Senso (Livia, un amor desesperado) de Luchino Visconti
Continuando el ciclo Melodramas de Invierno (3ra entrega), este miércoles 10 de julio en El Troquet (Guardia vieja 3460) se proyectará Senso (Livia, un amor desesperado) de Luchino Visconti (1956). Con presentación a cargo de Alejando Ricagno. Presentación: 19.30 hs.; proyección: 20:00 en punto.
Melodrama que tiene como marco histórico la época del Risorgimiento italiano: "Venecia, primavera de 1866. Los últimos meses de la ocupación austriaca en el Véneto. El gobierno italiano ha firmado un pacto de alianza con Prusia, la guerra de liberación es inminente" nos anuncia un cartel, al inicio de la escena, que como no podía ser de otra manera -dando el tono operístico al film- se desarrolla durante una función de Il Trovatore en el teatro La Fenice. Esta escena, magistralmente filmada, nos presenta en los primeros minutos los personajes y los temas del film. En la platea, los oficiales del ejército de ocupación, en los palcos la aristocracia y la alta burguesía -entre los cuales, según conveniencia, se encuentran los patriotas y los acomodaticios-, en el paraíso los revolucionarios nacionalistas, que lanzan panfletos contra la oficialidad austriaca. Y en medio de las pasiones políticas, las otras pasiones. La ópera se suspende, pero el drama ha empezado. Un oficial austriaco, Franz Mahler (Farley Granger), se burla de la protesta de los italianos. Y el Marqués Ursini (Massimo Girotti) lo reta a duelo. Desde el palco, la condesa Livia Serperi (Alida Valli, en uno de los mejores roles de su carrera) ha visto lo ocurrido: el Marqués es su primo y es también el líder del movimiento clandestino. Para evitar el duelo, Livia, una mujer casada con un hombre convencional al que no ama, accede encontrase con el joven oficial y persuadirlo para que deponga su actitud. Le recuerda que el drama... "está bien para la ópera, pero no para la vida real". Pero Luchino Visconti, desde la puesta en escena ya ha mezclado ambos mundos. Una pasión doblemente clandestina envolverá a Livia con el seductor Franz, que devendrá fatalmente su amante. Livia se debatirá entre el deber de esposa, la fidelidad a su patria y al movimiento revolucionario y la atracción por un personaje ambiguo, en lenta, abismal degradación.
Visconti, basado en un novela de Camilo Boito (guionista de Verdi), se vale del melodrama para ejercer una mirada crítica tanto al mito del Risorgimento, el deseo de libertad y la creencia de un cambio político que no tendría lugar, para reflejar los cambios que sucedieron en la historia moderna, algo que el propio cineasta estaba viviendo en ese momento. El paralelismo entre la Italia del siglo XIX y la Italia post 1943 es claro: después de la liberación de Italia del régimen fascista y la gradual toma del poder por los democristianos, quedaban las mismas caras y las mismas costumbres que tenían los antiguos jefes.
Podríamos clasificar a Senso sin ruborizamos como un melodrama marxista, pero como siempre en Visconti las cosas son un poco más complicadas. Aristócrata, homosexual, en su juventud coqueteó con el fascismo y durante la guerra se convirtió en héroe de la Resistencia, y adhirió al Partido Comunista hasta su muerte en 1975: su trayecto se ve reflejado en la figura de la condesa Serperi. Como corresponde al melodrama historico, las pasiones atraviesan la Historia y viceversa. Y a la propia historia de Visconti.
Política, escenarios fastuosos, épica, amores clandestinos y degradados, ópera -las calles de una Venecia nocturnal se transforman en una continuación del escenario teatral del comienzo- critica social, y nostalgia por un mundo que parce cambiar para no cambiar nada -como en El Gatopardo, otra de sus obras maestras- se dan la mano en uno de las obras seminales del genial director italiano.
Del melo del neorrealismo al melo de la representación histórica en la obra de Visconti, hablaremos al inicio y al final del film. Los esperamos, como siempre este miércoles en el Troquet de Henry (Guardia Vieja 3460) a las 19:30. A la gorra.
Dopo la proiezione possono rimanare, cari amici, a bebere birra o vino, prezzi sempre amichevoli. Ci vediamo!