En política es muy importante el "mientras tanto", porque la historia nos enseña que no se vive de triunfo en triunfo y la mayor parte de los tiempos son difíciles: eso fue así en la época de Jesucristo, la Revolución Francesa, en la de Lenín y también en el primer peronismo. En épocas de marea favorable, cualquier gil se sube al carro (y después tardás el doble en darte cuenta de que se pasó a la contra). El resto del tiempo hace falta seguir trabajando, aguantar los trapos, pensar mejor. El que vivió apenas algunas décadas en este país sabe que es más largo el tiempo de la dificultad. Lo mismo puede decirse del período actual: la mayor parte del tiempo el kirchnerismo estuvo por zozobrar. Eso es lo que, al menos a mí, me lleva a seguir. Si todo anduviera sobre rieles, me olvidaría un poco y me dedicaría más a otras cosas. Es lindo ganar elecciones y saber que tu posición es compartida por muchos, pero al otro día hay que seguir y seguir. Y seguir. Si hay algo de lo que podemos estar seguros es que el adversario nunca se da por vencido y la victoria se construye en una trama de pequeñas y grandes derrotas y aprendizajes.
Todo esto, que pueden parecer palabras vagas, lo quiero escribir porque hay que deslindar la vida política de las modas y de las tendencias instantáneas, en un mundo donde prima la instantaneidad. Yo podría escribir la frase más bonita e impactante para refutar al cretino que se cambió de bando y ahora se solaza con nuestra dificultad. "Devaluación y Ajuste", titula el quebrado: con qué poco lo quebraron. El asunto es que una frase bonita no termina con la tarea, no hay victoria definitiva y el presente es, siempre, lucha. La esperanza no está puesta en el resultado inmediato, sino en la justicia que, mientras tanto, logremos conquistar en nuestra posición.
Es decir: no hay historia más que la del mientras tanto.
De la devaluación, la perspectiva económica y la capacidad para recuperar terreno e ir más allá en nuestro proyecto hay que seguir aprendiendo y pensando, opinadores sobran. No quiero boludear con opiniones que se consiguen rápido y sirven nada más que para aplacar la angustia: veamos qué pasa, pensemos qué hacer.
Ahora quiero destacar tres textos de valiosos compañeros de rumbo, de distinta procedencia, formación y edad, los tres preocupados bien en pensar el mientras tanto. Me interesó leerlos, así como reproducir algo de lo que dicen:
Hugo Presman:
"El control de cambio extendido fue necesario para parar la fuga de capitales que el gobierno de Cristina Fernández soportó desde sus inicios. Pero el mismo, al tiempo que paró la salida, terminó cerrando toda posibilidad de ingresos de capitales. El atraso cambiario empezó a afectar a las economías regionales fundamentalmente y fue perdiendo paulatinamente la función de anclaje de la inflación junto con el congelamiento de las tarifas de los servicios públicos por lo que se decidió una actualización del tipo de cambio oficial con una tabla de devaluación programada que indudablemente produjo una retención de exportaciones y un adelantamiento del pago de las importaciones. Las consecuencias negativas contradicen los objetivos perseguidos. Para tener un panorama del atraso cambiario basta señalar que del 2007 al 2011 la inflación anual promedio fue de alrededor de un 18% y el tipo de cambio se actualizó en un 7%. En el 2012 la brecha se incrementó en unos 10 puntos. En el 2013 la distancia anual se acortó.
"A su vez la brecha cambiaria actual que fluctúa ente el 60 y 70% acentúa la sobrefacturación de importaciones, la subfacturación de exportaciones, el contrabando y la triangulación desde donde se pueden entender incrementos inexplicables de las exportaciones de soja de Uruguay y Paraguay.
"He venido sosteniendo que la brecha cambiaria no puede ser analizada por la pequeñez del mercado marginal del dólar (lo que es cierto), pero lo que se omitía incluso desde los técnicos y periodistas económicos favorables al gobierno, es que dicha cotización influye sobre la totalidad de la economía en su nivel macro y micro.
"Ningún capitalista va a realizar una inversión trayendo dólares para que se liquiden los mismos al cambio oficial, cuando la brecha con el marginal tiene semejante magnitud. El gobierno, preocupado por la falta de ingresos de dólares y la sangría sobre las reservas por las amortizaciones de la deuda y pagos de intereses, ha establecido en los hechos cambios diferenciales para superar esta traba, para los exportadores que retienen exportaciones y para inversiones como las de Chevrón. Pero esto se concreta en un clima de corrida cambiaria, que inutiliza el instrumento, ante la expectativa que el gobierno tenga finalmente que claudicar con el golpe de mercado en desarrollo.
(...)"Postdata: La nota estaba concluida cuando el gobierno parece convalidar en la mañana del 24 de enero la cotización del dólar oficial que alcanzó en el día de ayer los $8, al tiempo que se regresaría al control de cambios limitado ( conocido tendenciosamente como cepo cambiario) de los primeros meses de instrumentación con una baja del pago a cuenta del impuesto a las ganancias sobre las compras de dólares, incluidas las destinadas a atesoramiento, del 35 al 20%, siempre que la AFIP de la autorización pertinente. Haber actualizado la paridad cambiaria era necesario, pero como decisión aislada es extremadamente insuficiente y en ese caso su efecto sobre los precios se hará sentir inmediatamente.
Toda medida tomada en frío sin la arquitectura política que implique jugar al ataque y no meramente calmar a los especuladores, sólo será, en el mejor de los casos, una tregua parcial y de corto alcance (...).
Juan Soriano:
"Por mi parte, me resulta muy impopular ésto como me parece impopular lo del impuesto a las compras en el exterior o el aumentito al bondi, o cosas así que paga el pueblo y no el empresario que nada en guita desde el 2003 en adelante. Lo mismo las empresas telefónicas o las energéticas, que tienen océanos de dinero AJENO.
"Impopular no implica ser gorila, ni de derecha, ni liberal, pero huele a cosa que no comprendo y a cosa que no quiero.
"Más acá, mientras todos los militantes sepamos dónde estamos parados, qué es lo que hay que hacer y seamos sinceros con lo que pensamos y decimos, la irreverencia del kirchnerismo seguirá viva: no tenemos que aceptar todo alegremente ni tenemos que justificar todo ni todo nos tiene que gustar (...)
"Será cuestión de esperar a la semana que viene, de rogar porque los controles funciones y de exigirles a todos los que tengamos a mano, que se decida por una jodida vez por un par de medidas que pueden ser populares y buenas para todos: yo me acuerdo de la felicidad de esas plazas cuando teníamos mucho por festejar, y tengo la esperanza concreta de que el kirchnerismo va a volver a hacer kirchnerismo, como lo hizo con el Progresar.
"Aunque esta de una de cal y una de arena me esté empezando a joder, es pertinente que comprendamos que no todo es color de rosas y que la política tiene cosas así.
"También, es necesario que les contemos a los más jovenes qué es un escenario de hiperinflación (éste no lo es ni por las tapas, ni de cerca) y que los preparemos para una eventual resistencia pacífica y militante, si un día el kirchnerismo no es más gobierno: muchos de nosotros militamos en épocas gloriosas y siendo los ganadores, no los perdedores. Es ahora cuando se tienen que poner de pie más que nunca las agrupaciones y los militantes, con sinceridad y valor, para poder comprender, militar, subir al barrio, y enojarse si algo no nos gusta". (Completo acá)
Abel Fernández:
"¿Por qué entonces se permitió la devaluación, se preguntará algún lector inocente, si queda? ¿El gobierno quería favorecer en esta ocasión a los productores rurales de la pampa húmeda, en su mayoría enconados opositores, a los de los cultivos regionales, algunos oficialistas y otros no, y, en general, a todos los que tienen stock para exportar, incluyendo tal vez Cargill, Bunge y Dreyfus?
"No lo creo. En mi opinión, lo hizo porque no tuvo otro remedio. En general, esa es la razón por la que todos los gobiernos, en todos los países, aceptan devaluar: porque ya no pueden sostener el valor de su moneda. Ningún Estado quiere recibir menos bienes por los billetes que él mismo emite, pero a veces tiene que aceptarlo. Recordaba en ese posteo del jueves que le pasó a Inglaterra tres veces, en la Gran Depresión, en 1967 y en 1992, para dar un ejemplo.
"Son los costos de la inflación – aunque no sea nac&pop, parece, hablar de esos temas – y/o de la falta de competitividad. Peor es no poder devaluar cuando eso sucede, por estar atado a una moneda ajena, como nos pasó a nosotros a fines de los ´90 y a algunos países europeos ahora.
"(...) Me interesa señalar en ese plano una muestra de la capacidad de reacción de este gobierno, a la que hago mención en el título, y en el bonito video de arriba donde aparece esa extraña pareja: Jorge Capitanich y Axel Kicillof. Donde anuncian que “autorizan a personas físicas a comprar divisas para fines de atesoramiento y bajan a 20% el anticipo del impuesto a las Ganancias“.
"Sobre esta medida en sí, y la forma – hasta ahora muy confusa – en que se va a implentar – voy a escribir más adelante. (Por ahora, me arriesgo con una predicción: el lunes no pasará mucho; y seguirá habiendo – al menos hasta que no se tomen otras medidas – un dólar “blue”, cuyo precio estará entre $ 11.- y $ 13.-).
"Puedo estar muy equivocado, pero ese no es el punto. Frente a una situación que es una derrota simbólica, el gobierno, mientras sus voceros todavía repiten pavadas, se da cuenta que debe producir hechos. Pueden ser acertados, o no; pueden significar – creo que es así – aceptar una realidad que no es la que se pretendía. Pero muestran la condición básica de un gobierno: Asumir la realidad, y gobernar. Sonará sectario, pero tengo que decir que es una cualidad peronista".
(Completo acá)."El control de cambio extendido fue necesario para parar la fuga de capitales que el gobierno de Cristina Fernández soportó desde sus inicios. Pero el mismo, al tiempo que paró la salida, terminó cerrando toda posibilidad de ingresos de capitales. El atraso cambiario empezó a afectar a las economías regionales fundamentalmente y fue perdiendo paulatinamente la función de anclaje de la inflación junto con el congelamiento de las tarifas de los servicios públicos por lo que se decidió una actualización del tipo de cambio oficial con una tabla de devaluación programada que indudablemente produjo una retención de exportaciones y un adelantamiento del pago de las importaciones. Las consecuencias negativas contradicen los objetivos perseguidos. Para tener un panorama del atraso cambiario basta señalar que del 2007 al 2011 la inflación anual promedio fue de alrededor de un 18% y el tipo de cambio se actualizó en un 7%. En el 2012 la brecha se incrementó en unos 10 puntos. En el 2013 la distancia anual se acortó.
"A su vez la brecha cambiaria actual que fluctúa ente el 60 y 70% acentúa la sobrefacturación de importaciones, la subfacturación de exportaciones, el contrabando y la triangulación desde donde se pueden entender incrementos inexplicables de las exportaciones de soja de Uruguay y Paraguay.
"He venido sosteniendo que la brecha cambiaria no puede ser analizada por la pequeñez del mercado marginal del dólar (lo que es cierto), pero lo que se omitía incluso desde los técnicos y periodistas económicos favorables al gobierno, es que dicha cotización influye sobre la totalidad de la economía en su nivel macro y micro.
"Ningún capitalista va a realizar una inversión trayendo dólares para que se liquiden los mismos al cambio oficial, cuando la brecha con el marginal tiene semejante magnitud. El gobierno, preocupado por la falta de ingresos de dólares y la sangría sobre las reservas por las amortizaciones de la deuda y pagos de intereses, ha establecido en los hechos cambios diferenciales para superar esta traba, para los exportadores que retienen exportaciones y para inversiones como las de Chevrón. Pero esto se concreta en un clima de corrida cambiaria, que inutiliza el instrumento, ante la expectativa que el gobierno tenga finalmente que claudicar con el golpe de mercado en desarrollo.
(...)"Postdata: La nota estaba concluida cuando el gobierno parece convalidar en la mañana del 24 de enero la cotización del dólar oficial que alcanzó en el día de ayer los $8, al tiempo que se regresaría al control de cambios limitado ( conocido tendenciosamente como cepo cambiario) de los primeros meses de instrumentación con una baja del pago a cuenta del impuesto a las ganancias sobre las compras de dólares, incluidas las destinadas a atesoramiento, del 35 al 20%, siempre que la AFIP de la autorización pertinente. Haber actualizado la paridad cambiaria era necesario, pero como decisión aislada es extremadamente insuficiente y en ese caso su efecto sobre los precios se hará sentir inmediatamente.
Toda medida tomada en frío sin la arquitectura política que implique jugar al ataque y no meramente calmar a los especuladores, sólo será, en el mejor de los casos, una tregua parcial y de corto alcance (...).
Juan Soriano:
"Por mi parte, me resulta muy impopular ésto como me parece impopular lo del impuesto a las compras en el exterior o el aumentito al bondi, o cosas así que paga el pueblo y no el empresario que nada en guita desde el 2003 en adelante. Lo mismo las empresas telefónicas o las energéticas, que tienen océanos de dinero AJENO.
"Impopular no implica ser gorila, ni de derecha, ni liberal, pero huele a cosa que no comprendo y a cosa que no quiero.
"Más acá, mientras todos los militantes sepamos dónde estamos parados, qué es lo que hay que hacer y seamos sinceros con lo que pensamos y decimos, la irreverencia del kirchnerismo seguirá viva: no tenemos que aceptar todo alegremente ni tenemos que justificar todo ni todo nos tiene que gustar (...)
"Será cuestión de esperar a la semana que viene, de rogar porque los controles funciones y de exigirles a todos los que tengamos a mano, que se decida por una jodida vez por un par de medidas que pueden ser populares y buenas para todos: yo me acuerdo de la felicidad de esas plazas cuando teníamos mucho por festejar, y tengo la esperanza concreta de que el kirchnerismo va a volver a hacer kirchnerismo, como lo hizo con el Progresar.
"Aunque esta de una de cal y una de arena me esté empezando a joder, es pertinente que comprendamos que no todo es color de rosas y que la política tiene cosas así.
"También, es necesario que les contemos a los más jovenes qué es un escenario de hiperinflación (éste no lo es ni por las tapas, ni de cerca) y que los preparemos para una eventual resistencia pacífica y militante, si un día el kirchnerismo no es más gobierno: muchos de nosotros militamos en épocas gloriosas y siendo los ganadores, no los perdedores. Es ahora cuando se tienen que poner de pie más que nunca las agrupaciones y los militantes, con sinceridad y valor, para poder comprender, militar, subir al barrio, y enojarse si algo no nos gusta". (Completo acá)
Abel Fernández:
"¿Por qué entonces se permitió la devaluación, se preguntará algún lector inocente, si queda? ¿El gobierno quería favorecer en esta ocasión a los productores rurales de la pampa húmeda, en su mayoría enconados opositores, a los de los cultivos regionales, algunos oficialistas y otros no, y, en general, a todos los que tienen stock para exportar, incluyendo tal vez Cargill, Bunge y Dreyfus?
"No lo creo. En mi opinión, lo hizo porque no tuvo otro remedio. En general, esa es la razón por la que todos los gobiernos, en todos los países, aceptan devaluar: porque ya no pueden sostener el valor de su moneda. Ningún Estado quiere recibir menos bienes por los billetes que él mismo emite, pero a veces tiene que aceptarlo. Recordaba en ese posteo del jueves que le pasó a Inglaterra tres veces, en la Gran Depresión, en 1967 y en 1992, para dar un ejemplo.
"Son los costos de la inflación – aunque no sea nac&pop, parece, hablar de esos temas – y/o de la falta de competitividad. Peor es no poder devaluar cuando eso sucede, por estar atado a una moneda ajena, como nos pasó a nosotros a fines de los ´90 y a algunos países europeos ahora.
"(...) Me interesa señalar en ese plano una muestra de la capacidad de reacción de este gobierno, a la que hago mención en el título, y en el bonito video de arriba donde aparece esa extraña pareja: Jorge Capitanich y Axel Kicillof. Donde anuncian que “autorizan a personas físicas a comprar divisas para fines de atesoramiento y bajan a 20% el anticipo del impuesto a las Ganancias“.
"Sobre esta medida en sí, y la forma – hasta ahora muy confusa – en que se va a implentar – voy a escribir más adelante. (Por ahora, me arriesgo con una predicción: el lunes no pasará mucho; y seguirá habiendo – al menos hasta que no se tomen otras medidas – un dólar “blue”, cuyo precio estará entre $ 11.- y $ 13.-).
"Puedo estar muy equivocado, pero ese no es el punto. Frente a una situación que es una derrota simbólica, el gobierno, mientras sus voceros todavía repiten pavadas, se da cuenta que debe producir hechos. Pueden ser acertados, o no; pueden significar – creo que es así – aceptar una realidad que no es la que se pretendía. Pero muestran la condición básica de un gobierno: Asumir la realidad, y gobernar. Sonará sectario, pero tengo que decir que es una cualidad peronista".