Hace dos días publiqué un post titulado "Se vienen días interesantes".
Hoy la Legrand dijo en su programa: “Creo que se viene lo peor, creo que vuelve Cristina, porque el país está muy mal, la gente en contra y desesperada. No hay personas que hablen bien de este Gobierno. Yo lo apoyé muchísimo a este Gobierno. Me da lástima, fastidio y hasta rabia que hayan desperdiciado este momento tan maravilloso”.
La misma que hace 16 años dijo "se viene el zurdaje", ¿se acuerdan?
Si esta gorila vieja dice que que siente rabia, fastidio y lástima por haber desperdiciado este momento "tan maravilloso", es una buena señal: el fastidio de ella puede ser el signo de nuestra oportunidad.
Por supuesto, vienen momentos difíciles pero del tipo de dificultad que se despierta junto con la esperanza y exigencia de hacer las cosas mejor.
Empieza una semana plena de desafíos y oportunidades. Después, muchas semanas más así. El tiempo no para.
Lo peor o lo mejor, según del lado que lo mires.
Ahora viene lo mejor:
Viene a la radio Cristina Campaña, amiga y compañera. Docente y epistemóloga que en los últimos tiempos publicó dos libros que tratan de estas preocupaciones y temples, los que fastidian a la Legrand y a nosotros nos entusiasman.
Uno de los libros de Cristina Campagna en co-autoría con Marcelo Fara, de tono más emotivo, se titula Indignaciones. Variaciones para un tiempo de canallas, salió con ilustraciones de Carmen Cuervo. El título es elocuente: se trata de la travesía por estos últimos años -que a la Legrand le pareecieron "tan maravillosos"-, con las impresiones, sobresaltos, dudas y dolores sobre los acontecimientos que ocurrían en la Patria:
"Mantener la sonrisa significa:
Que no nos han vencido...
Que la lucha por la justicia tiene que darse desde el regocijo.
Que la alegría nos da fuerza y nos dice que no estamos solos.
Que la revolución es un hecho mientras levantemos nuestras banderas.
Que la solidez nos llena el alma.
Que la integridad de los nuestros nos da fortaleza y allí va la sonrisa..."
El otro libro, publicado meses después en co-autoría con Ana Zagari se llama De muros y puentes. Con un estilo más reflexivo y ensayístico las autoras se dedican a enumerar y analizar estos dos dispositivos del habitar humano, los muros y los puentes. Densos de sentido: no es lo mismo levantar muros que construir puentes: muros de la vergüenza, de la exclusión, la desigualdad, los fundamentalismos. Puentes de la integración, de la educación, el arte, el desarrollo como libertad, puentes soberanos.
"Salir de la lógica de lo propio como propiedad permitiría salir de la lógica neoliberal de la adición y de la sustracción, del valor cuantitativo del tener que, ya desde Hobbes, construye una sociedad de contrato que lleva a las desigualdades. Hoy no nos bastan las filosofías ni las artes ni las éticas que entienden que las relaciones fundamentales se dan entre lo público y lo privado".
La vieja dama del almuerzo televisado nos regaló hoy entonces la frase que nos incita a pensar en las pasiones: las pasiones tristes que construyen muros y las pasiones alegres que nos invitan a construir puentes.