La estrella de la temporada nos cita en Café Tabac, nuestro Tifannny's con pretensiones patricias, centro neurálgico del Corredor del Bajo. Lanata está sentado a una mesa sobre la vereda de Libertador y Coronel Díaz. Los vecinos se amontonan y él se pone de pie para ser rertratado en el teléfono de todos: señoras mayores, diseñadoras, niños, militares retirados... Todos tienen su denuncia, su cariño, su apoyo político, los LCD encendidos para sumarle rating.
De pronto, un señor de pelo gris, anteojos negros y brazos fibrosos se le acerca y le da la mano. "Si te habré puteado cuando estabas con tu amigo. Yo soy general, general retirado. Ahora te aliento; por suerte, no estás más con Verbitsky", le dice.
Lanata tiene el talento para entregarles unos segundos de su vida, y los que se acercan sienten que tuvieron su momento. Y, a la vez, sabe cómo hacer para que esos segundos sean los mínimos indispensables.
(Fragmento de la nota de Juan Morris sobre Jorge Lanata en Rolling Stone n° 184, Julio 2013).