores comentarios.

Como adelantamos, vamos a apelar esta decisión e insistir en lo que hemos venido pidiendo una y otra vez: una investigación exhaustiva, efectiva, independiente e imparcial.

Es nuestro compromiso con Santiago: conocer la Verdad, obtener Justicia.

#JusticiaPorSantiago

Mi comentario

por O. A. Cuervo 

Lamentablemente veo cómo se va consolidando una impresión que tuve desde los primeros días en los que el juez Lleral se hizo cargo de la desaparición forzada seguida de muerte de Santiago Maldonado, después de la desastrosa primera etapa, llevada adelante por el juez Guido Otranto. El trabajo evidentemente obstructivo para que la investigación avance, el destrato a la propia familia Maldonado, la errática conducción de la investigación y las declaraciones periodísticas irresponsables y atentatorias de la obtención de justicia hacían previsible que el desempeño de Otranto llevaba al desastre y se perdía el tiempo imprescindible para obtener las pruebas necesarias que explicaran el crimen del que Santiago y su familia eran las víctimas.

Cuando asumió Lleral, el nuevo juez gozó del beneficio de la expectativa de que su desempeño fuera más cuidadoso y responsable. Las maneras de Lleral lograron calmar los ánimos de todos, que con Otranto estaban muy caldeados. Pero siempre pensé que no podía ser una cuestión solo de maneras: que el trato correcto a la familia, el recato en sus declaraciones y la cautela para moverse en un terreno sembrado de pistas envenenadas (porque el sospechado es el propio estado) eran solo el piso para buscar justicia y no su techo. Y Lleral logró enfriar el caso con unos pocos gestos. 

Muy funcional con los intereses del estado presuntamente desaparecedor: el tiempo avanza y la verdad huye.

Cuando el cuerpo sin vida de Santiago apareció, empezó otra etapa: la de una autopsia conducida por el Cuerpo Médico Forense dependiente de la Corte Suprema de Justicia. La aparición del cuerpo produjo un shock colectivo que los modos suaves de Lleral lograron aplacar. La autopsia se inició con celeridad llamativa, el juez les pidió a todos los peritos que presenciaron la jornada preliminar que tuvieran suma cautela para comunicar a los medios lo que se estaba haciendo. Las partes acataron ese pedido. Sin embargo, Lleral salió de ahí y esa misma noche renunció a su cautela, declarando que el cuerpo de Santiago "no tenía lesiones visibles". 

La pericia solamente había empezado: ¿era necesario que el juez emitiera semejante declaración, cualquier cosa menos cautelosa? ¿El pedido de cautela que hizo a los demás observadores de la pericia fue acaso una maniobra para arrogarse el monopolio de la comunicación y emitir dictámenes prematuros, pocas horas de las elecciones, en un momento tan altamente sensible? 

Desde entonces empezó a correr la versión de que la cortesana Elena Highton de Nolasco había presionado al juez para que se ofreciera un resultado "preliminar" para la tapa del diario del sábado anterior de las elecciones. Cierta o no esa versión, Lleral dijo la frase que el oficialismo esperaba para seguir operando sobre la opinión pública, como lo hizo desde el momento de la desaparición misma de Santiago: "'El cuerpo no tiene lesiones' dijo el Juez", dijeron los medios oficialistas ese sábado. Y los trolls manejados por la jefatura de gabinete completaron lo que el juez no podía decir: "Maldonado se ahogó porque no sabía nadar" en la enésima operación que evidencia el interés estatal por obstruir la justicia. 

Hubiera sido muy sencillo para Lleral evitar ese daño de manipulación mediática de consecuencias ya irreversibles: salir de la primera sesión de la pericia y no decir nada.

Con el correr de los días, otras sospechas empezaron a inquietarnos. Durante ya demasiadas semanas toda la expectativa se fijó en la autopsia, es decir, en la causa biológica de la muerte de Santiago, como si las otras circunstancias que rodearon a su desaparición, principalmente el contexto de la actuación represiva de la gendarmería y las filtraciones de fotografías y audios sobre los movimientos sospechosos de las fuerzas represivas estatales fueran irrelevantes. Entonces, gracias a Lleral, parece que de lo único que tendríamos que estar pendiente era de la existencia de plancton de tales o cuales características en los pulmones de un cuerpo del que ni siquiera hoy se sabe cuánto tiempo estuvo muerto en un arrollo frío, si fue ocultado en un lugar distinto de aquel donde perdió su vida y plantado estratégicamente en un momento en que a las fuerzas represivas les convenía que apareciera.

Las certezas que hoy se tienen sobre una investigación que conserva la carátula "Desaparición Forzada Seguida de Muerte" son ínfimas o nulas. A medida que pasa el tiempo el poder estatal goza del beneficio del desgaste del ánimo de su familia y de la fatiga de la atención de la sociedad hacia un crimen impune, en beneficio de otros escándalos oportunamente plantados.

Ayer llegó el nuevo comunicado de la familia que nos resulta francamente desalentador. El juez Lleral se niega a incorporar a otros expertos independientes a la investigación. En línea con el rechazo oficial a la participación de expertos de las Naciones Unidas, Lleral alega la absurda excusa de que eso pudiera representar un menoscabo para la soberanía argentina. ¿Lleral llegó para enfriar la causa solamente? Quedan pendientes medidas claves, el tiempo que pasa corre a favor de los criminales y posibilita el borramiento de las pruebas que aún puedan persistir. La Gendarmería fue apartada de la investigación pero otras medidas procesales son ejecutadas por la Policía Federal, cuyo mando político es el mismo estado y el mismo ministerio de cuya participación se sospecha. Patricia Bullrich.

¿Es Lleral otro tentáculo de Patricia Bullrich?

La duda se vuelve tenebrosa: ¿el juez forma parte del mismo dispositivo estatal que permitió que la verdad sobre la muerte de Santiago se nos vaya alejando? ¿Terminará siendo él también uno de sus desaparecedores?

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