Una conversación con el economista Federico Kucher, que se puede escuchar clickeando acá
- Hubo en estas últimas semanas algún intento de provocar una corrida cambiaria, pero la respuesta del equipo económico, con medidas coordinadas entre el Ministerio de Economía y el Banco Central, fue bastante rápida y el dólar paralelo en los últimos días empezó a bajar. Dos medidas centrales lograron desalentar las expectativas de un aumento brusco del dólar. Una fue tratar de bajar el dólar contado con liquidación, el dólar "Bolsa" a través del cual el sector privado intenta fugar de manera legal. El valor del "contado con liqui" tiene un impacto directo sobre el paralelo. La otra medida fue liberar dólares para la importación, lo que demuestra que el Banco Central tiene las divisas necesarias para contener cualquier intento de corrida cambiaria. Hoy las reservas se ubican en un nivel cercano a los 34 millones de dólares, mientras el año pasado a esta altura del año, cuando se hacía sentir la presión del conflicto con los fondos buitres, las reservas estaban en 29 mil.
Pero las reservas hoy no suben por causas estructurales, no suben porque Argentina tenga un superávit del comercio, ni porque exporte más de lo que importa, sino que lo hacen por una estrategia financiera del gobierno: la de ingresar divisas a la economía, como el Swap acordado con China; o suben por la colocación de nueva deuda en moneda extranjera, o porque YPF sale a tomar crédito; movimientos que fortalecen la posición de reservas internacionales que tiene el BCRA. Esto también muestra la debilidad estructural que tiene la economía argentina para recibir dólares a través del comercio. El actual saldo de la balanza comercial (entre lo que el país exporta y lo que importa) es de aproximadamente 150 millones de dólares por mes, que es casi un tercio de lo que ingresaba el año pasado. Argentina tiene un nivel de consumo alto mientras que el saldo de la balanza comercial cada vez se achica más, dado que no logra incrementar el nivel de exportaciones. El contexto mundial presenta una brutal desaceleración del comercio y Argentina encuentra dificultades para poder vender su producción a otros países. El ejemplo más evidente es la industria automotriz, que vende el 80 % de los autos a Brasil, país cuya economía tiene perspectivas de caída del producto bruto del 1,5 % y por lo tanto le demanda menos autos a Argentina. En el caso de las economías regionales del país, también se produjo una dificultad para la exportación de productos frutihortícolas como las peras y las manzanas, ya que Rusia, uno de nuestros competidores más fuertes en esta producción, llevó a cabo una devaluación del 70 % que les dio una ventaja competitiva en términos cambiarios y complicó la venta de nuestros productos. La propuesta típica de los economistas ortodoxos es que, para atacar un conflicto de las economías regionales como estos, hay que devaluar. Pero no tiene sentido tomar una medida general como es la devaluación para resolver problemas particulares. Lo que sí se pueden dar son incentivos fiscales para los productores de este ramo, que de hecho se están dando. También se encaran negociaciones bilaterales con Brasil para mantener y reforzar la cantidad de autos que se venden.
- El coeficiente de Gini, indicador que se acerca a cero en la medida que la equidad de los ingresos de la población mejora, se ubicó en 0,364 puntos en el primer trimestre de este año, cuando era de 0,367 en el mismo período de 2014 y de 0,372 en 2013. El 10 % de los individuos de mayores ingresos declararon una remuneración mensual promedio de 13.000 pesos, mientras que el 10 % de los que menos ganaron declararon entradas en promedio de 2000 pesos. La diferencia de ingresos entre pobres y ricos fue de 6,5 veces, cuando en el primer trimestre del año pasado era de 6,7 veces y de 8 veces en 2013. La cifra de 0,364 puntos marcó el nivel más bajo de la serie (es decir: de un aumento de la equidad en los ingresos de la población), serie que empieza a medirse en el primer trimestre de 2003. (Ver completo acá).
- Estas son las luces y sombras de una economía reactivada, ya lejos de las recetas de ajuste perpetuo que durante varias décadas aplicaron los ministros de economía ortodoxos, que desembocaron en la fenomenal crisis de 2001. Por una situación parecida a la nuestra hacia comienzos de siglo están atravesando ahora algunas economías como las de España, Portugal o Grecia. En estas horas es Grecia la que está en la mira del mundo. La perspectiva de lograr un acuerdo con las pretensiones ajustadoras de la Eurozona y del FMI llegó a un punto muerto: Grecia convocó a un referendum para dentro de pocos días, donde se le pide al pueblo que manifieste su aceptación o rechazo a nuevos planes de ajuste; también decretó un feriado cambiario, un corralito similar al aplicado en Argentina a fines del gobierno de De La Rúa, aunque la dirección política del gobierno griego apunta a lo contrario que lo que proponía la Alianza en Argentina: no ajustar más, sino lograr reactivar la economía saliendo del círculo vicioso de la "austeridad". Estos son problemas muy distintos a los que hoy afronta la economía argentina.
La doctora en economía Bibiana Medialdea García, investigadora de la Universidad Complutense de Madrid, que hace pocos días expuso en uno de los paneles centrales del seminario sobre crisis mundial organizado por el Cefidar, declaró: "En los últimos años los españoles nos convertimos en alumnos ejemplares de los mandatos de ajuste de la troika. Pero ahora se abre la puerta para un cambio político que permita un manejo alternativo de la crisis. Las experiencias de países de Latinoamérica se observan con fuerte entusiasmo para encarar este desafío. El estallido de la crisis financiera global produjo un impacto brutal para la economía española. La primera variable macroeconómica en reducirse fue la inversión, luego el empleo y finalmente el consumo. Esto generó una verdadera espiral perversa resintiendo en nuevas rondas la inversión, la ocupación y el nivel de demanda interna. El nivel de desempleo asciende al 24 por ciento y la desocupación juvenil se encuentra en cifras del 55 por ciento. Existe un enorme hartazgo de la sociedad española. La población alcanzó la conciencia necesaria para criticar las políticas de austeridad”. (Ver completo acá)