Fulboy se estrena en el BAFICI $26

Los jugadores de Fulboy son carnosos. Y su piel merece toda clase de esmeros, propios y del personal técnico que los acondiciona para la faena (los cuerpos de los viejos empleados del club, esos sí que están tapados). En el encierro previo a cada batalla, los jugadores son masajeados, se acicalan, se visten, se desvisten, se perfuman, se peinan, se miran al espejo o se miran en el espejo de su compañero de habitación o de ducha. Se miden el talle del buzo o el modelo del celular.¿ Vos decís que visto bien? - se preguntan probándose remeras, zapatillas, tatuajes- ¿no parecen las de Jessica Cirio?. Quizá no falte tanto como creemos para que el fútbol incorpore esta mirada que hoy nos muestra la película de Farina. Pero en esta fruición narcisista hay todavía otra vestidura invisible. Los cuerpos de los chicos cuando el mundo los disfraza de cautivos. Hay otra intimidad dentro de la intimidad, más difícil de captar porque está todo el tiempo presente, incluso cuando están desnudos. Astutos e incautos, dueños de una ambigua autoconciencia, en su devenir mercancía ellos asignan su cuerpo al mundo y se resignan a hacer carne lo que el mundo espera de ellos.

Dirección: Martín Farina
Presentan: Marco Berger, Cinemilagroso, La otra.-cine