Parece que los muchachos (?) de Serú Girán recuperaron el catálogo de su discografía en la extinta discográfica Music Hall y ahora Pedro Aznar está trabajando en remasterizar La Grasa de las Capitales para editar pronto una edición que suene, a 40 años de la primera vez, como nunca se escuchó.
En el video de abajo se ve a los tres Serú vivos juntándose a hacer por primera vez la escucha comparada de las anteriores versiones y de la remasterización que ahora hace Pedro con un ingeniero de sonido que podría ser el nieto de ellos. Ya llegará el momento de apreciar el resultado, pero por ahora grabaron el encuentro y la primera escucha con un celular, con las reacciones espontáneas de Charly y David ante el trabajo hecho por Pedro.
Es muy divertido ver a los tres Serú hoy juntos escuchando las tres versiones de La Grasa, más allá de que la grabación en celular no permite apreciar adecuadamente las diferencias entre la versión mala (CD), la regular (vinilo) y el remáster 2019 (la óptima). Para eso habrá que esperar a que salga el disco entero remasterizado y escucharlo y disfrutarlo cada uno en su casa, lo que seguro será alucinante.
Pero lo gracioso es ver la actitud espontánea de cada uno de ellos ante esta primera escucha: la obsesividad de Pedro ante los detalles técnicos, que lo vuelven muy hinchapelotas al querer comparar a cada rato las diferencias; el asombro de David ante lo bien que suena el remaster; y la actitud de Charly, que parece no estar muy deslumbrado ante el detallismo de Aznar. Charly se engancha siempre con las canciones, en cualquiera de sus versiones, escucha la composición y se muestra igualmente copado ante la versión supuestamente mala, la regular y la muy buena. Lo que él quiere es escuchar la canción entera y no las continuas interrupciones que hace Pedro para comparar los progresos técnicos. Efectivamente, el remáster debe sonar de puta madre, pero Charly solo presta atención a la canción, la estructura y su sentido. Cuando hace comentarios siempre son muy corrosivos, poco respetuosos de las cuestiones técnicas y muy seguro de la integridad artística de la música.
Hay fetichismo técnico en Aznar y hay fe en la música en Charly.
Los momentos culminantes son dos:
1- Cuando antes de ponerse a escuchar las distintas versiones, David le dice a Charly: "¿Y vos qué pensás, negro, de todo esto... ¡que viva Serú Girán". Y Charly responde con una secuencia de frases terribles: primero "¡que viva Serú, porque nunca murió!". David acota: "Es verdad, nunca nos separamos". Y al toque Charly dice: "Serú nació muerto". Con la autoridad que solo puede tener el que craneó esta maravilla.
2- Más adelante, cuando se escucha a los Serú originales cantando "¡No se banca más!" al Charly actual se le ocurre decir "¡No se inunda más!". Ocurrencia genial que los otros dos no festejan.