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El PRO no ACABA

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Todavía la Ciudad no eligió su Jefe de Gobierno / La oposición dispersa cada vez más el voto / Histórico NO del pueblo griego al ajuste. Un programa para escuchar clickeando acá.




por Oscar Cuervo

Desde hace unos días se había pretendido instalar la sensación de que Larreta ganaba en primera vuelta, y así parecían indicarlo las "mesas testigo" del PRO que gran parte de los medios dio como un hecho consumado a las 18 de ayer.

Si se quiere apreciar lo que significa el resultado de las elecciones de anoche para la Jefatura de Gobierno en CABA desde la perspectiva del Círculo Rojo, basta con saborear la amargura con que escribe su columna Morales Solá de hoy. "Un triunfo contradictorio", que epieza nomás diciendo lo que le faltó a Macri:

A Mauricio Macri le faltaron dos puntos más en la Capital para forzar a Martín Lousteau a una capitulación en primera vuelta. Si su candidato, Horacio Rodríguez Larreta, hubiera conseguido el 48% de los votos, le habría sido fácil convencer a Lousteau de que la segunda vuelta era innecesaria. Pequeñas diferencias en un océano de votos que están en condiciones de cambiar el escenario electoral.
No tuvo esos dos puntos, pero consiguió marcar una diferencia de 20 entre Rodríguez Larreta y Lousteau.
Con cualquier otro candidato al frente, tal vez la Capital Federal (y dos millones de personas concretas) se hubiera evitado el espectáculo de otra campaña electoral durante quince días, de otro domingo de elecciones en un semestre con varios domingos electorales y de más gastos en comicios cuyos resultados pueden descontarse. Pero Lousteau no es así. Como buen economista, prefiere la matemática a la política. La suma le indica que el conjunto de la oposición podría ganarle en segunda vuelta al candidato de Macri. Ni la política ni las elecciones se resuelven de esa manera.
Morales S. es uno de los grandes relatores de los deseos y fobias que animan a la derecha más rancia y rígida del país. Solo desde esa rigidez pueden escribirse unas líneas en las que se pretende que Lousteau cometa el suicidio político de desconocer el mandato de sus 459.000 votantes; solo desde su amargura pueden permitirse soñar con una capitulación en primera vuelta, contando no los 5 puntos que al PRO le faltaron para consagrar Jefe de Gobierno a Larreta, sino apenas los "2 puntos" (en realidad 2,5) que le faltaron para llegar a 48%, como si la letra de la Constitución porteña pudiera flexibilizarse a su capricho. Con ello, lo que la derecha revela es el grado exiguo de su apego a la institucionalidad. Obviamente, si el kirchnerismo estuviera a 0,1% de ganar una elección cualquiera a Morales S. jamás se le ocurriría anhelar la capitulación del que saliera segundo. El hombre deposita sus últimas esperanzas en "los principales apoyos financieros y políticos de Lousteau: el político y empresario Enrique Nosiglia y el ex jefe de Gabinete y actual empresario Chrystian Colombo". Los instiga mediante una "columna de opinión" para que ellos bajen a Lousteau a la fuerza. Si Lousteau quiere seguir en la política, no puede bajarse de ningún modo. De hecho, el mentado Círculo se viene mostrando como una máquina de triturar las carreras políticas de los opositores que va sometiendo y solo ha conseguido la hazaña de que Cristina llegue a los últimos meses de su mandato como un ejemplo rotundo de supervivencia política. Lousteau, de complacer a estos sectores que lo presionan a bajarse pasaría a ser otro forro usado. ¿Querrá eso? Pero la impaciencia que Morales S. atestigua es tan grande que no le permite ver que el PRO está muy cerca de ganar las elecciones dentro de dos semanas y que solo así su victoria quedaría legitimada. "Es casi imposible que el macrismo pierda", dice Joaquín, con lo que evidencia que lo que obsesiona es ese "casi".

¿Cuál es el motivo de su desesperación? Que el PRO aún no pudo exhibir un solo triunfo neto e inequívocamente propio en el resto del país y, para colmo, en su distrito de origen se enfrenta a una situación inédita: la de encarar una segunda vuelta en la que el eje no responde a la lógica K/ antiK, que anima a gran parte de la base electoral de Macri. La pesadilla que desasosiega al Círculo es la posibilidad de que el voto kirchnerista y de la izquierda en bloque se incline por Lousteau en la segunda vuelta, cosa "casi" imposible. No es que el Círculo considere a Lousteau un enemigo, sino porque tiene otras prioridades: "lo que debería importar sobremanera es la consistencia futura de quien es hoy el principal candidato de la oposición al kirchnerismo en la carrera electoral nacional, Macri". Esto es: la conciencia de que el Macrismo, sin la CABA, no está haciendo pie en ningún lado. Lo que llevaría a considerar que el laborioso acuerdo de la derecha para disciplinar al radicalismo detrás del PRO podría serle más útil a los radicales que reafirmen su presencia terriorial que al propio Preferido.

De hecho, el resultado de las elecciones en Córdoba es desalentador para el mismo Círculo, puesto que ayuda a dispersar aún más el voto opositor: allí un conglomerado que junta al PRO, los radicales de Aguad, Luis Juez y la Coalición Cívica fue derrotado por el peronismo ortodoxo de De La Sota. Si se comparan estos resultados con los de la elección a gobernador de 2011, se demuestra que estas alianzas forzadas nunca garantizan la suma aritmética de sus componentes sueltos: en 2011 Juez sacó casi 30 puntos y Aguad 23, lo que hacen aparecer como una cosecha magra los 33 puntos que ahora lograron todos juntos. La victoria del delasotismo es incuestionable, aunque está 3 puntos abajo del 2011. El kirchnerismo en la elección anterior ni siquiera tenían candidato propio, así que los 17 puntos obtenidos, si bien son menos que lo que las encuestas permitían esperar, indica que los votos que Juez perdió al someterse al PRO no se perdieron en la nada. El resultado de Córdoba es difícilmente proyectable a la elección nacional: De La Sota es un caudillo provincial muchas veces refrendado en su territorio, pero que nunca logró saltar ese cerco. La presencia de Massa ayer en un segundísimo plano del palco delasotista indica que tampoco el ex intendente de Tigre puede capitalizar el resultado: en realidad, ayer De La Sota hablaba como candidato a presidente y su fortaleza territorial puede hacerle sombra a las pretensiones massistas de ganar la interna del peronismo de derecha.

El Frente para la Victoria pudo celebrar un triunfo muy amplio en La Rioja, una provincia con un peso electoral menor, frente a otro rejunte de los radicales, el PRO, el socialismo, el masismo y la Coalición Cívica.

En Capital, Recalde logró mantener el total de los votos que el FPV había tenido en las PASO y crecer 3 puntos más. La instalación de Recalde fue tardía, lo que marca el descuido con que el kirchnerismo trata a este distrito: Recalde no estuvo presente en la política porteña hasta hace pocos meses y el último tramo de la campaña lo mostró como un político sólido que podría seguir creciendo. Ahora el kirchnerismo porteño tiene que dedicarse a sumar más votos para su lista de diputados nacionales. Mientras tanto, una incógnita interesante es qué van a hacer los votantes de Recalde en la segunda vuelta. Lo más probable es que no todos hagan lo mismo (pese a los temores de Morales S). Una parte importante (entre los que me incluyo) votará en blanco, pero ya pueden leerse algunos debates en las redes sociales en los que muchos kirchneristas manifiestas su intención de votar a Lousteau para dañar al PRO. Es posible que una porción se ausente. Los votantes no esperan una indicación de la dirigencia para decidir su posición, y hacen bien: el Frente para la Victoria debería dejar en libertad de acción a su electorado, en una elección en la que nada puede ganar ya que es una interna que solo complica al Círculo.

Como vienen perfilándose los resultados locales, ningún candidato opositor ha logrado emerger con proyección nacional consistente. El Frente para la Victoria resolvió su candidatura presidencial  de manera no traumática y, desde el momento de su instalación, la fórmula Scioli Zanini creció varios puntos en las encuestas, mientras que Macri aparece algo estancado. Una victoria categórica en su territorio podría haberle dado algún impulso, pero por dos semanas más la CABA no tiene aún un Jefe de Gobierno electo.

Todo se perfila para que la batalla principal se libre en la provincia de Buenos Aires. Y ahí, más que temer a los candidatos del PRO o del massismo, hay que procurar que la interna del Frente para la Victoria no se desmadre. Son más peligrosas las inclinaciones macartistas de algunos intendentes alineados a Julián Domínguez que las aptitudes electorales de María Eugenia Vidal o de Felipe Solá.

Más trascendente que cualquiera de estos resultados es el impresionante triunfo del NO en el Referendum griego. Contra las previsiones que anunciaban una paridad estrecha, el rechazo al ajuste del FMI y la Eurozona consiguió el 61% de apoyo, lo que significa, en primer lugar, un espaldarazo al liderazgo de Alexis Tsipras, que había llegado a Primer Ministro con muchos menos votos. Pero hay algo más importante: ese pequeño pueblo del mediterráneo que ha venido recibiendo la fabulosa presión del neoliberalismo europeo se transforma en un caso testigo para recordar el peso de la política frente a la prepotencia arrasadora de los "mercados". Por eso, el NO triunfante de ayer puede ser una señal hacia otros pueblos hartos de esos "planes de austeridad" que solo pueden empujarlos al desastre. La decisión del pueblo griego es una gran noticia para todos los pueblos del mundo.

En el programa de anoche escuchamos la nueva música de Leonard Cohen, Neil Young, Alfonso Barbieri, José Miel y Palo Pandolfo. También analizamos el desempeño de la Selección Argentina de fútbol en la Copa América. Para escuchar el programa completo, clickeen acá.

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