Un pequeño esfuerzo por comprender a Ernesto Tenembaum, Gabriel Levinas, Darío Gallo, Esteban Schmidt, Huili Raffo y otros bagallos
por Oscar Cuervo
Tenembaum anuncia que va a pasar un informe de Vatayón Militante. Pero como los integrantes de Vatayón no dan notas, dice, va a mostrar los videos que ellos mismos cuelgan en su página. "Vatayón Militante por ellos mismos" dice Tenembaun.
Y empieza a emitir algunos testimonios que, efectivamente, están tomados de los videos en los que Vatayón comunica sus actividades.
Pero Tenembaun miente: viola el pacto de confianza con su espectador. Porque continuamente aparecen en la pantalla zócalos e incrustaciones que no provienen de los videos originales. Por ejemplo, congela una imagen de Vazquez y la rodea con un círculo rojo. Un texto sobreimpreso dice que Vazquez quemó viva a su mujer.
Nada nuevo, se dirá. Pero sí, hay algo que Tenembaun está haciendo en este mismo momento: engañó a su espectador, le dijo que le iba a mostrar a "Vatayón por ellos mismos" y le está mostrando algo editado por Tenembaun.
En twitter Quintín escribe: "En esta nota se habla del Vatayón Militante y de la relación del poronga Hank Soriano con el simpático Lucas Carrasco".
Que lleva a Plazademayo.com, la página dirigida por Gabriel Levinas, donde aparece una nota sobre Vatayón. Un lector como Quintín redondea la idea: "Son una manga de cínicos que adoctrinan y manipulan presos".
La nota de Plazademayo.com impresiona por su baja calidad. Da un poco de pena ver a Levinas, ex-director de El Porteño, en el ocaso de su carrera, haciendo una especie de sub-Darío Gallo. Es una nota indigna hasta de salir en Libre, la cloaca de Perfil dirigida por Gallo que duró apenas unos meses con su amarillismo trash. Una nota tan berreta, la editada por Levinas, que no incluye un solo dato fehaciente.
Así Levinas y Tenembaum se suman a la campaña para demonizar a las organizaciones populares. Para asustar a los quintines y a las vecinas empastilladas. Una semana después de que Clarín instalara el tema Vatayón en su tapa del domingo. Dos días después de que Lanata emitiera su operación para demonizar a Milagro Sala.
Tenembaum, Levinas, Lanata: es sorprendente la coordinación de ex-progresistas y ahora empleados de Clarín para apuntar contra las organizaciones populares.
Ahora, lo que no entiendo es por qué se degrada así Levinas. Si Clarín no lo necesita y Lanata lo hace mejor y lo cobra más caro. ¿Necesidad de reconocimiento? ¿Senilidad?
Si uno pensara que lo hace por guita, parecería un argumento muy obvio. Tengo que encontrar una explicación más sutil. ¿Rencor generacional?
¿Y Tenembaum? ¿Desperdicia la ocasión de hacer pensar a su televidente acerca de la función de las cárceles, de una política posible, o debatible, o criticable si quiere, hacia los tipos que están presos pero que forman parte de esta misma sociedad, que después van a salir y de los que somos también responsables? ¿No hay nada que pensar ahí?
¿Y Tenembaum? ¿Desperdicia la ocasión de hacer pensar a su televidente acerca de la función de las cárceles, de una política posible, o debatible, o criticable si quiere, hacia los tipos que están presos pero que forman parte de esta misma sociedad, que después van a salir y de los que somos también responsables? ¿No hay nada que pensar ahí?
Para Tenembaum no. Una vez que asustó a Quintín y a Flavia y a las viejas empastilladas cierra el tratamiento del tema y pasa a otra cosa. Apenas si logró remover los fantasmas de la paranoia social, sin hacer pensar. Es evidente que él tampoco lo pensó. No hay nada casual: busca el horror de las viejas y punto. Aparte.
Estoy buscando una explicación para hacer a los Levinas, Tenembaum y Lanatas más interesantes. No puedo creer que sea solo guita. El caso de Levinas es más sórdido porque no tiene un contrato fabuloso. Lanta ahora le da trabajo, lo vuelve a poner en circulación.
¿Será la furia de los conversos? ¿Envidia por no ser ya jóvenes? ¿La sensación de que su década ya pasó?
¿La explicación estará en las corrientes de la historia? Tipos preparados para otras épicas, que por fatiga vital ya no se bancan esta época.
Nacieron a la vida cívica con el alfonsinismo, en ese entonces dieron sus mejores frutos. En los 90 se volvieron cínicos y ahora se sienten bagallos. Son bagallos políticos (en la acepción más discepoliana de la palabra "bagallo").
Son productos del alfonsinismo que en el camino se quedaron solo con el cinismo. Ahora que lo pienso: Quintín, Esteban Schmidt, Raffo, Lanata, Tenembaum, Levinas: con sus capacidades diferentes, todos ellos son residuos del alfonsinismo.
No tienen siquiera el background ni la formación de Beatriz Sarlo. Son más brutos. Más burdos en sus reacciones. Sarlo al menos estuvo en la revista Los Libros, fue par de Piglia, de Altamirano, discutió con Viñas, se cruzaba con Lamborghini. En la atmósfera cultural y política en la que tenías que discutir con Viñas, con Piglia, que te cruzabas con Lamborghini, algo ibas a cazar. Ella tiene una vida previa al alfonsinismo e incluso a la dictadura. Fue maoísta, viajó a Bolivia. Más tarde leyó a Roland Barthes, a Susan Sontag. En los 90, en vez de hacer denuncias, hacía estudios culturales, leyó mucho, escribe bien.
Pero estos otros nacieron con el alfonsinismo. Tenembaum, Levinas, Lanata, Raffo, Schmidt son tipos burros, brutos, burdos, no leyeron, no estudiaron, se dieron un barniz de socialdemocracia porque era su época.
Ahora todo eso ya pasó, la socialdemocracia se cayó primero acá, después en Europa. Y estos residuos quedaron a la vista. Con toda su ignorancia.
Me gusta más pensarlo como residuos toscos de la socialdemocracia.