¡Qué vivos Zeta Films y Village Recoleta!
Los espectadores argentinos son unos privilegiados. A diferencia de muchos otros países (como España o Gran Bretaña) donde la película de Jean-Luc Godard ni siquiera llega a las salas o, si lo hace, se estrena en su versión degradada en 2D, gracias a la distribuidora Z Films Adiós al lenguaje se estrena en nuestro país en 15 salas, de las cuales ocho respetan el formato original 3D. A todas luces, conviene no desaprovechar este privilegio, que hace a la esencia misma del film. Las salas que proyectan Adiós al lenguaje en 3D son las siguientes: Village Recoleta, Showcase Belgrano, Multiplex Belgrano, Cinema City General Paz, Showcase Norte, Hoyts Unicenter, Cinema Paradiso La Plata y Showcase Córdoba. Otra sugerencia: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. La movilidad de los estrenos es tremenda en los últimos tiempos y es probable que ante el primer empujón de una superproducción de Hollywood que necesite esas salas tridimensionales, la película de Godard deba dejar ese lugar. Entonces, a no demorarse.
por Oscar Cuervo
A sus 84 años, con una juventud envidiable y una resolución única, Jean Luc Godard hace una película que no solo renueva su vigencia como autor decisivo; además interpela a la totalidad del dispositivo cinematográfico contemporáneo: Adiós al lenguaje.
Como toda obra que indaga en los límites de su propio alcance e interroga nuestros hábitos más acendrados, merece una atención especial. Esto no significa que pretendamos canonizarla ni dejarla a salvo de ninguna crítica. Pero sí que requiere un acercamiento cuidadoso. No se puede escribir de ella como si fuera una película normal: no lo es. Y conviene trasmitir esta idea.
En Adiós al lenguaje Godard hace 3D como nadie hasta ahora lo hizo; llega más lejos que Herzog en La cueva de los sueños olvidados, que Wenders en Pina o que Cuarón en Gravity, Estos antecedentes son notables pero, como hizo otras veces, Godard empuja los límites de la experiencia cinematográfica. La decisión de hacer 3D, en su caso, invita a ver las cosas del mundo de una manera nueva.
La decisión de la distribuidora Zeta Films de comprar la película para exhibirla en Argentina en su formato original mereció altos elogios de la prensa especializada por su valentía.
Un ejemplo de esto puede encontrarse en la edición de ayer de Página 12:
Un extraño privilegio
Los espectadores argentinos son unos privilegiados. A diferencia de muchos otros países (como España o Gran Bretaña) donde la película de Jean-Luc Godard ni siquiera llega a las salas o, si lo hace, se estrena en su versión degradada en 2D, gracias a la distribuidora Z Films Adiós al lenguaje se estrena en nuestro país en 15 salas, de las cuales ocho respetan el formato original 3D. A todas luces, conviene no desaprovechar este privilegio, que hace a la esencia misma del film. Las salas que proyectan Adiós al lenguaje en 3D son las siguientes: Village Recoleta, Showcase Belgrano, Multiplex Belgrano, Cinema City General Paz, Showcase Norte, Hoyts Unicenter, Cinema Paradiso La Plata y Showcase Córdoba. Otra sugerencia: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. La movilidad de los estrenos es tremenda en los últimos tiempos y es probable que ante el primer empujón de una superproducción de Hollywood que necesite esas salas tridimensionales, la película de Godard deba dejar ese lugar. Entonces, a no demorarse.
Los pasajes fueron resaltados por mí, no por Página
Es obvio que la información de las salas donde la película se exhibiría en su versión auténtica (dejando de lado los cines donde se proyecta la "versión degradada") partió de la propia distribuidora, como permite ver el flyer que durante los días anteriores Zeta Films hizo circular en las redes sociales que encabeza esta nota.
Ficha técnica aparecida ayer en Página 12
En las funciones de ayer del Village Recoleta se proyectó Adiós al lenguaje en su versión degradada. La entrada sale $95 y nadie en la boletería avisó que la proyección no se haría en 3D. Tampoco lo lo advertía ningún cartel en el hall de entrada (en otras cadenas suele mostrarse bien visible en qué formato se proyecta cada película). Solo al entrar a la sala, cuando el ticket ya ha sido cortado, el espectador se da cuenta de que no va a ver lo que la publicidad engañosa le prometió. No hay nadie de la distribuidora que dé la cara, nadie que cuide la fragilidad de la película y a sus espectadores.
La sugerencia de Página 12 es muy válida: "...no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. La movilidad de los estrenos es tremenda en los últimos tiempos y es probable que ante el primer empujón de una superproducción de Hollywood que necesite esas salas tridimensionales, la película de Godard deba dejar ese lugar". Página 12 tiene razón.
Ayer alguien de la distribuidora debe haber leído con satisfacción una recomendación tan enfática y merecida. Alguien que ya sabía que los espectadores que se acercaran a Recoleta iban a ser defraudados. Nadie de Zeta Film estaba ahí para reparar el daño.
La obra de Godard queda mellada cada vez que un espectador entra a ver algo que no es lo que se anuncia. El que paga una entrada costosa y tiene que emprender una desagradable discusión con los empleados de una cadena que trata con indiferencia y descuido sus mercancías sale con su buena fe y sus bolsillos lesionados. Pero quizá el más perjudicado sea un espectador que no advierta el engaño: habrá pagado su entrada y se irá con la idea de haber visto una película que en verdad no vio. Es posible que por esa razón no llegue a comprender de qué se trata. Quizás ese espectador no vaya a ver otra película de Godard.
De la película misma escribiré en otro post. En este quiero advertir eso que Zeta Films y Village Recoleta no avisaron.