por Martha Silva
Javier Van de Couter es un actor que ha desempeñado trabajos meritorios, como el que realizó en Un año sin amor, junto a Juan Minujín. También dirigió el mediometraje experimental Perro amarillo (2005) y el corto El chico. Este año debuta en el largometraje, con Mía, en coproducción con España.
Esta una historia de amor, que retrata a Ale, una chica trans que trabaja de cartonera, una de las pocas actividades asequibles a alguien que sufre discriminación porque su documento no concuerda con su género. En su trabajo, Ale recoge una caja con varios objetos, entre ellos un diario íntimo de una mujer, Mía. El maridoo -interpretado por Rodrigo de la Serna- en medio de una borrachera tiró violentamente esos objetos a la calle. Ale conoce a Julia (Maite Lanata), la pequeña hija de ambos. Continuarán encontrándose y construyendo un vínculo afectuoso y protector.
Ale es básicamente una buena persona, sin recursos, que vive bajo los árboles, en un sector que se denominara “Aldea Rosa”, detrás de la Ciudad Universitaria. Sobre el grupo de gente que vivía allí -éste es un dato verídico- pesaba la amenaza de desalojo en forma permanente.
El mérito del film es ofrecer otra mirada sobre los hechos y los personajes, a partir de una mirada más respetuosa de la diversidad y más inclusiva. Esto es lo que cuenta, más allá de que algunos momentos del film no estén plenamente logrados.
El papel protagónico está a cargo de la actriz cordobesa Camila Sosa Villada, que cumple su rol de modo sobresaliente. La niña Maite Lanata interpretó anteriormente el personaje de la hija autista de Pablo Echarri en la tira televisiva El elegido.