Uno de los efectos colaterales de la repolitización de la época kirchnerista es el surgimiento del resentimiento burgués atizando la violencia simbólica. Que como toda violencia tiene efectos reales.
Se pasaron llorando persecuciones y fraudes cada vez que el kirchnerismo les ganó, incapaces de preguntarse por qué les ganó. Ahora se ceban con la caza de brujas que se desatará. Porque ganó Massa. En las PASO.
El rencor que manifiestan no es nuevo, se ve en las figuras que usan: listas de condenados, listas de Schindler, grupos de tareas, comandos civiles. No es gratuito ese manoseo de la memoria colectiva.
Se refugian cobardemente, obvio, detrás de la ligereza que la palabra simula en las redes sociales. Un tuit es algo liviano. Por eso creen que es impune evocar grupos de tareas en tono sarcástico.
Igualmente gracioso sería que los liberales alemanes, por caso, chacoteen con las cámaras de gas, ¿no?
Tipos como @Frdezavalia o @CoronelGonorrea ejercen ese género de humor. Se entusiasman con salir a cazar. Con hacernos desaparecer de su horizonte. Y no. Vamos a estar.
Lo que aún no entiendo es cómo Lucas Carrasco, que suele ser tan duro con los compañeros, confraterniza con algunos de estos cretinos. Pero bueh, el neoliberalismo cultural tiene estas cosas.