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Caso Milani: Clarín, Lanata y La Nación nos corren por izquierda

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Un preciso informe del Pájaro Salinas



La pretensión del eje Clarín-La Nación,  de su portavoz, Jorge Lanata, y de los satélites de aquellos, de escrachar al nuevo jefe del Ejército, el general César Milani, por su supuesta responsabilidad en la desaparición del soldado conscripto Alberto Agapito Ledo, alcanza las más altas cotas de hipocresía.

Dicha campaña, cuya verdadera razon es la fobia ante la perspectiva de unas Fuerzas Armadas nacionales y comprometidas con la integración sudamericana y la defensa de la soberanía popular y los recursos naturales, podría tener algún grado de verosimilitud si alguna vez estos medios y lenguaraces se hubieran interesado en algún caso similar,  y si, además, en el caso de la desaparición de Ledo no omitieran descaradamente puntualizar que a priori todo indica que el responsable directo de ella fue el coronel retirado (entonces capitán)  Esteban Sanguinetti (h), a quien, para mayor escarnio, ni siquiera mencionan.

Tampoco mencionan a José Luis D'Andrea Mohr, el capitan sin tacha, que en su imprescindible libro El escuadrón perdido, describe las circunstancias en que el colimba Ledo desapareció. Lo citamos:

"... Ledo era estudiante universitario (licenciatura en Historia) y cumplía su servicio militar en el Batallón de Ingenieros de Construcciones 141, en La Rioja, desde el 12 de febrero de 1976 (...) El 20 de mayo fue trasladado a la localidad de Monteros, Tucumán. En la noche del 17 de junio de 1976 salió tres veces con el capitán Esteban Sanguinetti a 'hacer una recorrida por la zona'. De la última salida regresó sólo el capitán.

"El 4 de julio de 1976, ante la falta de noticias de su hijo, la señora Marcela Antonia logró reunir el dinero suficiente para viajar desde La Rioja hasta Monteros. Allí le informaron, verbalmente, que su hijo había 'desertado', pero algunos compañeros del muchacho le contaron acerca de las salidas nocturnas con el capitán y le dijeron que, al día siguiente de las "recorridas", habían recibido la orden de reunir y entregar el equipo individual de Alberto. Eso explica por qué el 'desertor' no había sido buscado por la policía en su casa."

Clarín, La Nación y Lanata se refirieron a "El escuadrón perdido" aunque sin mencionar nunca a su autor y menos todavía el texto acusatorio, que señala claramente a Sanguinetti como responsable directo de la desaparición  y no menciona a Milani, que tampoco -es bueno subrayar- está mencionado en causa judicial alguna abierta por la desaparición del soldado Ledo.

En cambio Lanata dijo equívoca y reiteradamente que Milani figura en el "Nunca  más", el informe final de la Conadep (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) cuando no es así. Milani  sólo  figura en un  informe realizado por la Comisión Provincial de Derechos Humanos de La Rioja en 1984 (que no se titula "Nunca más") y no en relación a la desaparición de Ledo ni de ninguna otra persona, sino como quien llevó a declarar a un juzgado a  un detenido, Ramón  Alfredo Olivera, quién lo identificó.


Olivera dijo que "el teniente Milani" había participado antes en un allanamiento de su casa paterna en el cual los militares habían llevado detenido a su padre, y que en el trayecto al juzgado e incluso en el mismo momento de declarar ante el juez lo había hostilizado de palabra.

Ni más ni menos.

En cuanto a la desaparición de Ledo, D'Andrea Mohr reconstruyó toda la cadena de mandos y puntualizó que si bien el responsable directo de su desaparición fue el capitan Sanguinetti, el jefe del Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 con sede en La Rioja (al que pertenecían tanto Ledo como Sanguinetti y Milani) era el ya fallecido teniente coronel Osvaldo Héctor Pérez Battaglia. Todos, obviamente, del arma de ingenieros y no de inteligencia -que no es un arma sino una especialidad- como se dijo, escribió y repitió con absoluta ligereza.

El jefe de inteligencia en aquella zona y en aquel  momento (los cruentos comienzos de la dictadura) era el ya fallecido teniente coronel artillero Eusebio Gustavo González Breard, que respondía al jefe de la subzona, el general llorón Antonio Domingo Bussi (también finado) cuyo jefe era el general Luciano Benjamín Menéndez.
¿Cuál es entonces la relación entre la desaparición de Ledo y Milani? (El informe del Pájaro sigue acá)

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