Este domingo a medianoche viene a La otra el melómano y spinettólogo Sergio Coscia. FM 89,3
Sergio Coscia es un melómano que el año pasado publicó el libro Los 138 discos que nadie te recomendó (Grijalbo, 2017), en co-autoría con Ernesto Gontrán Castrillón. También es uno de los responsables de La La La radio, la emisora online dedicada a pasar música de Spinetta las 24 horas del día. Además atiende su disquería Mondo Rabioso en la galería Corrientes Angosta. César Colman, editor del blog Phantasmagoria y habitual colaborador de La otra.-radio, le hizo una entrevista que anticipa su vista a nuestro programa del domingo que viene a la medianoche en FM 89,3, Radio Gráfica.
Coscia explica así su pasión: "Me atrae interrogar la música, descifrar su misterio, que a veces no resulta en otra cosa que traducir a palabras lo que ella dice con notas y silencios. Describir lo que sentimos, preguntarnos qué sucede con ciertas melodías que nos emocionan, y por qué sucede. El texto, como la música misma, acaba ocupando un espacio entre un misterio absoluto y nosotros. Una de las citas más maravillosas que leí sobre la música es de Oscar Wilde y dice: 'La música es el tipo perfecto de arte: no puede decir nunca su último secreto'. Quizás por eso escuchamos tanta música, y no paramos de hablar y escribir sobre ella.
CC: Teniendo en cuenta el resultado del libro Los 138 discos que nadie te recomendó, quería que me cuentes con qué metas arrancaron este proyecto y si hubo algo que les haya quedado atragantado.
SC: Siempre dije que sólo hay una cosa tan buena como escuchar música: ¡hablar de música! Y me parece que es una necesidad que con el tiempo se intensifica. Ese disfrute, que en los años formativos era más individual y solitario, se convierte en un territorio compartido, en algo que nos comunica aún entre extraños, de una manera inmediata. ¡Si hasta he podido comprobar que los músicos, instrumento en mano, hacen lo mismo, hablar de lo que están tocando, de la música de sus colegas o sus maestros! En el caso específico del libro, ese disfrute tuvo el objetivo de desafiar las encuestas, el canon, esa cosa instituida y aburrida de los 1000 mejores y todo eso. Precisamente porque habiendo tanta música de la que hablar, se acaba hablando siempre de los mismos artistas y obras, y eso tiene el daño colateral de provocar que repitamos de manera acrítica ciertos juicios que se establecen como inamovibles. El libro es apenas rasgar la superficie: bien podríamos, de habernos dejado, escribir ¡los 1138 discos! Y proponiéndonos eludir el canon, evitamos discos sobre los que siempre es grato escribir, aunque obviamente, lo hubiéramos hecho desde otra mirada, o incluso en algunos casos, poniendo en duda que tal o cual obra maestra lo sea en verdad. Pero bueno, ¡hubiera sido el Señor de Los Anillos o de Los Discos!
CC: ¿Cómo sigue La La La Radio y cuáles son los proyectos a futuro?
SC: La La La Radio sigue siendo un proyecto quijotesco nacido de la pasión y el amor por la obra de un artista irrepetible, que logró establecerse como una idea necesaria para mucha gente y muchos músicos relacionados a ese universo. En tal sentido, es un éxito. El desafío es enorme. Son 24 horas de programación. Hay que generar contenidos continuamente y el trabajo es mucho. Lo vamos sorteando, creo, con acierto: no sólo hacemos de la obra de Luis algo vivo, continuamente puesto en nuevos contextos, sino que tratamos de que se convierta en disparador hacia otras cosas: pasar la música de quienes lo marcaron a él, de los músicos que trabajaron con él (cosa que no hace nadie) y otras cosas que se irán incorporando. Hasta dónde llevaremos el proyecto es imposible de saber. Mientras siga siendo un proyecto romántico, sin ningún viso comercial, ni financiación ni apoyo de producción alguna, todo depende de nosotros y la gente y ciertos límites que de todas maneras sorteamos, creo, con el trabajo y la pasión. Lo bueno es que no nos cansamos, más bien al contrario, es un proyecto que nos moviliza a diario, nos da alegría hacer, es un continuo motor, sobre todo en un momento tan oscuro como el actual.
CC: Respecto del rock internacional, qué fue lo último que te voló la peluca. ¿Después de Nirvana paso algo que valiera la pena? ¿O el último gran disco de la historia es Physical Graffiti?
SC: Del último par de décadas, siempre vuelvo a Radiohead y me interesa conocer cada cosa que Haga Damon Albarn. Por otro lado, la producción de Mark Kozelek, profusa y diversa, siempre me atrae y me depara sorpresas. No deja de haber gratos descubrimientos, discos o bandas desconocidas, o conocidas pero no masivas, que uno se va topando entre búsquedas conscientes o encuentros casuales. Pero también eso se va dando hacia atrás: descubrir cosas viejas que uno dejó pasar de largo en su momento, o directamente desconocíamos. Nunca es algo lineal, pero por otro lado, para los que tenemos cierta edad (y es algo que he comprobado también con los más jóvenes) queda claro que en lo que se refiere a nuestra cultura, los sesenta y los setenta son la época de oro. Como se ha dado en toda la historia de la humanidad y el arte, no se puede pretender que en cada generación, o en todo lugar o época, haya un continuo y renovado estallido de creatividad. O algo nuevo que sacuda todo y logre modificar el parámetro o influir de manera directa a millones al mismo tiempo. Eso se da cada tanto.
CC: Sex Pistols, The Clash, The Jam, The Damned… ¿Aportó algo el punk, aparte de escandalizar a señoras bien y no tan bien de la isla? ¿O se puede rescatar más del post punk, como Joy Division, Bauhaus, The Cure o Siouxsie? ¿o del pre-punk como The Stooges o New york dolls? ¿Qué tal Ramones?
SC: Me parece que el punk tuvo más importancia como gesto que como movimiento musical. El sacudón que promovió tuvo un significado más necesario y trascendente que la propia producción artística. Con el tiempo me di cuenta que lo que en el momento me deslumbró de esa época, es lo que permaneció con el mismo brillo tiempo después y son todos artistas o discos que nunca fueron propiamente punk, o fueron, por suerte mucho más que eso: Television, The Clash, Talking Heads…