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Cimbronazo en el bloque dominante: el enfrentamiento AMIA/DAIA deja al descubierto que durante años la dirigencia comunitaria usó a las víctimas de los atentados y impidió llegar a la verdad

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En primer lugar, llama la atención que la prensa dominante hoy haya dado un espacio tan minúsculo e irrelevante a una de las rupturas políticas más resonantes de los últimos años. La carta por la cual AMIA critica el uso político que hizo DAIA de las causas judiciales contra Cristina apenas si merece lugares subalternos en Clarín y La Nación de hoy, a pesar de que la noticia expone una grieta en un sector que había funcionado hasta ahora como un bloque monolítico. Se trata evidentemente de un cambio de clima político que afecta a sectores que se habían mostrado muy vinculados al ascenso del macrismo al poder, en ese tóxico entramado con la investigación por los atentados de la década del 90, la conexión local, el encubrimiento, la malograda fiscalía de Nisman, su suicidio y la causa contra la firma del Memorándum con Irán, impulsada simultáneamente por el macrismo, la DAIA y las derechas norteamericanas e israelíes. 

Es que durante años DAIA trató de usar la memoria de las víctimas y manipular la investigación de la autoría de los atentados en función de los intereses de las derechas israelí y norteamericana. DAIA también se arrogó la representación de la comunidad argentina judía, cuando en realidad funcionó como representante del estado de Israel en Argentina. Es en función de esta representación que DAIA se alineó de inmediato con la hipótesis de investigación de los atentados orientadas contra Irán, desechando otras líneas de investigación más que atendibles, como la pista siria y la red de complicidades de la conexión local, que implica a personajes ligados al macrismo como el Fino Palacios.

Lo que empezó cuando los atentados de los 90 se produjeron fue un proceso de encubrimiento de la verdad, dirigido por EEUU e Israel, acatado obedientemente por el gobierno, la policía y el poder judicial argentinos, sostenido acríticamente por la dirigencia de la DAIA, que en su alineamiento arrastró a la AMIA, deshonró a sus víctimas y se puso del lado de los encubridores. 

La historia del encubrimiento y la conexión local es tan larga e intrincada que llega hasta hoy, implica a miembros de la propia dirigencia de entonces y ahora, como Rubén Beraja y Waldo Wolf, y tiene como objetivo último que la verdad de los atentados nunca se sepa. 

Los últimos capítulos de esta historia sinuosa empezaron a ser instrumentados por el macrismo, que manipuló la causa para instalarse primero como el partido que aseguraba los intereses israelíes y norteamericanos en el país y finalmente, ya en el poder, para perseguir a sus opositores. 

Derivaciones del encubrimiento persistente son el desgraciado desempeño del fiscal Nisman como fiscal especial de la Causa Amia, su intempestiva e inconsistente denuncia contra la entonces presidenta de la nación Cristina Fernández en 2015, el repentino suicidio del fiscal horas antes de tener que defender su maltrecha denuncia en el Congreso y el consiguiente intento del macrismo, la DAIA y el poder económico trasnacional para transformar este suicidio en un magnicidio. 

Hace pocos meses se publicó el libro ¿Quién mató a Nisman? del periodista Pablo Duggan que, basado estrictamente en una lectura atenta del expediente judicial, concluye que todas las pistas conducen al suicidio de Nisman. La publicación de Duggan fue seguida a las pocas semanas por el desestimiento de Sandra Arroyo Salgado de continuar con la querella que sostenía en la causa del asesinato de Nisman, su exmarido. Ella era la principal impulsora judicial de la indemostrada hipótesis del homicidio. 

La DAIA arrastró a la mutual judía AMIA a jugar como piezas de movidas geopolíticas que renunciaban a conocer la verdad y usaron a las víctimas de los atentados en un negocio siniestro.

Ayer la AMIA publicó una carta solicitando a la DAIA que deje de formar parte de la querella contra Cristina Kirchner por la firma del Memorandum de Entendimiento con Irán, proceso por el cual se llegó a acusar a Cristina y su canciller Héctor Timerman por traición a la patria. Bonadío dictó por esta disparatada acusación contra Cristina su prisión preventiva, usada por el macrismo para acorralar a su principal opositora. Por la misma causa Héctor Timerman fue condenado a morir prematuramente sin recibir a tiempo el tratamiento médico que hubiera intentado salvar su vida.
El desinterés del macrismo por avanzar en el esclarecimiento del atentado es sugerido por el informe final elaborado hace un año por el exfiscal Mario Cimadevilla, que trascendió completo hace pocos días. Cimadevilla había sido designado por el gobierno del propio macri para integrar la Unidad Especial de Investigación AMIA. Dicha Unidad fue disuelta en marzo pasado a causa del interés del macrismo para que la investigación no avanzara. Las duras conclusiones de Cimadevilla afirman:

“Agradezco al presidente que al disolver la Unidad Especial de Investigación de la CAUSA AMIA me haya dispensando de ser el responsable de cumplir la enorme promesa que hizo ante su primera Asamblea Legislativa. Al menos, agradezco que la Unidad Especial AMIA haya desaparecido sin tener que convertirse en una Unidad Especial de Encubrimiento, cuando ya su Gobierno ni siquiera intentaba fingir que alguna vez hubiera tenido intención de cumplir aquella promesa”

[...] “Yo tenía que elevar los alegatos para acusar por encubrir. Estaban el juez Galeano, fiscales y miembros de la Policía. Yo pedí que la querella del Estado acuse a todos. Pero Garavano no quería. ´Mullen y Barbaccia son amigos, no se los puede acusar´. “Nunca me lo dijo en persona Macri, pero las diligencias de Garavano tenían una orden. De hecho tampoco querían acusar al “Fino” Palacios, que fue el policía que ayudó con el rescate de Macri cuando había sido secuestrado”.

(Ver Informe InfAMIA, acá)

La reacción de la DAIA ante la carta de la AMIA es insólita: cuestiona que la mutual judía argentina haya hecho pública su carta con objeciones, como si se tratara de asuntos que deben resolverse en privado entre cómplices del silencio.

Las acusaciones de Cimadevilla, el desestimiento de Arroyo Salgado y ahora la crisis entre AMIA y DAIA muestran el resquebrajamiento de un armado que sostuvo al macrismo en el poder y a la vez aseguró que la verdad sobre los atentados nunca se conociera.

Hoy se conoció la declaración del Llamamiento Argentino Judío:

“Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo.
Puedes engañar a algunos todo el tiempo.
Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.”
Abraham Lincoln

La carta de la AMIA dirigida a la DAIA donde le pide que desista de la querella en la causa judicial contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y demás acusados por la firma del Memorándum con Irán, confirma lo que el LLAMAMIENTO Argentino Judío viene sosteniendo desde su creación hace ya casi cuatro años.

Decíamos que la DAIA había usurpado una representación única que no se condecía con la realidad de la colectividad argentina judía y que el proceso de derechización de su dirigencia la había llevado a convertirse en un comité del PRO al que habían aportado cuadros dirigentes como Waldo Wolff, Sergio Bergman y Claudio Avruj, entre otros.

También decíamos que sobre el Memorándum de Entendimiento con Irán se podía opinar sobre su validez jurídica y/o su eficacia política pero que no era un tema judiciable y que avanzar por ese camino como punta de lanza, como lo hizo la DAIA al lograr la reapertura de la causa en complicidad con un sector judicial, iba a traer graves consecuencias no solo sobre las personas involucradas sino sobre toda la colectividad argentina judía.

Los términos de la carta de la AMIA están diciendo exactamente lo mismo. Veamos:

Dice la carta….“al desistir de esta querella contra la senadora y ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, además de reparar un grave error de la gestión anterior, la DAIA empezará a tomar distancia de una causa que está en el centro de la famosa grieta que divide a la mayoría de los argentinos, división que por cierto no nos representa”…. “es imperioso reforzar los mecanismos para mantener absoluta independencia de todas las instancias centrales de la comunidad judía de los partidos o grupos políticos”. Claramente la AMIA le achaca, con otras palabras, lo que nosotros siempre hemos sostenido: funcionaban como un comité del PRO.

En otro párrafo se lee: “La DAIA debe desistir de impulsar la causa judicial contra Cristina Fernández de Kirchner por el memorándum de entendimiento con Irán. La revisión de esa terrible decisión de política exterior y su reversión histórica corresponden a toda la sociedad argentina y sus representantes”. En la frase subrayada hay un claro reconocimiento de que no es en el ámbito judicial donde se debe dirimir una decisión de política exterior que es potestad, según la Constitución Nacional, de la cabeza del Poder Ejecutivo.

“Consideramos que mantener esa querella es perjudicial para la comunidad en general y afecta en particular a la AMIA en su gestión específica”, dice la carta enviada al presidente de la DAIA. Es lo que advertíamos desde un principio. Tardío reconocimiento pero bienvenido.

La carta también hace alusión a su postura con respecto al juicio en ausencia para los acusados iraníes dejando en claro que la AMIA no se ha pronunciado a favor del mismo lo que deja sola a la DAIA en un tema tan sensible para los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA que lo rechazan porque lo caracterizan como una maniobra para cerrar la causa. Una condena a los imputados en una instancia como el juicio en ausencia serviría a los intereses geopolíticos de EE.UU. e Israel en su conflicto con Irán pero para nada en la búsqueda de justicia.

El LLAMAMIENTO Argentino Judío ve esta interna entre la DAIA y la AMIA como una oportunidad para que se instale un debate amplio y participativo en la colectividad argentina judía sobre las causas que llevaron a este enfrentamiento y se saquen las conclusiones pertinentes para que no se aumente el daño que las posturas de la DAIA ha provocado, como también se señalan en la carta, y que se retomen los principios fundacionales antifascistas y democráticos que llevaron a la creación de la DAIA y las mejores tradiciones populares y progresistas que distinguieron a los primeros inmigrantes que adoptaron a la Argentina como su Patria.

Marcelo Horestein – Secretario

Jorge Elbaum - Presidente

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