CC BY-NC-ND 3.0 - M.A.F.I.A
por Willy Villalobos
(Fotografías: M.A.F.I.A. La defensa de la ley no será televisada)
"Y decirles mis queridos compatriotas que cada uno de ustedes, cada uno de los 42 millones de argentinos, tiene un dirigente adentro. Y cuando cada uno de ustedes, cada uno de esos 42 millones de argentinos sienta que aquellos en los que confió y depositó su voto lo traicionaron, tome su bandera y sepa que él es el dirigente de su destino y constructor de su vida. Esto es lo mas grande que le he dado al pueblo argentino, el empoderamiento popular, el empoderamiento de sus libertades, el empoderamiento de los derechos. Gracias por tanta felicidad, gracias por tanta alegría, gracias por tanto amor. Los quiero, los llevo siempre en mi corazón y sepan que siempre voy a estar junto a ustedes. Gracias a todos".
Asi terminó Cristina su último discurso como presidenta el 9 de diciembre en Plaza de Mayo.
En la mayoría de las movilizaciones kirchneristas de los últimos años fué notable la cantidad de gente suelta, silvestre, no encuadrada, que a veces era tan numerosa como las organizaciones de militantes. Al principio, eran esas organizaciones las que llenaban los lugares más cercanos a la presidenta, pero poco a poco y con muy buen criterio esos grupos fueron dándole ese lugar privilegiado a los miles que concurrían a agradecer por haber mejorado sus vidas gracias a las políticas del gobierno. Esa decisión política no sólo era un gesto sino también el reconocimiento a los que acompañaban reconociendo la conducción de Cristina sin intermediarios.
En la primera vuelta de las últimas elecciones el resultado nos sorprendió a todos y cuando digo a todos no solo me refiero a los que votamos a Scioli, sino también a los que no lo votaron. La sorpresa fue generalizada e inmediatamente los que apoyamos al gobierno nos dimos cuenta que se podía perder, y perder significaba retroceder, dejar de recibir el beneficio de las conquistas logradas a lo largo de 12 años de gobierno popular. Un enorme temor nos invadió a todos y todas. La sensación era, por un lado, sentir que no se había cuidado lo conseguido y, por el otro, que nos quedaban unos días para tratar de revertir el resultado. Los sectores organizados y gran parte de los dirigentes se quedaron callados, sin poder digerir el impacto del resultado adverso, pero los "sueltos" reaccionaron rápidamente.
En un par de días los carteles escritos a mano, símbolo de una nueva manera de manifestar dónde esa persona o esa familia quiere dejar en claro su opinión, invadieron calles, tachos de basura, columnas, paredes, puertas, negocios, ascensores y todos aquellos lugares donde se podían pegar los cartelitos firmados por la familia Martínez, por dar un ejemplo. Esa gente es la que tomó su bandera y se convirtió en dirigente de su destino y constructor de su vida, como dice la jefa, sin consultarlo con nadie.
Tuve la suerte de participar junto a viejos y nuevos amigos, y me dí cuenta en seguida de que era el corazón el que dirigía esa maniobra desesperada por tratar de convencer a los familiares, amigos y vecinos que se podía estar en contra del kirchnerismo pero que Macri no era la solución sino un problema mayor. Quiero destacar que la mayor virtud de ese grupo que se multiplicó por miles en todo el país fue el respeto a los que pensaban distinto pero eran del palo, el reconocimiento de los errores cometidos que los otros señalaban y la convicción de que era necesario discutir horas porque la patria estaba en peligro.
Los organizados tardaron mas tiempo en reaccionar, es probable que el impacto y el tipo de organización les impidiera una respuesta más ágil.
El aporte que estos grupos "sueltos" están dando a la política es muy fresco, se comunican por las redes y las discusiones son públicas y sin filtros, lo que convoca a intervenir y aportar sin inhibiciones. Ya no parecen tan sueltos, encarnan una manera de intervención que me recuerda cuando aparecieron los blogueros K y se convirtieron en una lectura imprescindible para los que nos apasiona la política.
Desde los grupos organizados, imprescindibles para el sosteniemiento del proyecto durante estos doce años gloriosos festejan el aporte de decenas de miles, pero a veces se piensa que lo mejor que pueden hacer es incorporarse a las organizaciones y desarrollar desde ahí su militancia. Pienso que la frescura de "los silvestres" es tan poderosa que estuvo a punto de empatar el resultado electoral y últimamente armaron un lío bárbaro en Parque Centenario cuando miles de personas fueron a escuchar a Kicillof, provocando un hecho político que ni siquiera los medios pudieron silenciar.
Lo que sigue es una conversación en facebook que tiene que ver con estos temas y creo que ayuda a pensar cómo vamos a organizar la resistencia a este gobierno representado por los gerentes de los grupos concentrados que se quieren quedar con todo y más.
[Nota: la conversación se llevó a cabo el 15 de diciembre pasado].
[Nota: la conversación se llevó a cabo el 15 de diciembre pasado].
Guillermo Villalobos: La mayoría de los dirigentes estan calladitos, son los autoconvocados los que están poniendo el cuerpo.
Vale Parody: ¿Y de quién esperaban reacción? ¿De Insfrán o Urtubey? Siempre supimos que los leales eran pocos y después de la derrota mucho más.
Guillermo: Por eso los denuncio, para que quede claro. No todos sabemos cómo es la interna, hay mucha gente que no está metida como para tener la data. Somos muchos y no todos la tienen tan clara como vocé, tranqui.
Vale: Yo no la tengo "re clara". pero para saber un poco más, o para accionar mejor, me parece que sería bueno que los autoconvocados se organicen, que entren a la militancia activa, cada uno a la organización que mejor le parezca. Porque una resistencia desorganizada puede tener la mejor voluntad del mundo, pero si no la organizamos, se la van a llevar puesta.
Guillermo: Los empoderados están muy organizados y están mostrando una forma de militancia diferente, de la que hay que aprender. Las respuestas han sido brillantes y la capacidad de movilización más las convicciones logran que se movilicen inmediatamente y sean la mayoría de los presentes en cada movilización. Los carteles de mano propia son un claro ejemplo de compromiso personal que se refleja en el final del discurso de Cristina, donde destacó que cada uno era un dirigente que tenía que tomar decisiones propias, agarrar la bandera y salir a la calle. Los vicios de la militancia también influyen en los resultados electorales. Hace mucho que los "sueltos" son mayoría y, por lo que se ve, están tan comprometidos como cualquiera.
Vale: Nadie cuestiona el compromiso. pero el compromiso organizado en una fuerza política siempre es mejor. Además la tarea del momento, si queremos ganar en 2017 o volver alguna vez, es armar la fuerza política con la que podamos hacer eso. Lo dijo ayer Máximo: Un Frente Para la Victoria bien grande.
Guillermo: Pero están organizados de otra forma, tienen mucha frescura y saben cuál es la tarea del momento. Forman parte de esa fuerza política y hasta ahora son los que tienen la mejor capacidad de respuesta. Fijate que yo participo de varios grupos de 50 personas que discuten desde la mañana lo que va pasando en el día y donde aparecen propuestas que luego se plasman en la calle. No es casual que la madre de Máximo los haya destacado como lo nuevo y lo que hay que apoyar. "El pueblo empoderado" toma decisiones y llena plazas. Yo no iría con la solicitud de una agrupación a verlos, sino que iría a escucharlos.
Vale: No forman parte de esa fuerza política: la apoyan. Formar parte de la fuerza es afiliarse y sumarse a militar. Ese es el salto cualitativo que falta, a mi entender, a todo eso maravilloso que hacen que estás mencionando. Es mi forma de ver. Para mí hay que ir por más.
Mabel Bruni: ¿¿¿No forman parte?????
Guillermo: Esa es la parte que deberías reflexionar. Formar parte como a vos te parece no es garantía de nada, siempre depende de las decisiones que se tomen y de tu predisposición para discutirlas o acatarlas. Los autoconvocados estan mostrando una nueva forma de compromiso y de pensar la participación que no se afilia, pero aporta tanto como los afiliados. Son miles que estan preocupados, que casi modifican el resultado electoral, que ponen cartelitos en sus casas, calles, que discuten con sus familiares, que salen a las plazas a hablar con los que se confunden con la propaganda de los medios, que aprendieron a ser mas respetuosos con los que votaron a Macri producto de la influencia de Clarín. Creo que hay que escucharlos antes de tratar de encuadrarlos.
Mabel: Gracias Willy, mejor dicho imposible. Gracias.
Guillermo: Y gracias a Vale. La síntesis de la militancia y los empoderados puede ser una buena herramienta para enfrentar esta nueva época.
Vale: Es el salto cualitativo que se necesita, Guillermo, no es "encuadrarlos", "forzarlos", "silenciarlos", ni nada de eso negativo que decís. Nestor y Cristina nos devolvieron la política como herramienta de cambio: usémosla. Nestor y Cristina no llevaron las transformaciones que llevaron adelante con voluntad y autoconvocados: se organizaron políticamente. Sumarse de manera más orgánica no es ir por menos, es ir por más, y todo bien, pero la gran mayoría se despertó las últimas 3 semanas, cuando se venía a pique todo. No nos vengan a correr a los que estuvimos siempre o que estamos hace años. Y no es una guerra entre autoconvocados y militantes. Es buscar la manera de ocnstruir algo más fuerte entre todos. Esa es mi visión, respeto la tuya, pero doy igual la discusión porque me parece que armar la fuerza política es la tarea del momento. Si no, en 6 meses mucho de ese entusiasmo termina en las casas...
Mabel: Vale no entiende la pasión que tenemos los que nunca fuimos adoctrinados en nada.
Guillermo: Para no dar vueltas sobre lo mismo y respetar todas las formas, sólo quiero destacar que Cristina entendió la fuerza y el poder de sus "empoderados" en su último discurso como presidenta.
Vale: Sí, la entiendo, no confrontemos al pedo. Y no es "doctrina" estar organizado. No somos cuadrados. Estamos organizados de manera distinta. "Adoctrinados" también nos dijeron durante años los gorilas a los militantes. Llamarnos "adoctrinados" es una forma de desprecio a la política. Tiene algo de antipolítica esa posición para mí.
Mabel: Cristina siempre un paso más adelante, la amo, nunca milité porque vi mucho rosqueo personal y ego al pedo.
Vale: Si le preguntás a Cristina si los empoderados debieran sumarse a la fuerza, ¿qué prensas que te contestaría?
Mabel: Que son la unica fuerza vedadera, eso.
Guillermo: Ya respondió, Vale.
Vale: Claro. seguro, por eso ella fue toda su vida una autoconvocada (?).
Guillermo: Lo dijo en su último discurso. Hay que agarrar la bandera y salir cuano uno crea que es necesario y por decisión personal.
Vale: Claro. ¿por eso ella sólo salió cuando creyó "que era necesario"? Ella militó toda su vida.
Guillermo: Pero no seas cabezona. Las dos propuestas valen. Lo que pasa es que vos querés decirles a otros lo que tienen que hacer y ellos no te dicen nada, te respetan. Para sumar hay que escuchar.
Mabel: La política no se hace solamente en una unidad cantando la Marcha.
Vale: Sí, ambas valen, nunca lo negué. Pero tampoco sean cabezones ustedes, compañeros, y piensen también que para ganarle a Macri vamos a necesitar una herramienta más consolidada que la que tenemos ahora. Ustedes son valiosos y hacen falta.
Guillermo: Armala con los organizados, pero no pretendas que los otros hagan lo que vos creés que hay que hacer.
Vale: Somos pocos, Guillermo. Hacen falta más. Nadie los obliga. Hago una invitación.
Guillermo: Ok, yo no acepto, me gusta esta experiencia y te quiero como compañera de ruta. Abrazo.
Mabel: Perdón por meterme donde nadie me llamó, los que son como yo siempre van solos, pero decididos. Chau.
Vale: ¿Y no es mejor ir juntos?
Guillermo: Estamos juntos, cada uno a su manera.