La nueva película de David Cronenberg
por Martha Silva
Se despliega en este film la turbulenta relación entre el joven psiquiatra Carl Jung (Michael Fassbender), su mentor Sigmund Freud (Viggo Mortensen) y la paciente de Jung, Sabina Spielrein (Keira Knightley). A este trío se añadirá Otto Gross (Vincent Cassel), paciente libertino y trasgresor de Jung, que influirá sobre él. El escenario donde transcurre es Zurich, la capital suiza, a principios del siglo XX.
Carl Jung ha trabajado con Freud sobre la asociación de palabras y está comenzando a tratar a una joven que se halla internada por enfermedades físicas y trastornos psíquicos.
Freud tiene un encuentro con Jung muy prolongado, que hoy veríamos como una mezcla de salida social –pasan diez horas juntos- en el que almuerzan, mientras Jung supervisa su tarea hospitalaria con el maestro sin animarse a mostrar toda la verdad sobre su relación con la joven paciente. Nada hay aquí de la tradicional relación médico- paciente, o analista–paciente, que sobrevendrá, como podemos observar. Las reglas al respecto son aún incipientes, pero algo es evidente: la prohibición de la relación sexual entre la pareja terapéutica. Por eso el discípulo se cuida de contarle a Freud que con su joven paciente ha habido ciertos desbordes sexuales. La preocupación de Freud –y esto es un dato pertinente- es que la política que se avecina traiga consecuencias nefastas para la práctica psicoanalítica, aún considerada audaz.
Lo primero que nos preguntamos ante este film es si éste es un Cronenberg con la marca en el orillo. De modo muy diferente a otras películas de este intenso realizador, aquí sale a relucir lo más recóndito de las pasiones y se da vuelta como un guante el tema de la relación analista-paciente. Junto con esto se desnudan hipocresías y se derrumban tabúes: lo perverso, lo violento, que acostumbramos a ver en este cineasta. La transgresión de las normas no aparece en la forma que siempre vemos en el realizador -fenómenos físicos, crímenes etc., sino en el advenimiento de una nueva disciplina que se gesta en un momento de discriminación y de violencia extrema, que desembocará a poco andar en la 1ª Guerra Mundial. Una gran teoría sobre la Salud Mental se desplegará en un mundo cada vez más nazi, y proviene de un médico judío, como dice el mismo Freud.
Si lo pensamos, es ésta una película de terror superior a muchas de las que filmara Cronenberg en el transcurso de su carrera cinematográfica. Hay que saber verla.