Lo que ellos llaman imagen se está convirtiendo en el asesinato del presente

Justo en estos días me encontré pensando en Godard. Es decir, tenía pendiente una segunda parte del análisis de Adiós al lenguaje. Ya fuera de los apremios de las listas, con la que evidentemente era no solo la mejor película del año, si.no la película que justo necesitaba. Hacia ella converge Godard. Y el cine mismo está en este punto de convergencia: la mirada del siglo xx que se resuelve en el siglo xxi.
(Aunque convergencia es una palabra inapropiada para hablar de una película que nos pone ante la imagen divergente, no el 3D en el sentido en que se ha usado en el cine normal, porque Godard no es un cineasta normal).
Nadie más que Godard.
Y en realidad, en estos días, él volvió a mí por otros medios: por las ráfagas de eso que llaman imágenes. ¿Cómo pensamos las imágenes que nos dispara la televisión (desde 1933)?
Me preguntaba: ¿cómo puede ser que el cine no nos haya mostrado a tiempo lo que ahora está pasando en Europa? ¿Cómo es posible que ninguna película europea lo haya visto venir?
La misma pregunta que signa todo lo que el cine pudo haber sido en el siglo y no fue. ¿Cómo es que nadie vio los campos de concentración hasta que fue demasiado tarde?
Bueno: revean a Godard. El cine y el mundo, los signos entre nosotros, la mirada divergente.
¿Por qué iríamos a adoptar a un perro?
Creo que Godard, desde la entraña del siglo pasado, es el único que le está diciendo no al asesinato del presente.
¿Seguiremos mirando la tele?