Quantcast
Channel: La otra
Viewing all 4334 articles
Browse latest View live

La música del año 2021 - I

$
0
0


[Nota del editor: como es tradición, empezamos la publicación de varias listas de la música del año que acaba de pasar, confeccionadas por nuestros colaboradores. En próximos días, habrá más.]

por Juan Ignacio Camino

An Evening with Silk Sonic - Silk Sonic - Bruno Mars y Anderson .Paak


El Disko - CA7RIEL


I K E– Cirilo Fernandez


Los Años Salvajes– Fito Páez


Melanie Williams & El Cabloide - Somos 2


Mood Valiant - Hiatus Kaiyote


Siervo– Palo Pandolfo


Talk Memory - BadBadNotGood


Las canciones del año 2021

$
0
0


 Si ella dice que Los Gatos, yo digo "Pintura Fresca"

Si ella dice "mejor Favio", yo digo "Palito Ortega"

Ding dong ding dong

para cantarle al amor.

"Ding dong, ding dong, son las cosas del amor", Leonardo Favio

por Oscar Cuervo

Todos los años a esta altura más o menos hacemos una consulta entre los integrantes de La otra sobre la música y el cine del año que termina. Las conocidas listas a las que ya no vale arrogarles ninguna autoridad ni dictamen sobre el buen gusto. Si esta tradición se mantiene es porque sirve de ayuda-memoria y nos incita a rebuscar entre lo creado este año lo que más vale recordar. 

En el caso de la música, yo me reservo la lista de canciones del año. Además de que la existencia de los discos se volvió una cosa metafísica a esta altura de la existencia virtual, las canciones parece que persisten y van a seguir por mucho tiempo más. Aparte, una de las cosas que más me gustó en los años de La otra.-radio fue elegir las canciones de cada domingo a la noche, cosa que desde la pandemia no pude hacer -esperamos volver pronto. Así que tengo una abstinencia de programar canciones para hacerle escuchar a otras y otros que espero saciar un poco haciendo la lista de este año que acabó. 

Hay algo que también pasa en las temporadas radiales: estas listas me dejan jugar con la idea de totalidad imposible. Mis gustos musicales son elásticos, siempre me muevo por una zona donde la evidente respetabilidad empieza a deslizarse a una zona ambigua de reputación dudosa. Nadie sabe definir con precisión inapelable qué es la música popular ni cuáles son los límites, la vulgaridad de un lado y el esnobismo del otro. Me gustan las canciones con melodías cantábiles y texturas sonoras problemáticas, me gusta dudar cuando me gusta una canción si me gusta porque es buena o considero que es buena porque me gusta. Entonces siempre falta una o sobra una y capaz, si afinara la puntería, sacaría una o pondría otra, pero igual algo faltaría. Si pudiera preguntarles a cada uno de los músicos elegidos, tal vez algunos no se mostrarían muy conformes con sus acompañantes, vaya a saber. Algunos de los que escuchen esta lista pueden aceptar algunas y otras les resultarán imposibles: la conjunción da algo así como mis huellas particulares. El problema de la indecidibilidad es un importante aliciente para insistir con esta lista.

Las canciones que elegí para signar el año que terminó son buenísimas porque lo digo yo:

- Volvió Caetano Veloso, que se acerca a cumplir los 80 y se empeña en colocarse entre lo más hermoso de su época con su disco Meu Coco, el primero con canciones nuevas en casi una década. Hay canciones hermosas, pero me quedo con esta:


Tua pele é o cobreado/ da Bahia de nós dois/ grei de escravizados e opressores/ reis do estado que virá depois...

En el segundo año pandémico una canción se volvió imparablemente viral aquí, allá y en todos lados. En La otra lo advertimos tempranamente y al poco tiempo L-Gante se volvió pasión de varios centenares de millones. Si esta no es la canción del año, ¿la canción del año dónde está?

 

Norma Monserrat Bustamante Laferte, más conocida como Mon Laferte es la cantante chilena que cuando traspasó las fronteras de su patria devino en estrella pop latina mainstream, de esas que ganan Grammys, aparecen en los MTV MIAW, vegana, activista del feminismo y las banderas LGBT, opositora a la derecha chilena. Este año grabó una canción junto a Gloria Trevi, la atrevida y controvertida cantante mexicana que a principios de siglo pasó cuatro años en la cárcel acusada por corrupción de menores. Lo cierto es que "La mujer", el bolerazo que hicieron juntas es una bomba:

 

A Robert Plant lo sigo a todas partes, desde que era la voz flamígera de Led Zeppelin, pero a lo largo de las décadas supo madurar con elegancia suprema. Este año Plant sacó su segundo volumen en colaboración con Alison Krauss, Raise the Roof, producido por T-Bone Burnett y con la participación de grandes músicos como Marc Ribot y Bill Frisell, entre otros, en el que hacen versiones del repertorio bluegrass-country, folk y blues. Entre las muy hermosas canciones, me quedo con esta "Go your way" compuesta hace medio siglo por la cantante folk Anne Briggs:


Low es una banda de slowcore, de tempos suaves y climas de ensueños, con delicados arreglos vocales, de la que me enamoré al escuchar varias de sus canciones en la notable película Tarnation. La banda ya lleva casi tres décadas de carrera y la belleza no cede, como es evidente acá:


Lana Del Rey vuelve a arrebatarnos con esta dulce balada meta-pop entonada con un registro agudísimo que trasmite una angustia y melancolía muy gozosas. Primero hay que saber sufrir, después cantar, después gozar:


Sigo con las baladas infecciosas de voces femeninas arrebatadoras: en esa zona también se ubica Olivia Rodrigo, una californiana salida de High School Musical. La escuchás una vez y la querés seguir escuchando todo el día, así de hermosa es la canción "Deja Vu":


Esta trifecta de voces femeninas nos lleva hacia el otro extremo del registro áspero y grave de la mallorquina Maika Makovski con un rock épico y desafiante que podría ser de cualquier época pero se dio a conocer en el término de 2021:

 
 
Uno de los hechos más inesperadamente tristes del año fue la muerte del gran Palo Pandolfo quien, además de ser un gran amigo de La otra, llegó a ser uno de los más originales e intensos artistas del rock argentino de todos los tiempos. Está sí que no la esperábamos: siempre confiamos en tener a Palo cerca, sacudiéndonos y acariciándonos con su espíritu indoblegable, su fiereza y su ternura combinadas en una fórmula mística. Hablar de él en pasado resulta demasiado doloroso. Palo estaba trabajando en el que sería su disco póstumo, Siervo, editado pocas semanas después de su caída. El disco, de un delicado sonido semiacústico, trasmite un genuino dolor y presagios oscuros que duelen más ahora:


Leo Masliah es un genio inclasificable que viene desafiando nuestro asombro desde hace décadas con un arte de una osadía, una belleza y un humor insuperables. Su obra es inmensa y sus virtudes excepcionales. La originalidad de sus ideas musicales están a la altura de un manejo único del absurdo lírico. Este año editó Ultimas canciones, disco del que podrían extraerse varias canciones para esta lista, pero elijo este "Coral", de hermosura y gracia infinitas. La voz femenina es de María Betancur:

Las canciones del año 2021 II

$
0
0

por Maxi Diomedi

"Lumtz" – Junco 


"The melting of the sun" – St. Vincent


"Carta" – Yul Acri + Rocco Posca


"Cheio/vacio" – Mariá Portugal


"Basta de Berlín" – Lucas Martí


"Trenzas" – Francisco Garamona


"Sombras en las canciones" – Florencia Ruiz


"Leave the door open" – Anderson Paak & Bruno Mars


"Without you" – John Moods


Nao vou deixar – Caetano Veloso


"XXX" – Mellanie Williams & El Cabloide


"La idea" – Palo Pandolfo


"Fenómenos paranormales" – Alfonso Barbieri & Palo Pandolfo 


Esta es la selección que me mandó Maxi Diomedi, conductor de Patologías Culturales: habrá más.

Algo de metal en 2021

$
0
0

por Erica Vainscheinker

Si bien la pandemia vivida en 2021 fue diferente a la de 2020, nuestra mirada continuó un tanto enrarecida.  La experiencia de escucha musical casi en la totalidad del año fue desde el living de mi casa. Difícil compartir recitales o incluso juntarse con amigxs a escuchar un disco. Estas experiencias tienen cada una su particularidad. Desde el relativo encierro se generaron otras formas del compartir. De hecho, el descubrimiento musical de mi 2021 se lo debo a un posteo de un “amigo” de Facebook. 

Se trata de la banda sueca Tribulation formada en 2005, que saca su quinto disco de estudio en enero de 2021: Where the Gloom Becomes Sound.

Con un recorrido que fue desde el death metal en The horror y The formulas of death (entre 2009 y 2013), pasando por acercamientos al black metal, al heavy metal y al rock más gótico (The children of the nigth de 2015 y Down Below de 2018),lo que se mantiene es la bella oscuridad de sus melodías.

Su última producción marca el final de la participación de Jonathan Hultén como guitarrista y compositor, un músico fuera de lo común que está realizando una más que interesante carrera solista. La banda compuesta por Johannes Andersson en bajo y voz, Adam Zaars en guitarra, Oscar Leander en batería, ha incorporado a Joseph Tholl en lugar de Hultén luego de la salida del disco. Sin juzgar la labor que pueda hacer este nuevo miembro, sin duda la banda a partir de ahora será otra. La impronta de Jonathan es irremplazable. 

Todos los títulos de sus discos tienen la marca de la oscuridad, lo oculto, la melancolía, la nocturnidad. En este último se vieron particularmente inspirados. La palabra gloom como estado anímico que lleva tanto a lo oscuro como a la penumbra y a la tristeza se transforma en sonido del disco. Y es bien certero en ese sentido. 

Como dijo el cantante de la banda, esa oscuridad al comienzo de su carrera estaba más relacionada con la cultura popular, con referencias a películas de terror por ejemplo, pero a medida que fueron creciendo se tornó algo más interno. Se nota esa madurez, ese maceramiento de las ideas, ese cuidado por el arte. Recomiendo muchísimo escuchar el disco entero porque es un viaje interior hacia nuestros fantasmas. Con todo lo oscuros y bellos que pueden ser. 

Otros discos recomendados son Strength de la banda Unto Others, un heavy refinado, con grandes toques góticos (al estilo Sisters of Mercy), Descent Towards Death de la banda argentina de black metal atmosférico Los males del mundo, el disco Persona non grata de la banda de thrash metal Exodus. Cabe destacar los lanzamientos de bandas legendarias como Accept, Too mean to die, Helloween con su disco del mismo nombre y Iron Maiden con Senjutsu

Luego está el debatido Black Album de Metallica, compuesto de diversos covers en varios géneros diferentes de los magníficos temas del Black Album original de la década del 90. Sinceramente, me quedo mil veces con los originales. Destaco la versión de Imelda May del temazo “The God that failed” y me decepciona la versión de “Nothing else matters” de David Gahan, frontman de Depeche Mode. No es ninguna novedad que Gahan tiene una hermosa voz, super sensual, pero creo que al menos este año no le sentaron bien los covers. El disco que lanzó con la otra banda en donde participa, Soulsavers, Imposter, donde versiona canciones de Bob Dylan, Neil Young y Cat Powers entre otrxs, tiene como resultado un producto monótono y hasta aburrido. Tan diferente al disco Counterfeit 2, también de covers, que en el 2003 había sacado Martin Gore, guitarrista y compositor de Depeche. 

¡Escuchen buen metal amigxs! 

Los mejores discos de 2021 - Edición De Luxe

$
0
0

Del papel al streaming


[Nota del editor: Como sucede todos los años, les pido a los colaboradores de La otra que elijan las músicas que más les gustaron del período que termina. Nuestros colaboradores tienen gustos muy amplios y variados, lo que nos permite desplegar un rango de estilos y géneros considerable. En las anteriores entregas, Erica Vainscheinker eligió entre la música que apareció el año pasado Algo de metal. Juan Ignacio Camino eligió 8 discos de su preferencia entre lo editado en 2021, acá. También Maxi Diomedi y yo hicimos nuestras listas de canciones: acá Maxi y acáyo. Como irán notando, el abanico se despliega en muchas direcciones. Pero comparado con lo que viene... ahora el maestro Cristian Bonomo, músico y melómano apasionado, nos despacha esta entrega que supera todo lo conocido en los balances musicales publicados cada año por La otra: toma la idea de "música editada en el período que termina" en sentido estricto (año 2021), en sentido amplio (una lista de canciones editadas hace 50 años, en el asombroso 1971) y en sentido amplísimo (los 500 años cumplidos desde el fallecimiento de Josquin Desprez). Así que con este post tienen para escuchar muy buena música todo enero -si no se les corta la luz- o, quizás, los próximos 50 años. Con ustedes, el Magister]

por Cristian Bonomo

Como todos los años, Oscar invita a los colaboradores de La otra a rescatar discos notables del último año. Como todos los años, muchos de esos discos elegidos por mis compañeros estarían entre mis elegidos. Es por eso que mi propuesta es extender esa lista con algunos desvíos.  

Tomando el disparador de Oscar de haber elegido canciones, traigo la canción "Change" de Big Thief, banda que he nominado en otros años desde que descubrí su canción "Paul". Estas canciones, de simpleza aparente, son una fiesta para los oídos en lo que respecta al audio, más allá de la canción en sí misma. Las composiciones de Adrianne Lenker, su cantante, me encantan. Agrego a la escucha "Anything" de su disco solista Songs, que grabó en una casa rodante en el medio del bosque durante la pandemia de 2020.   

***

2021 marca los 50 años del lanzamiento de tantos discos icónicos e inolvidables para muchos de nosotros. También 50 años de mi edad. Imaginen, nací el mismo día que salió Blue de Joni Mitchell. Remarco el concepto de la música como biografía, esas músicas que nos van transformando y que valen más que un simple dato de dónde nacimos, dónde nos mudamos, qué estudiamos y demases. Aprovecho este espacio para celebrar estos 50 años y tener la oportunidad de volver a elegirlos; discos como Led Zeppelin III, Imagine, Nursery crime, La Biblia, What’s goin on, Meddle... Comparto una lista con algo de esos discos:



***


Ahora, siguiendo con las canciones, si tuviera que elegir una canción de 1971 que no fuera "Stairway to heaven", eligiría "Construcao" de Chico Buarque, que tiene a mi gusto una de las cinco mejores letras de la historia de la música.

 

Y en español:



***




500 años atrás, el 27 de agosto de 1521 fallece Josquin Desprez. Hay una época antes y después de él; se lo reconoce como el padre de la música moderna. Estableció nuevos rumbos en la composición musical, como en el género de la chanson, quebrando cerca de 200 años de tradición con las llamadas “formas fijas” escritas en un formato prestablecido y a tres voces, llevándola a la composición libre y a 4, 5 y 6 voces. Su música transitó el cambio de lo manuscrito a lo impreso. La primera impresión musical, realizada por Ottaviano Petrucci en el año 1501, contiene algo de su música, y luego, varias publicaciones fueron dedicadas exclusivamente a su obra.

 
Josquin Des Prez: Baisez-moy, ma doulce amye 

Muchos discos afloraron para celebrar a Josquin estos años previos. A partir de la impresión y antes del disco, la música venía en formato libro, y eso es lo que nos trajo en 2021 Dominique Visse y su legendario Ensemble Clément Janequin, con el séptimo libro de canciones publicado postumamente por Tielman Susato en 1545.




Para destacar, esta publicación contiene la famosa deploración sobre la muerte de Ockeghem, el gran maestro del siglo XV. En un período donde primaba la notación mensural blanca, tanto el manuscrito como la impresión utilizan la notación negra, porque hasta las notas se vestían de luto para homenajearlo.




Las ideas de Josquin descollan a lo largo de sus Misas son un manual para la maestría del contrapunto y el desarrollo de un material dado. En 2020, Peter Phillips terminó su edición integral de las Misas con The Tallis Scholars, una empresa iniciada allá por 1986. Ese disco inicial, fue la primera grabación de música antigua en ganar el premio del disco del año de la revista Gramophone en 1987; incluía la Missa Pange Lingua y la Missa La sol fa re mi, cuyo motivo se desprende de esas notas:



35 años llevó la concreción de tal emprendimiento que ni siquiera estaba en planes al inicio. La colección incluye la misteriosa Missa di dadi, en la que Josquin utiliza el artilugio de la proporción indicada por dados. (Acá, en la página de la grabación pueden descargar la partitura).


Hemos visto al correr de los años la transformación de los diferentes soportes para la transmisión de la música. Si bien aún no ha desaparecido y sigamos diciendo “grabar un disco”, las nuevas tendencias van modificando la aparición de la música dejando para pocos ya el formato físico. Claro, de convivencia se trata, el vinilo ha vuelto con fuerza. Podríamos decir que el lanzamiento con una sola canción rememora aquellos simples que anunciaban el disco. Hoy día también la música académica es lanzada en Spotify con un solo track. 

Entre estos nuevos formatos está el proyecto de la Netherlands Bach Society: Filmar toda la obra de Johann Sebastian Bach. ¡Filmar! Si bien tienen algunos discos grabados, el proyecto se concentra en estas filmaciones que sube semanalmente a su página. En 2021 la sociedad cumplió 100 años. Es el conjunto más antiguo de música barroca del mundo. 



Para mí, es uno de los proyectos más estimulantes de la música de Bach, con interpretaciones superlativas y altísima calidad audiovisual. Dejo aquí algunos botones de muestra: 

BWV 106

 

BWV 282 


BWV 582 


BWV 988 


BWV 1045

Licorice Pizza: la apoteosis de lo insulso

$
0
0


Hay películas que parecen pensadas para abarcar agendas diversas, mediante un truco de diseño de producción que les confiere unidad. La cantidad de tópicos acumulados sin conexión en Licorice Pizza funcionan como anzuelos para lograr una presencia en la conversación en redes.

La nueva película de P T Anderson siembra por el guión los temas de la diferencia de edad en una posible pareja joven, el universo de referencias pop de unos primeros 70 -que visualmente se parecen más al fin de los 50-, marcas históricas incluidas -Nixon, la crisis del petróleo- los cameos de Sean Penn, Tom Waits y Bradley Cooper, cuyos personajes están para que las estrellas sean incluidas en el casting y nada más, sin que aporten algo al presunto eje narrativo.

Esta agenda es desarticulada e inatinente: podría no haber japonesas ni colchones de agua ni flippers, podrían no sonar Bowie o McCartney y nada cambiaría el sentido de la película. Las piezas son intercambiables y el único motivo es la acumulación de detalles que completen los vacíos entre el principio y el final. El efecto que produce esta agenda es el de una conversación entre ex-adolescentes argentinos de los 80 que evocaran con nostalgia "luminosa" los Sea Monkeys, Rafaela Carrá o las telenovelas de Arnaldo André. 

Anderson no construye una mirada: diseña una producción que acumula elementos de manera pretendidamente inusual: la pareja protagónica tiene diez años de diferencia, pero la chica es la adulta y el puber es un emprendedor más vanidoso que soñador. PTA puede incluir en su diseño conversacional tópicos como las familias judías, las japonesas antipáticas, el uso del 70 milímetros como reivindicación del cine predigital, la imagen granulada y colorida, el vestuario vintage presuntamente atrbuible a los años 70 o al cine de los 70, aunque por momentos parece remitirse más a la era pre Beatle. La referencia a la imagen predigital en una película de 2021 no implica aquí ninguna posición sobre la historicidad del cine sino la variedad que permite un filtro de Instagram.

Los intentos de la crítica por ligarla a aspectos de la contracultura no afectan para nada los comportamientos de los personajes. Mas bien PTA intenta insuflar encanto al empredurismo que hace al protagonista un posible participante de las charlas TED, ajeno completamente a los jóvenes de los 70. Bowie suena anacrónico en ese contexto, así como toda referencia a los hippies o la crisis política de Nixon.

Licorice Pizza es un título en cuya extravagancia se cifra el deseo de llamar la atención como algo distinto. Lo mismo el casting: un par de jóvenes elegidos desde su falta de carisma invita a hablar de que PTA arma castings contra los criterios usuales.

La banda sonora de Licorice tiende a escucharse y comentarse por fuera del film -¡qué lindas canciones!, aunque no incidan en la experiencia de sus personajes. Por postularse como comedia romántica -o algo así- los gags son escasos y de gracia desabrida. Si transcurriera en los 80 solo cambiarían el vestuario y las canciones. Nixon podría ser Reagan e importaría igual de nada.

Lo más notable de una comedia sin gracia y un romance sin erotismo es la total falta de angustia de los protagonistas de un amor incierto. El cálculo con que se disponen los elementos decorativos -casi todos- patentiza la falta de pasión y la frialdad de esta historia de amor. Licorice no ríe ni llora: ostenta. Esto explica su fracaso en las taquillas: no porque sea difícil sino porque no se dirige a ningún público. Por los mismos motivos logra que se hable mucho en twitter: para sostener la ilusión de que hay un cine juvenil posible fuera de Marvel. Cierto que lo hay, pero un cineasta tan desabrido como P. T. A. no parece el indicado para filmarlo. PTA logra récords de impersonalidad: ha intentado ser Scorsese, Altman, Kubrick sin nunca superar a sus modelos ni conquistar una mirada propia.

Dos cosas me impresionan de la recepción crítica -abrumadoramente celebratoria: las discusiones para encuadrarla en algún género (como si esto justificara su existencia) y su idea desangelada de los conflictos juveniles. ¿Quién puede haberse enamorado alguna vez con tanta abulia?

Licorice Pizza encuentra su razón de ser en las nominaciones para el Oscar. Es indiferente si ganará alguno: será materia tuitera durante dos días si sacó menos premios que los merecidos. Nadie la recordará en dos años como hoy sí se sostiene la relevancia artística de films juveniles de décadas anteriores a esta: Antoine y Colette, Soplo al corazón, La luna, Paranoid Park. Yo mismo ya la estoy olvidando.

Año Fassbinder - Documental online

$
0
0

Gustavo Castagna lleva cada día una efemérides minuciosa en la que no le niega lugar a casi nadie vinculado con el cine, la tele, el teatro, a veces la literatura o el fútbol -desde Macedonio Fernández y Carlos Hugo Christensen hasta Susana Traverso, pasando por Bertolt Brecht y Tod Browning, Castagna practica en sus efemérides esta amable forma inclusiva de la horizontalidad artística.

Pioneers in Ingolstadt, 1971

Hace unos días avisó de la posibilidad de ver online el documental Fassbinder de Annekatrin Hendel, a cuya mención agregó No solo quiero que me amen (1993, Hans Günther Pflaum) y Fassbinder: To love wirhout demands (2014, Christian Braad Thomsen), que dice haber visto más de una vez. Puedo agregar a esta breve lista la encantadora Die glücklichen Opfer des Rainer Werner F. (algo así como "Las felices víctimas de Rainer Werner F" que hizo Rosa von Praunheim en 2000: también se puede hacer una película encantadora sobre la vida y obra de RWF). De paso, Castagna recordaba que en junio se cumplen 40 años de su muerte y poco después el estreno mundial de Querelle (1982).

Fassbinder fue encontrado muerto en su habitación de paredes marrones sin ventanas, con cinco guiones desplegados en su lecho de muerte, uno de los cuales se llamaba Yo soy la felicidad del mundo. Vaya uno a saber qué mensaje entraña esto para nosotros. RWF a sus 37, con un cuerpo que parecía de 70, hinchado por las píldoras, el alcohol y la cocaína. Yo soy la felicidad del mundo. Puedo tomarlo en serio: en este mundo horrible, Fassbinder nos regala aún momentos de felicidad.

Castagna terminaba su posteo con un "Año Fassbinder, ¿por qué, no?". 

Porque sí, lo tomamos como tarea. Los nuevos críticos -si tal cosa existe- rara vez mentan a Fassbinder, ocupados como están por descubrir a John Ford, Darío Argento o Hugo del Carril. Es raro, porque el cineasta bávaro debe ser uno de los últimos cineastas que hizo, literalmente, temblar el mundo. ¿Será porque la consigna tan repetida sobre "el gusto por la belleza" rige la dirección de la cinefilia actual y Fassbinder no es fácilmente atrapable en ese cepo? Quizás este aniversario redondo estimule a que algunos vean, sientan y piensen a Fassbinder. ¿Se vienen ediciones especiales sobre Fassbinder? La revista La otra hizo una en su número 1, cuando solo hacía 20 años que Fassbinder se había muerto.


Raúl Perrone lee el número especial de La otra dedicado a Fassbinder

Desde la Berlinale, Roger Koza escribe un primer informe titulado "Fassbinder con barbijos" en el que comenta la película de apertura del festival, Peter von Kant, una adaptación libre de Las amargas lágrimas de Petra von Kant dirigida por François Ozon. El francés ya había hecho hace algunos años para el cine la obra teatral Gotas de agua sobre piedras calientes. Pero, claro, es Ozon.

Cuarenta años después de Fassbinder no es cualquier tiempo. Su presencia radiante todavía fulgura en un mundo peor que el que no soportaba. Más que un hito del cine, una explosión cosmológica que empezó justo cuando la segunda guerra terminaba y ya no pudo más cuando se estaban delineándo los rasgos más siniestros de esta parte de la historia que nos alcanza. Su obra abrumadora y su presencia magnética aún nos sacuden. Vean este documental y cada aparición de Fassbinder como actor o en una entrevista, cada plano citado de una de sus películas produce un pequeño shock eléctrico.

Fassbinder de Annekatrin Hendel (2000)

Una forma de definir nuestra época sería pensar que ya no lo tenemos filmando aunque todavía nos faltan algunos films suyos por ver, algo que dista de un berretín de fetichista cinéfilo. Todavía lo recordamos hasta que todos se olviden. No hay que encajar a Fassbinder en el cuadro de la cinefilia actual porque no cabe.

La ventaja que tenemos es que llegamos a tiempo para vivir mientras él estaba aún trabajando. Su trabajo es nuestro sostén por la intensa presión formal al que lo sometió, se sometió, nos sometió. Su obra aún no fue comprada por ninguna plataforma, ¿afortunadamente? Parecería que su pasión, su inteligencia y su voluntad imparable a no ser que su corazón dijera basta igual todavía nos llegan.

Difícil pensar el mundo actual con Fassbinder presente, difícil soportarlo sin él.

Año Fassbinder entonces. Continuará.

Cow: ¿Nunca te miró una vaca de frente?

$
0
0

por Oscar Cuervo

¿Sabían que la mejor película de los últimos tiempos no está protagonizada por Penélope Cruz ni por Alana Haim sino por una vaca? La película se llama Cow, su autora es la británica Andrea Arnold y la vaca se llama Numa. No es el primer largo protagonizado por un animal: en los 80 los japoneses filmaron durante cuatro años Las aventuras de Chatrán que contaba la historia de un gatito encantador para cuyo rodaje se mató a por lo menos 15 gatos, según se denunció posteriormente. Por obra del montaje, esta práctica de crueldad mercantil se transformó en una fábula encantadora. 

Dos décadas antes, Robert Bresson filmó Al azar, Balthazar, cuyo protagonista es un burro. Bresson pensaba que el burro es el animal más inteligente de todos, pero para filmar la película eligió a uno que no supiera hacer absolutamente nada. No quería un burro amaestrado por los mismos motivos que detestaba a los actores que representan emociones construidas desde su voluntad: "Quise que este animal fuera una materia bruta" le comentaba Bresson a Godard en Cahiers de mayo de 1966. En otra entrevista del mismo año, explicaba que el sentido de la película estaba en que al pasar de amo en amo cada uno de ellos representara los vicios de la humanidad y finalmente el burro iba a morir por sus pecados. 

Como Chatrán, Cow fue filmada durante cuatro años, aunque sus experiencias no podrían ser más distantes. Con Cow Andrea Arnold se ubica más cerca de Bresson sin su pretensión alegorizante, pero mantiene la preferencia de Bresson por un cine apegado a la verdad, como ella declara al explicar el proceso de registro y edición de la banda sonora: "Le pedí [al sonidista] que estuviera cerca de Luma porque así se puede apreciar la cantidad de sonidos que emite: los gruñidos, los mugidos, el sonido de la respiración. Quería que a través del sonido se sintiera al animal. El trabajo que suele hacerse con el sonido en el cine es muy bueno, pero siempre existe un procedimiento que consiste en reemplazar una cosa por otra cosa. El sonido que proviene de un caballo real es muy distinto del que se hace en un estudio. La tradición consiste en reemplazarlo todo [N. de La otra: ¡¡¡los westerns!!!]. Detesto eso. Bresson dijo que la vida es inimitable, nunca se puede reemplazar un momento por otro", le dice Arnold a Roger Koza

En su conexión con Numa, Arnold rescata su experiencia infantil de proximidad con los animales del campo. Usa el cine para contactarse con la sensibilidad de Numa, a la vez que la muestra integrada al dispositivo de explotación humano. Numa no es un animal salvaje ni doméstico: es ganado. Por eso es lícito preguntarse en qué medida Cow es una película sobre la animalidad y en qué medida lo es sobre la humanidad. Lo que separa nítidamente a ambos mundos es que todo lo humano que aparece en Cow está dirigido a hacer más eficiente el rendimiento económico del ganado. No hay simetría. Los seres humanos que aparecen en la película lo hacen lateralmente, fuera de foco, nunca ocupan el centro del cuadro ni puede identificárselos, mientras la mirada de Numa está continuamente conectada a la cámara y, a través de ella, a nosotros. 


Los humanos le ponen nombre, Numa, pero también marcan a fuego un número una de sus patas traseras. Numa es 29, lo que signa su entidad económica. El nombre no es una humanización de la vaca más que en este punto: el extractivismo sabe que la vaca rinde más si se la nombra y se la trata con afecto. O en todo caso, su nombre la "humaniza" tanto como el número de serie. A diferencia de las maldades que sufre Balthazar, Numa recibe cariño pero tiene un propósito interesado. Lo mismo pasa con la música que suena en el tambo en el que cada jornada se concentran a algunas decenas de congéneres en un dispositivo de extracción mecánica: suenan en el espacio productivo unas canciones muy dulces, Angel Olsen, Billie Eilish... Si las vacas se sienten en un ambiente agradable, producen más leche. Los que diariamente las manejan y las conectan a las máquinas extractoras de leche que están en lugar de sus amados terneros -los gestos del amor maternal de Numa son potentes- las alientan: "vamos, chicas". 

La directora no enfatiza una denuncia del maltrato animal pero toda la organización del espacio dramático responde a la economía. Eso distancia a Arnold de Bresson y a Numa de Balthazar: no hay alegoría ni pecadores sino racionalidad económica. Arnold no representa nada sino muestra cómo funciona la producción lechera. No hay entonces reciprocidad posible. Las vacas son para el mundo que Cow muestra no un depósito de la maldad humana sino objeto de una racionalidad. Lo que en Balthazar organiza su película es la teología, en cambio en Cow se trata de economía. En lo que se parecen es que estas dos dimensiones, la religiosa y la productiva, no son explicadas sino que movilizan sus mundos desde el fuera de cuadro. De ahí resulta que la mirada de Bresson hacia Balthazar es misericordiosa y lo que se consuma al final es un sacrificio, mientras que en la mirada de Andrea Arnold su escena más terrible responde a una racionalidad económica que pretende cierta cesación del sufrimiento.

El párrafo anterior podría dar a entender que Cow es un documental de denuncia del maltrato animal y esa lectura no está excluida de las posibilidades de un espectador. Pero lo que en verdad la cineasta se propone es una conexión con la sensibilidad de Numa por medio de la cámara. Cow no es el relato de una vaca maltratada por una serie de personas codiciosas, iracundas, mezquinas, sino la conexión de dos miradas por medio del cine, bajo la postulación de que un puente de sensibilidad es posible entre ellas. Por eso en Cow vemos lo que sucede en un registro a la vez estrictamente realista y sensitivo: "El poeta irlandés John O'Donohue habla sobre la belleza salvaje de lo invisible", dice Arnold. “¿Los animales tienen alma? Si pensás en el alma como la vitalidad invisible de una persona o animal, Luma definitivamente tiene alma. Puedo verla pensando en las cosas a través de sus ojos. Y podés ver su emoción. Esa belleza salvaje de lo invisible se siente allí con ella [completo acá]”. Es en la postulación de un alma donde Arnold y Bresson se aproximan. Lo peculiar de Cow es que esto se hace posible por la intervención del cine como un elemento tercero, diferenciado del armazón extractivista y de las vacas explotadas.

A veces nos preguntamos dónde quedó el cine ahora que el mundo se llenó de pantallas, una pregunta que puede encararse de distintas maneras. La más perezosa retrocede hacia las obras de los grandes creadores de formas de la época clásica: el canon del siglo xx, "run for cover", digamos. Es posible que el cine sea un asunto del siglo de la revolución industrial que se resolvió en el siglo de los campos de concentración, que empezó a vacilar cuando la televisión simuló asumir la forma de su encuadre pero rotuló cada imagen con un zócalo que la explicara. Si el cine está en la pantalla inmensa de la sala oscura o en el fugaz negro que separa cada cuadro inmóvil, si quedó guardado en la gramática instaurada por Griffith para generar una representación pseudo-transparente del espacio que vuelve al  montaje invisible, si los buenos guionistas migraron hacia las series para narrarles a los adultos del living sus historias interesantes y dejar el espectáculo estruendoso en ojos y oídos de los púberes que corren a los mall a ver las megamercancías de Marvel que recuperan su inversión en los cuatro días de un fin de semana: todas hipótesis con su componente empírico. Prefiero considerar un aspecto menos empírico: qué hizo el cine con nuestra experiencia histórica: el doble movimiento por el cual la mirada y la escucha humanas se extrañan, salen de sí y se recuperan a sí mismas para verse por primera vez como tales. El acto de ver la mirada y oír la escucha. Lo decisivo sería la encrucijada donde nos encontramos mirándo(nos) y escuchando la tensión entre lo que nos miramos y escuchamos.

Estas ideas me volvieron a rondar cuando vi Cow. Si su autora no fuera inglesa. diría que se inspiró en una vieja canción de Miguel Abuelo "¿Nunca te miró una vaca de frente?". Es casi imposible que conozca la canción, pero seguro muchas veces la miró una vaca de frente, como ella cuenta sobre su infancia en el campo. Nunca tuve esa experiencia hasta ver Cow, a las vacas las veía siempre desde las ventanas de un auto al borde de la ruta, pero sí sentí la mirada de mi perro Rino. Las vacas miran... y cómo. Arnold puso la cámara en la posición precisa para que Luma nos mirara. Sus mugidos no son "ambiente campestre" sino algo que me habla. Al mirarte sentís algo más que un objeto que se te opone: te conectás con algo tuyo, un abismo que no te pertenece. Alguien escribió una frase memorable: "Una noche de fantasmagorías: ...esta noche es lo percibido cuando se mira al hombre a los ojos, una noche que se hace terrible: a uno le cuelga delante la noche del mundo”. No se había inventado el cine cuando lo escribió, pero no estaba lejos. En el cine a uno le cuelga la noche del mundo.

“Muchos de mis amigos estaban llorando en la proyección en Cannes”, dice Arnold. “La noche siguiente tuvimos otra proyección y lo mismo. Creo que mucha gente no siempre sabe por qué les afecta de esa manera. No se trata solo de la vaca, no lo creo. El cine te está dando una experiencia”.

Madres paralelas: el ojo de vidrio y el sonajero

$
0
0

por OAC

"Es una historia muy larga, algún día te la contaré" es la frase que funciona como principio constructivo de Madres parelelas, el más reciente film de Pedro Almodóvar, un paso en falso después de la notable Dolor y gloria. Algo no olía bien desde su mediometraje de diseño La voz humana, con Tilda Swinton haciendo el soliloquio teatral escrito por Jean Cocteau con el que el director amagaba desde la genial La ley del deseo

El director, después de cuatro décadas, nos tiene acostumbrados a estos bruscos altibajos: antes de Dolor y gloria, nos había entregado la inexplicable Los amantes pasajeros (2013) y la excelente Julieta (2016), así que sus irregularidades no sorprenden. Películas extraordinarias (La flor de mi secreto, La piel que habito, Mujeres al borde de un ataque de nervios), otras mediocres (Volver, Todo sobre mi madre, Átame) y deplorables (Kika, La mala educación, Los amantes pasajeros). 

En Madres paralelas Almodóvar se toma al pie de la letra eso de "algún día te contaré", porque cada motivo psicológico y cada cuenta pendiente de los personajes son expuestos por ellos mismos con pelos, señales, aclaraciones y croquis. Almodóvar puede ser un narrador inventivo y en sus buenos momentos muestra gran elegancia para desplegar tramas enroscadas y, sin embargo, claras y emocionantes (Dolor y gloria o La piel que habito son ejemplos de esto). En este caso, se propuso ensamblar dos motivos muy diversos: un típico esquema melodramático de bebés cambiados accidentalmente en la maternidad junto a una preocupación suya más tardía por el olvido de la sociedad española de los miles de desaparecidos durante la larga dictadura franquista. 

Almodóvar mostró su destreza para servir varios ingredientes en una sola bandeja pero a veces falla. El vínculo que nace entre las madres de distinta condición social a las que les cruzan sus bebés suena en una cuerda que él sabe tocar; la gravedad de las consecuencias de la guerra civil, en cambio, requiere un tono para el que hasta ahora no había mostrado su capacidad de afinación. De ahí que la promesa "Es una historia larga, algún día te la contaré" tiene que ser dicha y cumplida varias veces en Madres paralelas. El anuncio de la explicación que efectivamente se dará tiene una función muy distinta a la frase que le dice Geraldine Chaplin a Darío Grandinetti al final de Hable con ella: "nada es sencillo, sé que nada es sencillo": la sugerencia es más poderosa que la explicación, un sentido condensado potencia su efecto.


Acá hay que explicarlo todo porque los ejes narrativos no terminan de ensamblarse  y hay que disimular las costuras. La falta de confianza en el poder de la ficción se manifiesta como nunca antes en la cita final a Eduardo Galeano en Madres paralelas: "La historia humana se niega a callarse la boca". Almodóvar parece decírsela a sí mismo: no puede hacer callar la boca a unos personajes sobreexplicados. Los cambios de bebés, de madres y de pareja se suceden con desgano, algo inesperado en su filmografía: sin pasión; las connotaciones políticas muestran involuntariamente un paradójico conformismo. 

Las secuencias de títulos suntuosas, diseñadas por el argentino Juan Orestes Gatti en el estilo de Saúl Bass, presentan como siempre "Una película de Almodóvar": más que un autor, parece querer ser una marca. Ahora vendió un lote de su obra a Netflix -de las buenas y las otras- y en países como Argentina lanza Madres paralelas directamente en streaming. Resultado: las redes sociales lo convierten rápidamente en tendencia.

En la España de Vox se genera un clima hostil ante la resistencia social por revisar su oscuro pasado, pero el barullo atenta contra la reflexión acerca de la tesis del cineasta sobre el trauma histórico y la pertinencia del cruce con los recursos del melodrama. En la media hora final, el enredo de los bebés y los cambios de pareja es abandonado para centrarse en la busca de los restos de las víctimas del franquismo. Notoriamente todas las tensiones de la película son dirimidas mediante dictámenes científicos: análisis de ADN y antropología forense. Quién te ha visto, Pedro. Los diálogos se vuelven de una solemnidad risible. "Cuántos años esperando este momento, Arturo". "Me imagino, también para nosotros es un momento especial". Ya nos dimos cuenta. Me eximo de aludir a detalles vergonzosos, como el encuentro del sonajero o el ojo de vidrio: en otra época, Almodóvar los habría usado con humor negro, un efecto ahora involuntario, musicalizado por unos violines fúnebres. Al final, el antropólogo forense le dice al pleno del elenco, alineado como cuando al final de una obra de teatro salen todos a agradecer los aplausos: "Este es vuestro momento, nosotros nos retiramos". El plano evidencia la impostura de Madres paralelas. Todo lleva a conciliar los conflictos ante la hilera de huesos tomados en plano cenital: España, los desaparecidos y las madres paralelas, como si fuera solo un asunto resuelto por la psicología de los personajes. 

A Almodóvar se le escapa el hecho de que sobre esa pila de cádáveres se construye una sociedad monárquica, neoliberal, conformista, en la que a él le toca ocupar el ala izquierda, como se dice en la propia película. El franquismo triunfó en toda la línea pero en la pantalla el drama se aplaca. Rossy de Palma con  su cara asimétrica compungida resume el arco descripto por la filmografía almodovariana.



Hace apenas dos películas, al final de Dolor y gloria, un personaje secundario le proponía a Antonio Banderas que saliera en busca de aquel muchacho albañil que lo había retratado de niño, la tarde de la insolación, un retrato que la madre -también encarnada por Penélope Cruz- se había encargado durante toda su vida de impedir que el chico recibiera. Banderas respondía: "Para qué, el mensaje ha llegado a destino". No hacía falta nada más. Volvé, Pedro.
 
Dolor y Gloria, nuestro análisis acá

100 años de Pier Paolo Pasolini (5 marzo 1922 – 2 noviembre 1975)

$
0
0

por Lidia Ferrari

Inmediatamente antes de su asesinato en 1975 Pasolini escribe una serie de notas polémicas en diarios de la época. Épocas antiguas en las que los diarios de circulación masiva producían interesantísimos debates intelectuales. Se ocupa de ese nuevo fascismo que emergía en los jóvenes de los años ’70 y hace un contrapunto con lo que denomina el fascismo “normal”, el de la sociedad de consumo capitalista que producirá una mutación antropológica de los italianos.

Para Pasolini siempre fue posible distinguir entre diferentes culturas en Italia, pero esas culturas cedieron a la homologación de la sociedad de consumo, realizando el sueño interclasista. Dirá que ese nuevo poder no es fácil de reconocer y no está ni en el Vaticano, ni en las fuerzas armadas, ni en los potentes democristianos, ni tampoco en la gran industria italiana. Ese nuevo poder tiene rasgos modernos de una falsa tolerancia. Para Pasolini este nuevo poder capitalista es en realidad una forma “total” de fascismo porque ha homogeneizado culturalmente a Italia.

En 1974 concluye una nota que titula “El poder sin rostro” diciendo: “Porque el viejo fascismo, aunque más no sea a través de la degeneración retórica, distinguía: mientras el nuevo fascismo no distingue más: no es humanísticamente retórico, es americanamente pragmático. Su fin es la reorganización y la homologación brutalmente totalitaria del mundo”.

La reacción de diversos intelectuales fue inmediata. Lo acusaron de añorar el pasado rural de Italia. Pasolini los despacha a leer a Gramsci y a ver sus propias películas. Lo que le interesa es afirmar que el centro cultural del consumo ha destruido la diversidad de culturas a escala mundial y esto supone, para Pasolini, “el nuevo y más represivo totalitarismo que nunca se haya visto”. Como Italo Calvino había escrito que no conocía a los jóvenes fascistas ni querría conocerlos, Pasolini le dice que su respuesta es muy desafortunada, por dos razones. Primero porque no reconocería a un joven fascista de uno que no lo es, pero, sobre todo, le propone lo acertado que sería encontrar a alguno de estos jóvenes fascistas pues ellos “no son los fatales y predestinados representantes del Mal: no nacieron para ser fascistas. Nadie […] les puso de manera racista la marca de fascistas. Es una atroz forma de desesperación y neurosis que empuja un joven a una tal elección; y quizás habría bastado una sola pequeña diversa experiencia en su vida, un solo simple encuentro, para que su destino fuera diverso”. Un Pasolini lúcido y sensible que nos explica el terrible error que se comete cuando se hace sustancia del ser de un sujeto.

Me detengo en estas palabras de Pasolini porque considero que nos ayudan a pensar el momento presente y a no practicar el mote de fascista livianamente.

Comenta el filme Fascista de Luca Naldini, hecho con imágenes de archivo de la época de Mussolini y dice que hay que verla para constatar que esa gente ya no existe más. Pasolini, tan sensible a los rostros humanos, nos dice:

“Basta un instante de posar tus ojos en esos rostros para ver que esa multitud ya no existe más, que están muertos, que están enterrados, que son nuestros abuelos. Esto es suficiente para comprender que el fascismo no se repetirá de nuevo. Es por eso por lo que una buena parte del antifascismo de hoy, o al menos lo que se llama antifascismo, o es ingenuo y estúpido o pretencioso y de mala fe: porque libra batalla o pretende dar batalla a un fenómeno arqueológico muerto y enterrado que ya no puede dar miedo a nadie. En resumen, un antifascismo cómodo y aplacado. Creo, lo creo profundamente, que el verdadero fascismo es lo que los sociólogos han llamado demasiado bien “la sociedad de consumo”. Una definición que parece inofensiva, puramente indicativa. Pero no. Si uno observa bien la realidad y, sobre todo, si sabe leer en los objetos, en el paisaje, en lo urbano y, sobre todo, en los seres humanos, ve que los resultados de esta despreocupada sociedad de consumidores son la consecuencia de una dictadura, de un verdadero y propio fascismo”.

Para Pasolini la sociedad de consumo es el verdadero fascismo de los años ’70. En términos actuales hablaríamos de neoliberalismo. Todo el tiempo el periodismo publicitario y hasta intelectuales y políticos nos alertan sobre los fascistas redivivos. Esos espejos deformados de los fantoches fascistas de antaño podrían ser una coartada. La coartada para conducir una lucha antifascista que, si seguimos a Pasolini, esconde el vero fascismo en ese neoliberalismo cuyo rostro cambia, muda, se transforma hasta ofrecernos su mejor rostro: el rostro que más te guste, mientras su verdadero rostro, si lo tuviera, perpetra tropelías que conducen a lo peor.

(Hasta aquí un fragmento de mi texto ‘Jorge Alemán y Pasolini contra el retorno de los demonios’, publicado en la revista #LacanEmancipa el 5/07/2019, que se puede leer completo acá).

En esta semana, después de haber visto en Italia en acción una caza de brujas sobre ciudadanos rusos y hasta una censura de un curso sobre Dostoievski en una universidad de Milán, procedimiento de censura que ha visto la aprobación de tanta gente, casi se podría pensar que se trata de un retorno fascistoide, de antiguo cuño. Sin embargo, se hace en nombre del ‘mundo libre’. ¿Qué pensaría Pasolini en estos tiempos?

Año Querelle

$
0
0

por O. C.

En 2022 se cumple el 40 aniversario de Querelle, la película póstuma de Fassbinder que se estrenó pocas semanas después de que su autor fuera encontrado muerto en su casa sin ventanas, a los 36 años, con el cuerpo estragado de alcohol, cocaína y píldoras. En la cama Fassbinder tenía bocetos de cinco nuevos guiones para filmar en los próximos meses. Querelle era su largo número 41, si no contamos las series y telefilmes que también hizo. Pasó por el siglo del cine como tromba inolvidable para sus testigos, aunque la administración de la memoria cinéfila para las nuevas generaciones privilegia modelos clasicistas más conciliables con el conformismo de época. La radicalidad estética de Fassbinder es todavía, quizá aún más que antes, indigerible.

No hay un estilo Fassbinder sino tres, cuatro. Pero Querelle no parece encajar totalmente en ninguno de ellos. Cuando se estaba muriendo, él estaba reinventándose como cineasta, inventando el cine. A Querelle, no una adaptación de Jean Genet al cine, sino una película "sobre" Querelle de Brest, la novela de Genet, no le cabe ninguna de las acepciones de la palabra adaptación. Fassbinder no acerca a Genet a "su" mundo sino que se aleja de sí, genera nuevas coordenadas para la obra cinematográfica que, tanto en su estreno fue recibida con comprensible desconcierto. Entre la cinefilia obediente de hoy resultará más rara.


"Tensión formal" es un concepto al que acudir para nombrar su anomalía, y Querelle ya es en sí una anomalía dentro de otra anomalía. Si un rasgo persiste en el gesto fassbinderiano, es el de desconcertar los hábitos por los que un espectador acomoda su ojo, su oído y su identificación ante a lo que ve y oye. Algo está fuera de lugar en su cine, a veces casi todo está fuera de lugar. Eso se ve en las picos de su extensa obra: Alemania en otoño (1977), En un año con 13 lunas (1978) y por sobre todas Querelle.

La intensidad de su compulsión productiva lo hacía filmar sin pausas, ir de los estilos más ásperamente realistas a una resaca difusa y vibrante. Era su respuesta artística a su litigio con el mundo. El cine de Fassbinder no es más grande que la vida porque no está afuera de la vida, sino que se ubica en sus bordes turbulentos.



Vincent Canby, el crítico de Variety del New York, es decir, la voz del establishment, manifestó inmediatamente su perplejidad y rechazo en su "FASSBINDER'S LAST" del 29 de abril de 1983:

"Querelle es un desastre y tiene valor principalmente por la forma en que define las fortalezas y limitaciones particulares del cineasta europeo más importante de su generación. En relación con las grandes películas que marcan su corta pero prolífica carrera, Querelle es un desvío que lleva a un callejón sin salida. (...) Querelle (...) es una de las películas más arriesgadas que jamás haya hecho Fassbinder, resultado de cientos de elecciones audaces, algunas de ellas inteligentes, pero casi todas equivocadas". De ahí en adelante, Canby se dedica a comparar penosamente las diferencias entre el original literario y la versión cinematográfica. Su texto es un ejemplo de cómo a veces la recepción crítica de una obra queda atrapada por la estrechez de su contexto.

En Querelle la coordenadas usuales de organización espacio-temporal estaban siendo alteradas con una resolución que hasta hoy no encontraron continuidad. El espacio que los críticos de su época desacertadamente interpretaron como "teatral" tuerce ligeramente el eje vertical unos grados hacia la izquierda, lo que produce una extraña sensación de inestabilidad, el mundo cayéndose para un costado, a la vez que su estallido cromático dislocaba la noción fotográfica de balance de blancos que obligaba al ojo a reorganizar su rutina perceptiva. En la banda sonora, el rumor místico magistralmente sostenido por Peer Raben es herido por ruidos disonantes de videojuegos anacrónicos. Esos son los conflictos que Fassbinder plantea al espectador. ¿Si su corazón no se hubiera detenido esa noche de junio de 1982 Querelle hubiera sido el comienzo de un nuevo ciclo? No podríamos saberlo nunca. Pero no ha habido cineasta capaz de avanzar por los senderos que Fassbinder abrió hace 40 años.


Ahora se verá si al menos algún festival puede hacerse cargo de su ya prolongada ausencia.

Nunca más vas a trabajar en televisión - The Smile

$
0
0

No temas, mi amor, es puro humo

huesos jóvenes amontonados

chicas que se cortan las muñecas

vuelven a escena para el beso por la canción de cuna.


Detrás de algunas rocas, debajo de algún puente

un crápula te promete la luna.


Sí, claro

sueño profundo

la noche entera.


Un chico encadenado en oro

un par de sogas flojas

apenas una puntada fácil de descoser

incluso mi pie izquierdo.


Dejá que oscurezca, bunga bunga 

o no volverás a trabajar en televisión.


Sí, claro

los mastica, los escupe

como sea que se llame el genio mecánico

tantas esperanzas hermosas y tantos sueños jóvenes

arruinados por esas miradas malvadas y esas patas de cerdo.


Boludo triste, tirás unas monedas

sacá tus sucias manos de mi amor

Dios sabe dónde más anduviste

Dios sabe dónde más anduviste.

 

En mayo del año pasado Thom Yorke y Jonny Greenwood, integrantes de Radiohead, presentaron una banda paralela llamada The Smile. El baterista Tom Skinner (de Sons of Kemet). El productor es Nigel Godrich, habitual colaborador de Radiohead. Ya dieron a conocer cuatro temas, entre ellas esta "You Will Never Work In Television Again", de un carácter cercano al post punk. Trasmitieron un ensayo por Instagram Live. También hicieron algunos conciertos en streaming. El lema de la banda es "where work is more fun than fun".

 


Como para desorientar un poco más a los fans de Radiohead, ayer dieron a conocer otra canción, de estilo más cercano al que tiene la banda en la actualidad:

 

Y un par de días antes el propio Thom Yorke sacó un tema solista:


¿Entonces?

Contra la falacia de la moderación: hay que ser precavidos y audaces al mismo tiempo

$
0
0
El hambre no se modera


por OAC

El liderazgo político de Alberto Fernández está dañado de manera irreparable. Pero es imprescindible que los plazos constitucionales se cumplan a rajatablas, porque su salida anticipada pondría en peligro la democracia y la integridad del campo popular. La fórmula del Frente de Todos ideada por Cristina fue un gran paso para ganarle las elecciones al Resto del Mundo (literalmente hablando: tengamos en cuenta el escandaloso y descomunal préstamo del FMI a macri). Esta misma fórmula tenía una falla que hoy se vuelve imposible de desconocer: Alberto Fernández, su retórica apagada, su grisura y su apariencia inofensiva eran muy convenientes para captar votos decisivos del gran sector del electorado despolitizado, el que en cada período se inclina a uno y otro lado de los proyectos políticos en pugna. Sobre la indefinición de la apariencia de Fernández millones de votantes proyectamos lo que deseábamos ver. Así logramos desalojar a macri del gobierno, a pesar del apoyo del Resto del Mundo. Fue un triunfo que agradecemos a la perspicacia de Cristina.

Esa misma indeterminación se hace insostenible ahora para un pueblo que necesita que se tomen decisiones que frenen a quienes apuestan desde hace décadas a la disolución nacional y que, después del desastroso gobierno de macri y su fracaso electoral, están particularmente ensañados en destruirlo todo: en disolvernos como pueblo.

¿Debería haber encabezado la fórmula del FdT un candidato que sumara a su votabilidad para atraer a sectores despolitizados una determinación para enfrentar a enemigos implacables? La respuesta depende de si esa persona existiera. Fernández fue peor que lo que las más pobres expectativas depositaron en su voto. No fue capaz de tomar una decisión en favor del pueblo. Dilapidó con una cadena sorprendente de errores una oportunidad histórica que Cristina le cedió. Durante unos meses, la aprobación que AF pareció conquistar fue esfumándose, cada vez más rápido. Hoy lo vemos atrapado en la misma irresolución de sus primeras semanas, cuando todavía tenía la fortaleza de desarticular la trampa que la derecha nos había tendido. Hoy parece incapaz de registrar el rechazo que produce a un lado y otro, incapacidad que una descripción benevolente caracteriza como "moderación". Políticamente AF no es moderado: todas sus decisiones aumentaron la desigualdad y cavó un abismo más profundo en la fractura social. Si quería venir a cerrar una grieta, hoy pedalea en el abismo ensanchado entre unos pocos cada vez más ricos y millones cada vez más pobres. Alberto Fernández -no conocemos su interioridad- actúa como si no se diera cuenta de que sus continuas claudicaciones le siguen restando legitimidad política.

El FdT no puede romperse hoy, cuando el campo popular aún no resolvió cómo reorganizarse para enfrentar la ofensiva de la derecha. Fue un instrumento apto electoralmente en 2019, funcionó mal como dispositivo de gobierno y en 2023 puede volverse nocivo para los mismos intereses populares. Una bi-coalición que neutralice la resistencia popular en nombre de la "moderación posibilista" nos condenaría como pueblo. No queremos permanecer en un esquema que ya no brinda resultados dignos. El arreglo con el FMI es ruinoso y compromete el futuro de una generación. La deuda no la contrajo el FdT ni AF, pero la negociación resultó un fracaso que, con un mínimo de información que nos fue retaceada, deberíamos haber impedido hace tiempo. El acuerdo implica pérdida de soberanía e intromisión del imperio en las decisiones más sensibles para el futuro popular. Un error de cálculo en los procedimientos del economista Martín Guzmán -que ya va a encontrar empleo en organismos financieros internacionales, una vez que sus hipótesis de trabajo se hayan mostrado ruinosas para el país-, una deficiencia insanable en la formación política de Alberto Fernández -que se sumará a la galería de los presidentes que no estuvieron a la altura de los desafíos históricos, Guzmán y Fernández algún día se van a ir pero el pueblo se queda. La votación en ambas cámaras legislativas del acuerdo que entrega nuestra soberanía al FMI fue posible por el entusiasta apoyo de aquellos a quienes pretendimos vencer y generó un desaliento en nuestras filas difícil, no imposible, de revertir.

Alberto Fernández gobernó con miedo: miedo al poder económico, el mismo miedo que en el siglo pasado tuvieron los presidentes radicales. Como llegó con nuestros votos, su ineptitud produjo un daño adicional. 

Un documento elaborado por un conjunto de autopercibidos "intelectuales" pretendió plantear el dilema de esta hora como una dialéctica entre "moderación" y "radicalización". Falso dilema: los resultados de las defecciones de Fernández y su equipo no son moderados sino excesivamente perjudiciales para nuestro pueblo. La "carta" pone por delante de cualquier objetivo la exigencia de unidad del Frente de Todos, pero en la práctica es una unidad cuya conducción política se inclina invariablemente por caminos impopulares. Un solo y decisivo ejemplo: el ajuste económico que Guzmán decidió en medio de la pandemia, subjecutando presupuestos, suspendiendo la asistencia estatal para damnificados por la situación, en pleno año electoral, significó la ruina para millones de familias y la pérdida de las elecciones legislativas que debilitaron dramáticamente las posibilidades del campo popular. El ajuste de Fernández y Guzmán es la explicación suficiente de la derrota electoral, mientras se negociaba un acuerdo con el Fondo cuyo resultado fue nocivo en todos los niveles. El documento de los autopercibidos "intelectuales en favor de la unidad" carece por completo de la capacidad de preguntarse para qué sirve esta unidad. Al 50% de argentinos que vive bajo la línea de la pobreza no les sirve. A las organizaciones populares que el año que viene se enfrentan a la probabilidad de ser castigadas una vez más por la derecha salvaje tampoco. Entonces, ¿qué nos proponen los que aconsejan moderación y unidad?

Poné la fecha, la puta que te parió...

El punto ciego de la falacia de la moderación es que no se interroga con quién hay que unirse ni tampoco para qué sirve la unidad. El jueves en la puerta de la Casa Rosada aparecieron el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, y Héctor Daer, integrante del Consejo Directivo de la CGT, para anunciar que la semana que viene van a ser convocados al "diálogo" para acordar las políticas del post-acuerdo con el Fondo. Si estos son los sectores a los que Fernández convoca a dialogar, ya podemos anticipar los resultados.

El análisis de los medios corporativos, verbalizado también por varios legisladores de la derecha, asumido incluso por autopercibidos intelectuales moderados, es que el problema al que se enfrenta el país es la actitud inmoderada de los que rechazamos la claudicación. Pero a una claudicación no se la puede rechazar moderadamente. Si tenemos necesidad de medir nuestra capacidad para responder a la ofensiva del poder económico, es por nuestra autopreservación, para ser capaces de dar respuestas más eficaces a los ataques reaccionarios, no por la virtud de la moderación. 

El nombre que le pone al problema argentino todo el establishment, nacional e internacional, los respresentantes del macrismo que votaron a favor del acuerdo ruinoso, sectores conservadores del peronismo e incluso los autopercibidos intelectuales de la moderación es "kirchnerismo", la "izquierda peronista radicalizada" de la que habla Georgieva, cristalina. La figura a la que hay que denigrar, demoler, si es posible encarcelar o agredir física y simbólicamente es Cristina Fenrnández de Kirchner. Integrantes del círculo que rodea a Alberto Fernández, el Grupo Callao, la derecha pejotista integrada al FdT, los gordos cegetistas, el Evita e incluso sectores mediáticos que se definen oficialistas hacen  esfuerzos extras para aislar al kirchnerismo como el obstáculo a remover para que la Argentina moderada -y sometida- se afiance. El círculo más cercano de AF opera continuamente contra el liderazgo de Cristina -destinataria de los votos que llevaron a AF al sillón presidencial- y presiona a AF a que desplace al kirchnerismo de la coalición gubernamental. Quizá un resto de autopreservación, tal vez su propio carácter timorato, hacen que Fernández no se decida a ejecutar esos consejos. Pero toda su gestualidad se empeña en agraviar a los sectores políticos y sociales que lo hicieron presidente.

La paradoja que nos desafía es que necesitamos sostener a Fernández en su cargo hasta el final del mandato, a pesar de que cada día él parece idear nuevas formas de dañar los intereses populares, incluso de mellar su propia autoridad, a la que necesitamos sostener. Es la derecha la que ansía que un gobierno salido de la voluntad popular, con un discurso electoral reparador, termine volando por el aire. Parte de esa derecha opera también en el círculo cercano a Fernández y en varias de las organizaciones que se declaran "albertistas".

Así de difícil es para nosotros este momento. La dificultad nos obliga a extremar nuestra capacidad de análisis y agudizar la firmeza de nuestros movimientos políticos. Por eso no pedimos romper todavía con el Frente de Todos. ¿Qué hacer? Resistir en las calles el ajuste pactado por el FMI, las clases dominantes, el macrismo y la derecha del peronismo. Hay identidades que no se borran fácilmente. 

Nos vamos a encontrar en las Plazas del país el próximo 24 de marzo, en una nueva jornada de repudio a la dictadura, cuyos efectos quieren prolongarse en el reciente acuerdo con el Fondo, a los que seguiremos resistiendo. 

No a la claudicación. 

No a la desmoralización de la militancia. 

Sí a la unidad del campo popular que resiste la entrega de la soberanía nacional. 

Los instrumentos electorales no son fines en sí mismos. No es solo una cuestión de elecciones. 

La suerte que corramos no espera hasta las elecciones de agosto y octubre de 2023: depende de lo que hagamos desde este mismo instante.

No nos han vencido.

Me mandaron una carta

$
0
0

Hace dos años los organismos de Derechos Humanos decidieron suspender el tradicional acto del 24 de marzo, la fecha cívica más potente de la Argentina contemporánea. Las normas de aislamiento social preventivo ante la pandemia que se había desatado semanas antes lo exigía, algo que no había sucedido nunca, ni en los momentos más oscuros de la dictadura. Fueron dos años de desmovilización provocada por una contingencia y aprovechada por los sectores más reaccionarios de la sociedad, que había querido borrar del calendario esta fecha ni bien asumió el macrismo en 2015 sin lograrlo.



Las circunstancias actuales son como todos sabemos muy difíciles, en el aparente final de la pandemia, ante las consecuencias apiladas de esa catástrofe planetaria, sumadas a las críticas condiciones socioeconómicas en las que el macrismo dejó el país y que el gobierno del Frente de Todos no supo hasta ahora desactivar. El reciente acuerdo con el FMI, como resultado de la disparatada deuda contraída por el gobierno de la derecha derrotado en 2019, dejó al frente gobernante en estado de crisis deliberativa, la mitad de los argentinos viven en la pobreza, la situación bélica en Europa disloca las condiciones externas en un momento en que los sectores exportadores quieren acaparar todas las ventajas comerciales que la situación produce y no hacerse cargo de ninguna de las desventajas: el resultado de esta combinación de factores es un país más desigual, con cada vez más pobres y una minoría enriquecida cada vez más rica. Las desaveniencias del gobierno del FdT y un ejercicio errático de la autoridad por parte del presidente Fernández favorecen un malestar colectivo que repercute en la relación entre los diversos sectores de la coalición gobernante.

En este marco, las operaciones de acción psicológica de los medios corporativos funcionaron a full preanunciando una inminente ruptura del FdT por decisión de su dirigente más importante y su creadora: Cristina Fernández de Kirchner. El vocero de la derecha Carlos Pagni echó a correr el lunes pasado que se esperaba para este 24 la aparición de una durísima carta de Cristina que podría anunciar su alejamiento del gobierno. Pagni llegó a "adelantar" que Horacio Verbitsky estaba colaborando en la redacción de la temida (o ansiada) "carta de Cristina". 


Cualquiera que no se dejara operar por el calvo locuaz de los lunes podría inferir que los movimientos políticos de Cristina no suelen ser nunca lo que todos esperan. Pero la operación lanzada por Pagni pareció tener eficacia persuasiva incluso en algunos sectores del Frente que desearían que Cristina se vaya para que AF gobierne con una coalición del peronismo ortodoxo y las "palomas" del JxC (como si tal especie zoológica existiera).

Si hay una cosa previsible en esta Argentina donde es tan difícil de predecir algo para el corto, mediano o largo plazo, es que Cristina nunca hace lo que todos esperan. Parte de su peso político (que mantiene como ningún otro dirigente desde hace un par de décadas) consiste en la imprevisibilidad de sus tácticas, unida a la firmeza de su estrategia. Escribir un libro, postularse a vicepresidenta, acompañar en la fórmula a un dirigente no demasiado popular que durante varios años se paseó por los canales criticándola, ganarle con esa fórmula al Resto del Mundo: un analista político medianamente sagaz ya debería saber que lo Cristina decide no lo anuncian los medios una semana ni tres días antes. Probablemente el propio Pagni lo supiera, pero tenía que lanzar la especie para cumplir con el deseo de sus empleadores. Por su prestigio periodístico no debería abusar de esas falsas profecías, porque su única eficacia radica en que alguien le crea.

Horas antes desde sectores cercanos a Cristina salió el mensaje que parecía más probable: "La carta es la marcha". Significa dos cosas: que Cristina no va a hacer lo que esperan cuando lo esperan, además de que una intervención pública suya no va a colaborar para opacar la fecha más importante del año político. Efectivamente, Pagni había lanzado una mentira, la movilización fue inmensa, el movimiento de Derechos Humanos es uno de los haberes más poderosos con que cuenta la democracia argentina y La Cámpora se afianza como la organización política más articulada y numerosa del país. Fernández Alberto deberá decidir si quiere terminar su mandato recostado en el poder de la movilización popular de los que estarían en condiciones de sostenerlo ante las movidas desestabilizadoras o ceder a los aprietes del establishment local e internacional.

La marcha fue la más grande de los últimos años y probablemente las maniobras de la derecha en la oposición y en el propio Frente de Todos ayudaron a que cientos de miles de personas en todo el país salieran a ganar la calle. La ocupación de un territorio público y la manifestación de las consignas directrices son el lenguaje en el que habla el pueblo mientras los operadores lanzan sus intrigas en canales de televisión y redes sociales.

Me gusta esta frase que ayer tuiteó Carla Maglio. A las 15 había tuiteado: 

"Vamos a pisar la Plaza, le dice un hombre a su mujer, mirntras cruzan Bolívar. Es algo... no sé... griego".

Un rato antes ella misma había tuiteado:

"Todas las marchas, todos los 24, son también el lugar de las disputas en curso, de la coyuntura. Eso no quiere decir que no sean sobre todo el momento en que aparece el pueblo, y lo que buscamos en común. Y lo que no queremos".

El momento en que aparece el pueblo. El 24 el pueblo no falta.

Video tomado por integrantes de la Cámpora

 

Documental de la marcha desde el Espacio Memoria y Derechos Humanos ex Esma a la Histórica Plaza Mayo. Este documental fue realizado por los militantes de La Cámpora de La Pampa, que participaron de la Marcha del 24 por Memoria, Verdad y Justicia.

En medio del trap

$
0
0

por Ezequiel González

“El tiempo pasa, nos vamos poniendo Tecnos”

 (Prodan, Cover Milanés) 

1/ Postergando el juicio de que el Trap es una basura

Los debates como las ideas no se matan, mueren solas. Mueren por desinterés y se archivan hasta que algún curioso la vuelve a activar. Hoy el debate que vuelve a la escena musical es ese que tuvo lugar en la mesa del programa de televisión Sábado Bus entre Pappo y DJ Dero, donde se discutía si lo que hacía Dj Dero era hacer música o pasar música. ¿Qué triunfó al final? ¿La música tocada por seres humanos o aquellos que aprietan botones?. 

Para saber en qué anda la música hoy hay que ir a buscarla, como propuso Mark Fisher -el intelectual de moda en Palermo Soho-, que se preguntaba cuánto puede vivir una cultura sin la renovación de ideas que trae la juventud. 

La juventud hoy trae una música donde se mezclan los géneros y pareciera que expresa la sensibilidad de los robots. Entre el autotune, pistas lanzadas por una computadora,  improvisaciones y samplers. Lo que llaman “trap” fue una denominación que viene de Norteamérica -los bautizadores de las cosas-, palabra que significa “trampa”. Una especie de rap más sucio en sus líricas, ayudada por el autotune, como para definir rápido el concepto. Lo bueno del trap es que todos pueden hacerlo. Parece que tiene el espíritu de ese espectacular disco de los Auténticos Decadentes, Cualquiera Puede Cantar. Hoy, con la tecnología como gran prótesis celeste, todos puedan cantar y sonar igual.

Como todas las cosas, el trap tiene sus detractores. Más si tiene éxito. Y el éxito hoy los mismos pibes lo miden con “viewers” (tener escuchas o vistas en las plataformas) y hacer tagui

En el estrado de la verdad, es decir twitter; están los que los aceptan. Y están los que dicen que el trap es una basura pasajera. Que ya, con pandemia mediante, lleva cinco años en Argentina y unos diez en España. Hoy el rótulo Ttrap se va desdibujando y pasó a llamarse: “música urbana”... ¿Una mutación? (parece que le tienen fobia a encasillarse en un rubro). Este nuevo concepto es ahora: más mezcla.  Reggaeton, bachatas, cumbias, rave, música disco, punk robótico, rock y todo lo que se le quiera agregar a esta salsa. Como explicaba Cioran en su silogismo: “Una moda filosófica se impone como una moda gastronómica: se refuta igual una idea que una salsa”.

Es más: hoy uno llamado Lit Killah hizo un sampler con el hit del Chaqueño Palavecino “La ley y la trampa”, al que apodó: “La trampa es Ley”.

2/ ¿Qué es entonces el trap?¿Música Cyborgs? 

La breve y veloz historia de esta musiquita que por lo menos hoy suena acá en Argentina es la historia de un manojo de pibitos que hacían riñas de gallos en las plazas de Capital, replicadas en algunos territorios del conurbano y el interior. ¿Qué era eso? Se juntaban a rapear con una base -la hacía un beat bot, que por lo general es un gordito que la hace ruiditos con la voz- y se peleaban con palabras. El que combinaba mejor llegaba a la final y había un campeón. Era un piberío tremendo, con un espíritu amateur descomunal. La competencia les dio algo. El “Quinto escalón” fue como el gran semillero, fue como The Cavern Club pero a cielo abierto, sentados en la escalinata. Hoy se pueden ver esas batallas en YouTube y están los traperos de hoy, más chiquitos y sin tatuajes. De esa movida quedaron las batallas, pero ya no en las plazas, sino como recitales: “peleas de gallos Red Bulls”, ahora sí con sponsor y entrada paga. Si hay un éxito y no se cobra ticket, ¿es un éxito? se pregunta el capitalismo. Ahí quedaron varios, otros se fueron a hacer música. Se armaron estudios en casas alquiladas y se pusieron a hacer canciones. Comenzaron y el sistema los recibió. Algunas disqueras salieron a apadrinarlos, cómo se iban a perder estos nuevos diamantes en bruto que escucha la gente desde YouTube. 

Pero muchos artistasdijeron que no, aún con la cara llena de granos, los pibitos mostraban un hipo de ética, un “no me vendo”. como una acción anticapitalista o antisistema, aunque hilando fino, nada sucede fuera del sistema pero, bueno, usaron dos tanques para promocionarse:  YouTube y Spotify, diciendo no a las discográficas. Dos empresas Unicornio, que les empezaron a armar las mansiones con sus canciones, ahora que no necesitaban llevar demos y miles de horas chupando p*** a Mario Pergolini. El impacto era inmediato. Mataron a los intermediarios, las sanguijuelas del arte. 

Lo que a las bandas en los 90 y principios del 2000 les costaba entre diez y quince años, hoy se acortó a tres meses. Los panes han sido multiplicados convirtiendo en celíacos a casi todos. Ya hay una saturación. Ya  hacen conciertos sin tener todavía 10 canciones. Decí que llegó la Pandemia y se tuvieron que guardar un año, cosa que usaron para hacer canciones o discos “subiendo el level”. como ellos dicen. Este boom hispano-urbano fue total, podemos mencionar el caso de L-Gante, que arrancó estampando y vendiendo barbijos al comenzar la pandemia y al terminar el encierro salió de la caverna como una superestrella. “Se pegó”, como dicen los pibes.

No llego aún a hablar de sus músicas, sino como un sociólogo de bar, pensar lo que esa generación está viviendo de manera muy veloz. 

3/ 

Hoy el trap lleva eso, suena a la época en que vivimos. Velocidad y cinismos. Y tiene el eco del espíritu indie y no punk, como explica Ernesto Castro es su libro El trap: Filosofía millennial para la crisis en España. Sus letras muestran fiestas de revientes, drogas y una devoción por las marcas. Educados por los mass media, usando mucho la comparación, ya que si les sacamos el “como” la estructura de muchas canciones se hacen liquido. Salvo WOS, del que habría que hacer un capítulo aparte, los traperos están a gusto con su realidad. Escriben sobre el amor, el desamor, las drogas, las salidas y se tiran beef con otros artistas, se acusan de que se copian, de no ser originales, de no ser reales porque no hablan de sus vidas, de que no saben lo que es ser gangstas o andar con fierros. Chicos jugando al rap que siguen hablando de sus cosas y canciones en vivos de instagram. Están transmitiendo sus vidas, su horas de ocios, hay miles de pibes viendo eso en vivo. 

Antes uno compraba un cassette y desde un walkman habitaba el mundo como un polizonte; hoy cada play repercute en el artista financieramente. Miles de dispositivos enchufados a la matrix en la edad del dato y el cálculo. Y otros miles haciendo reacciones a estas canciones. Parece que los que escuchan su música van a buscar que otros las autoricen y digan que la canción es buena o mala, hay un mercadito en esto de las “reacciones”. 

Si el rock quedó para los nostálgicos, como planteaba otro teórico pop-choclero, Simon Reynold en su libro Retomania, en el que decía que hoy existe una adicción al pasado, el trap habla de hoy y el futuro. Es ficción y simulacro. Pibes que se hacen lo pandilleros pero en realidad juegan a la playstation y graban en sus piezas acondicionadas cuando tienen una idea. Pero, ¿cuánto puede durar el trap? 

4/ 

Habría que hacer un decálogo de todos los músicos, artistas y traperos. Pero mientras uno se detiene, nace otro rizoma y sólo basta darle play para conocerlo. Esa es toda la búsqueda. El impacto dura lo que la canción y ya se espera la próxima. Pero esa música hoy está ahí, sonando en los autos, en los negocios, en las radios y en los celulares. 

Volvamos ahora a esas carreras que pareciera que, a fuerza de talentos en bruto y con la tecnología supieron conseguir, desde las netbooks del gobierno de Cristina hasta las Apple de padres con contactos, van apareciendo discos. Discos que pueden llegar a representar una época. O al menos que suenan como tal. Algunos la llaman la música de la decadencia. Porque suena todos iguales y no dicen mucho. Hay que ver que siguen haciendo. 

Los clones como la Oveja Dolly mueren jóvenes

Los 90-2000 también fueron la fiesta de bandas clones, entre Charly y Spinetta. Como esa ciudad de Star Wars,Tatooine, que tenía dos soles. Hoy no se puede limpiar todo ni decir que todos son iguales. La permanencia sigue siendo lo más difícil.   

Hoy estos pibes clones apenas están comenzando. Esta música que hoy hacen, que a mucha gente no le puede gustar, puede ser una etapa de sus carreras. Como la tuvieron los pintores y los escritores. Hoy se copian desde el banco del fondo en la escuela.pPero de vez en cuando sale algún disco. Hoy se puede escuchar “Post Mortem” de Dillom, un rapero menor que ya desde el nombre del disco entiende que el género está muerto, que hay que buscar estilos nuevos. Parece ser el que mejor escribe, con mucho humor, riéndose de varios de la escena y haciendo una gran puesta en sus videos:

 

En vivo en el Lolapallooza 2022, tocó el disco en vivo y fue uno de los mejor que sonó esas noche. 

Esto es un recorte atroz de un montón de años, no es revisionismo. Pero es un país que tiene una gran cultura musical, los pibes que hoy hacen, crean y gestionan sus movidas, no vienen de afuera productores a fabricar Mambrúes y Bandanas. No hay que caerles con todo los fiscales. Yo les tengo les fe a muchos. Las bandas que yo escuchaba de pibe ya suenan en Radio Aspen. 

Pienso en dos carreras adelantadas, como son las de C-Tangana y Rosalía. dos españoles que comenzaron en la escena under y hoy son artistas conceptuales. Fueron a la tradición española y la actualizaron a la web 3.0. Hoy graban con Calamaro, Drexler, con Pharrel y The Weekend. En mi humilde gusto crearon dos grandes discos. 

C-Tanga tocó para el Tiny Desk, un ciclo de conciertos en el que los invitados muestran su obra en 15 minutos. Ahí llevó su disco El Madrileño:

Rosalía sacó su segundo disco, para los que la siguen era muy esperado, porque el primero había sido muy bueno. El disco llamado Motomami. Se lanzó desde TikTok para que pueda ser visto en móviles: 


Secuencia: no hay otra

$
0
0

1- El 10 de diciembre pasado, en un acto al que asistió también Lula y el Pepe Mujica, Cristina le propuso públicamente al presidente Fernández el proyecto de solicitar a EEUU la colaboración para identificar a los evasores de las cuantiosas fortunas que se fugaron durante la administración macrista. Que la deuda la paguen los que la fugaron. AF la oyó como quien escucha caer la llovizna. Porque en realidad el presidente se dedicó a... ¿qué?

2- El entornus albertero sin votos durante todos estos meses de inercia política le estuvo comiendo el oído a Fernández para que se deshaga de la molesta presencia de Cristina y que gobierne con el apoyo del macrismo y la derecha pejotista. Una nueva mayoría parlamentaria formada por los "moderados" de Larreta y Alberto. El presidente no se animó a romper el Frente de Todos con el que llegó al gobierno (el Poder es otra cosa, ¿no?), pero fue convenciéndose de que los votos que sacó en 2019 los obtuvo por su irresistible carisma, mientras los cuatro millones que perdió en 2021 se debían a la "radicalización" impulsada por el kirchnerismo. 

3- Kristalina, atenta, señaló que el escollo principal para que en Argentina se hagan las reformas estructurales que el país necesita y el FMI recomienda es la "izquierda radicalizada" del peronismo. O sea: Cristina. Una vez más, el Resto del Mundo.

3- Carlos Pagni el lunes de la semana anterior en su programa del canal macrista lanzó el rumor de que Cristina estaba redactando con la ayuda de Horacio Verbitsky (?) su renuncia, con una carta durísima cuyas consecuencias podrían desestabilizar al gobierno de Fernández, y que la carta iba a ser publicada el 24 de marzo, durante la Marcha a Plaza de Mayo.

4- El 24 Cristina y Máximo mostraron quiénes tienen el poder de movilización popular. La carta fue la Marcha. Alberto Fernández se dedicó a ignorar puntillosamente la principal movilización popular que se produce anualmente en Argentina. Los diarios Clarín y La Nación, igual que el presidente, trataron de invisibilizar la movilización.

5- No hubo carta de renuncia: era una operación de Pagni nomás, con la que la derecha tiró toda la semana y que hasta los alberteros -Beliz, Katopodis, Zabaleta, el Chino Navarro- compraron (¿o deseaban?). Operaciones como esta forman parte de la narrativa del establishment desde que se propuso erradicar a Cristina de la política argentina, sin éxito desde 2007.

6- Cristina retomó ayer desde la bancada del FdT en el Senado el proyecto que le había propuesto hace tres meses al presidente moderado.

7- CFK ayer también se reunió con el embajador de USA y hablaron del problema del lavado de activos, de la trata de personas  y de la defensa de los derechos humanos. Al término de la reunión Cristina hizo pública la foto, la segunda parte del mensaje que empezó a emitir con la Marcha multitudinaria del 24. Hay una dirigente del Frente de Todos, detestada por el conjunto del establishment financiero, judicial, mediático y agroganadero, que hace política en Argentina.

8- Juntos por el Cambio inmediatamente salió a repudiar el proyecto, claro, porque ese sector político representa a los fugadores.

9- Movilización y liderazgo, lo que andaba faltando, no roscas palaciegas y moderación posibilista, es lo único que nos puede sacar del atolladero.

10- Hasta que no aparezca otro, no se sabe cuándo, el pueblo necesita el liderazgo de Cristina. No hay otra.

Madres paralelas: melodrama e historia

$
0
0
En Patologías Culturales (26/3/2022)



En la emisión del 26/03/2022 de Patologías Culturales, Oscar Cuervo y Maximiliano Diomedi hicieron un análisis de la película Madres Paralelas. Después de su magistral Dolor y Gloria, Pedro Almodóvar hace un intento falllido de amalgamar una intriga melodramática como las que otras veces obtuvo resultados notables con un conflicto histórico de la historia española contemporánea: el olvido de los crímenes de la larga dictadura franquista y las fosas comunes sobre las que Francisco Franco construyó un sistema al que hoy la sociedad española se amolda. 

En su país, Almodóvar despierta controversias porque la enorme mayoría de la sociedad no quiere saber nada con revisar su pasado. Pero más allá de ese estimable compromiso político que el cineasta asume, el problema reside en que el eje melodramático y el histórico no resultan bien ensamblados. Al establecer una analogía entre el cruce accidental de dos bebés en una maternidad -eje melo- y el borramiento de la memoria de los crímenes de la dictadura -eje histórico-, Almodóvar termina banalizando involuntariamente el terror estatal. Los discursos que proliferaron alrededor de la película confundieron el problema de la identidad como construcción histórica colectiva -como puede ser la lucha por Memoria, Verdad y Justicia de los movimientos de derechos humanos en Argentina- con una simple pesquisa que se resuelve mediante estudios científicos. Y los resultados científicos son tan insuficientes en el campo de las narraciones como en el de las luchas políticas. Esta falla de la estructura narrativa es rara en un director que se caracteriza por desplegar dispositivos muy complejos, emocionantes y precisos. En Madres Paralelas, el resultado del cruce de estos dos ejes conduce a la confusión y una cierta niebla emocional perniciosa para el cine y para la política.. 

En nuestra columna también analizamos la actitud de los consumidores de cine en streaming que tienden a celebrar el acopio de productos que consumen y esquivan la instancia de la crítica. La crítica no es una profesión especializada sino una posición que cualquier espectador de cine puede ejercer. Pero el consumidor de plataformas se vuelve un reactivo adorador de sus consumos.
 

Una carta al presidente

$
0
0

Algunos consejos

1- Así como es real que con Cristina sola no se puede y que sin Cristina tampoco, es también cierto que sin usted Alberto, Cristina era igual vicepresidenta, senadora o gobernadora por lo menos y usted Alberto un robusto comentarista en la televisión o visitante asiduo del Patria. A usted le sobraba espalda para estar tercero en una lista de diputados en CABA. Entonces a la hora de usar ese axioma caprichoso, no olvidemos que tal cosa la dispara Cristina cuando elije a un fulano que sea lo suficientemente cercano como para estar seguros los kirchneristas que ya gobernamos y los millones de argentinos y argentinas que fuimos felices y lo suficientemente runfla como para acercar a los mercaderes de la política que venían laburando con él desde hace algunos años, esos que están ahí sin ganar ni siquiera una interna barrial. Estoy hablando de usted, Alberto.

2- Nosotros decimos lo mismo no desde 2021, ni desde 2020. Tampoco desde 2019, ni 2016, ni incluso 2015. Nosotros decimos lo mismo desde 2003. Es bastante claro el objetivo aunque los medios engañen: nosotros negociamos con el capital pero al capital lo ponemos en la mesa y nuestra mesa es redonda. Nosotros amamos los placeres frívolos igual que un gorila, y del mismo modo repartimos los fideos, las compus, los satélites y los guardapolvos, usando Topper o Luis Vuitton. Nosotros no nos hacemos los boludos. Usted, amable presidente, en cambio, destroza por abuso al teorema de Baglini, en el que prometió cosas cumplibles pero cuando llegó le agarró la timidez, digamos. ¿Y espera que estemos tranquilos? Nos rogó que le digamos cuando se equivocaba. Lo hicimos con caras de culo. Lo hicimos con cartas. Lo hicimos con reuniones. Lo hicimos enojados. Nos respondieron con operaciones de prensa berretas. Nos respondieron con amagues de medidas que no se cumplieron. Respondimos con más caras de culo. Renuncias simbólicas. Renuncias tácticas. Y no acompañamiento simbólico. Sería bueno que usted, sano presidente, entienda que si en realidad fuéramos unos sádicos, encendemos el motorcito del dragón y prendemos fuego todo. Nosotros no nos movimos porque el suelo no se mueve. El que se movió fue usted y sus amigos preciosos de pantalón chupín. 

3- Aléjese de los que no son nosotros. Esos y esas lo van a dejar de nuevo donde estuvo durante diez años: en las sombras raras de la operación política. Una suerte de Miguel Angel Toma, que recibe guita de todos lados vendiendo que puede subir o bajar candidatos y para lo único que sirve es para engalanar programas de algún programa de algún canal de Daniel Vila. Y por la edad, querido Presidente... está en el banco de suplente de un Asís o un Julio Bárbaro, con la misma representatividad en las bases, el justicialismo y la humanidad.

4- No diga más boludeces. El otro día habló del universo, antes de la guerra con la inflación, la otra vez "mi querida Fabiola", antes que pensó que la gente iba a salir a festejar con Vicentín, que Lennon, que terapia de grupo... Hágase un enorme favor, que usted es un hombre de una cultura deliciosa y un mundo enorme. Llámese a silencio. No va a arreglar nada hablando. Nada. Los que lo odian de la vereda de enfrente no lo van a querer, los que no le estamos creyendo nada de la vereda propia nos vamos a enojar y a los del medio les importa tres pelotas esa poesía litonebbiana de figuras retóricas simples.

5- Está a tiempo y ese tiempo lo va a tener hasta el 9 de diciembre de 2023, de demostrarnos que no nos equivocamos, que usted honra a Kirchner y que usted honra el contrato electoral cuando lo elegimos para acompañar el legado de Cristina. Está a tiempo. No se quede con esa incomodidad de mierda del oropel pavote de los medios o la pleitesía de sus propios enanos. Incómodo va a estar igual, y después de 2023 lo que lo espera es un infierno, sea porque se va al llano, sea porque reelige, sea porque nos traiciona de cara al sol, o sea porque advierte que tiene que ser parecido a nuestra historia. Elija su propio veneno, pero le recomiendo que lo haga con una sonrisa en la cara, esa que tenemos los kirchneristas incluso cuando nos están matando. Dele. Acelere. Perder, ya perdió: le queda aún ser feliz en su Last Dance político en homenaje a su propia historia.

6- Inyecte guita, dele a la maquinita y que se cague todo el mundo. La inyección de guita es lo único que va a salvarnos, pero eso sí: sea específico y estratégico para dejar caer esa guita. Si usted se pone a imprimir y la reparte entre los Cositortos de la vida, perdió, se convierte en dólar y nos vimos. No. Dele la plata a ese sujeto social con el que no habla y no ve desde el 2019: los más humildes, los pobres, los negros, la gente a la que les debemos cloacas desde hace 100 años, los que no tienen veredas, los que se les llueve la cama, los que están podridos de los fideos coditos, los que nos van a votar de nuevo porque saben que podemos ser medio marmotas pero los malos de verdad son los amigos de Macri. Acérquese al sujeto social, no haga de cuenta. Tiene el bigote cada día más lacio.

7- No haga más anuncios de cosas que van a pasar. Haga anuncios cuando ya está todo listo. Basta de Beliz y toda esa pelotudez. Si son amigos tuyos, dales un contrato y que se dediquen a pensar. Pero a ejecutar políticas públicas de cara a la gente, ese tipo de muchachos no va ni para atrás. ¿Qué pasó con ese Manzur que nos dijo que nos amaba? Empezó siendo el Malevo Ferreyra a cocochito de Patoruzú y terminó siendo un amigo gordo del Dr. Strange.

8- Vaya a básicas. Vaya a que lo puteemos sin faltarle el respeto. Venga a hablarnos. Usted no le teme a eso, y no estoy siendo irónico. No lo vamos a insultar ni nada. Acá cayó con gente buena.

9- Hágale caso a Cristina. Fue presidenta dos veces y la otra fue asesora estrella de Néstor. Usted no se está dejando ayudar nada y así no salimos. Pasó mucho tiempo con su formulita y la formulita de los Katopodis, Ferraresis y Zabaletas, rinde en municipios, y muy bien, pero en el país... ya vemos que fracasa todo.

10- Mírese al espejo a la noche sólo en su habitación. Y piense en un sánguche de milanesa completa. ¿Quiere ser la lechuga?

Juan Soriano
Militante en La Pingüinos

¿Por qué Argentina, que preside el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, no promueve una condena al ataque de Israel contra Palestina?

Menos mal que hay tensión interna en el FdT

$
0
0

 Contra la idea instalada de que el problema es la tensión interna

No es cierto, como dice Jorge Alemán y repiten la mayoría de los opinólogos profesionales, que sea la división interna lo que paraliza al gobierno. Peor sería que todos los sectores internos estuvieran alineados detrás de la concepción albertista de la política: su idea del acuerdo superestructural de cúpulas. La característica distintiva del albertismo, su esterilidad no es la división interna .El albertismo apuesta por la desmovilización popular,  la idea de que todo va a ser negociado entre cuatro paredes por 8 tipos. Desde que asumió hasta hoy Alberto Fernández muestra una y otra vez que concibe la política como un acuerdo de cúpulas y todo lo que ha hecho es desmovilizar al pueblo. Y desmovilizados nos comen vivos.

Recordemos dos hechos de la historia reciente: 1- La movilización de los organismos de DDHH contra el fallo del 2x1 en pleno macrismo, mayo de 2017, que logró voltear el siniestro fallo de la Corte en 48 hs. 2- La movilización popular contra la reforma previsional macrista en diciembre de 2017, en el momento de mayor brillo del poder macrista, inmediatamente después de su triunfo en las elecciones de medio término, movilización que marcó el comienzo de su derrota de 2019. Fue esa inesperada movilización popular -a la tarde las organizaciones gremiales y los partidos de izquierda, a la noche ciudadanos espontáneos- la que determinó el curso de los acontecimientos que finalizan con la derrota de macri en la primera vuelta, pese al apoyo del Resto del Mundo. No fue ningún acuerdo palaciego lo que lo derrotó. Así fue y seguro así será. Vuelva a ganar el FdT, Larreta, macri o Milei, será la movilización popular y ninguna fórmula algebraica la que resista al ajuste y la represión.

Ojalá esta tensión siga cada vez más intensa y se rompa el embrujo de la desmovilización que Alberto Fernández y su círculo promueven. Es la única garantía de la apertura de la historia.

La salida no es esperar una reacción de Alberto (que no va a llegar nunca) sino la movilización popular.

Viewing all 4334 articles
Browse latest View live