El aplauso espontáneo anoche a Alberto en distintos barrios de la ciudad, desde Lugano a Caballito, Palermo y Villa Urquiza, también en puntos del conurbano, en Nueva Córdoba y Bariloche, es un fenómeno que yo no recuerdo que haya pasado en mi vida. El 18 de mayo pasado, cuando nadie podía presagiar lo que hoy sucede, Cristina tomó una decisión trascendente. Creo que el traspaso de liderazgo del 10/12 a la tarde muestra ahora lo bien que lo pensó Cristina. No creo que haya otro dirigente mas idóneo en este contexto atroz. Ojalá todo salga lo mejor posible para Argentina, pero este es un momento que marca un antes y un después en nuestra historia.
Habrá que enfrentar el pico del contagio. Y si los daños se aminoran, después enfrentar un panorama económico extremadamente más difícil del que cualquiera pudo prever. Si salimos más o menos bien, Alberto va a suceder el liderazgo de Perón, Néstor y Cristina.