Este domingo a medianoche Esther Díaz en La otra.-radio. FM La Tribu. 88,7. Online.
por Esther Díaz
(...) Apelo a dos metáforas o paradigmas de poder diferentes entre sí. Por un lado el poder entendido de manera piramidal y jerárquica. Este modelo de poder supone que quienes están en la cúspide de la pirámide aplican un poder vertical sobre “los de abajo”, que carecerían de poder recibiendo las coacciones que les imprimen “los de arriba”. La otra metáfora es la del poder reticular y horizontal. Aquí el poder se concibe como una red o malla que recorre todo el entramado social y atraviesa a todos los sujetos de un dispositivo. No se niega que haya ciertos núcleos con mucha intensidad de poder y otros que casi carecen de poder. Esta red se piensa con diferentes tramas, en algunos lugares de la red el tejido es muy apretado -he aquí la concentración del poder- y en otros el entramado es ralo, su entretejido deja buracos o zona carenciadas de poder.
Sabido es que el poder no se posee, el poder se ejerce. Y no de manera unilateral sino como poder y contra-poder, como potencia y resistencia. Además el poder es productor. Si pensamos en la red institucional que sostiene los agenciamientos (o diagramas) interdisciplinarios, podemos deconstruir el poder piramidal, posibilitando un intercambio ágil entre diferentes saberes.
El imaginario social que alienta a la mayoría de las instituciones es el del poder piramidal. Pues independientemente de que el poder siempre se da en dispositivos y que estos son reticulares, existen imaginarios institucionales que se rigen como si el poder realmente fuera piramidal.
(Fragmento de El mito de que el poder no tiene nada que ver con el saber, publicado en el blog Un Largo. Para leerlo completo, clikear acá).
(Fragmento de El mito de que el poder no tiene nada que ver con el saber, publicado en el blog Un Largo. Para leerlo completo, clikear acá).