En el tema pendiente del presupuesto con que se va a financiar el derecho de las mujeres pobres al aborto en un hospital público aflora la insuficiencia de los reduccionismos de género. Porque en sus discursos Sor Lopilato nos hace llorar a todos, como Andrea del Boca en Papá Corazón, pero cuando haya que poner la tarasca, ahí, igual que en el presupuesto para la escuela pública, los hospitales o las pensiones por discapacidad, la sororidad no va a alcanzar. Va a depender de la lucha de la clase trabajadora contra la clase opresora. Y fíjense que en esta frase no hay problemas de género. No hace falta usar cacofonías como clase trabajadore o clase opresorx.
Y es lucha de clases, no es luchx de clasos, ni luch@ de clasxs.
Sor Lopilato a favor del tarifazo:
Pensemos en los muertos de frío por las tarifas que Sor banca desde su banca.