La cara del noticiero de canal 13 del Grupo Clarín, Silvia Martínez Cassina, hace pocos días fue víctima de un episodio de violencia laboral en el Grupo. Al final del noticiero en que se cumplía un aniversario de Juana de Arco, ella agregó el comentario "y que siga la lucha". En un suelto anónimo del diario Clarín, un alcahuete cobarde de la patronal escribió. "ojo con la lucha, Silvia, mirá que esa Juana de la que hablan terminó quemada en la hogera". Martínez Cassina es conocida por su posición de apoyo a la Comisión Interna de los trabajadores de Artear, que la empresa persigue. Después de que trascendiera este gravísimo hecho, no hubo ningún descargo de la empresa por la amenaza de muerte publicada en el diario contra una de sus trabajadoras. [Ver acá]. En la marcha del viernes #Niunamenos, Silvia hizo sus primeras y hasta ahora únicas declaraciones después del episodio. Dijo:
"Me parece que fue un hecho gravísimo, que no se limita solamente a la misoginia, es un hecho de violencia de género, sí, pero es un hecho de persecución gremial que no es coyuntural, no es de ahora. Es la historia de Artear y, más allá, abriendo el panorama, es la historia del Grupo Clarín.
"No sé si es la empresa que más o que menos viola los derechos laborales. Se violan los derechos laborales, se precariza, hablemos de la flexibilización laboral del menemismo, que es de lo que yo tengo memoria y experiencia laboral. Pero me parece que un multimedios, con la infraestructura que tiene, con la inversión que hace en medios de comunicación, que precarice, que tenga los salarios más bajos en televisión, que se persiga sindicalmente, que se persiga la libertad de expresión: hay un cerco de miedo que está institucionalizado entre todos mis compañeros.
"Si vos me preguntás por la repercusión [de la amenaza de muerte que recibió desde una columna de Clarín], me siento fortalecida por esta semana que fue absolutamente conmocionante, por toda la respuesta de mis ex colegas, colegas, compañeros, que trabajaron conmigo, que ahora están afuera y se sienten liberados por poder expresarse y darme un apoyo y solidaridad.
"Adentro del canal todavía se acercan con miedo, no te miran a los ojos. Y yo no estoy diciendo que no quieren involucrarse o comprometerse. Tienen tanto miedo por las represalias que pueden venir que no lo pueden expresar. Yo creo que tiene que haber un punto de inflexión y ojalá este sea un punto de inflexión para todos mis compañeros. El silencio no es salud, como nos querían meter en la dictadura. El silencio, aunque uno voluntariamente no lo quiera, el silencio es cómplice.
"Desde el Grupo, nadie me llamó para preguntarme. 'che, qué está pasando con vos'. Nadie, absolutamente nadie".
- Sobre todo teniendo en cuenta el contexto del programa [donde dijiste] casi por casualidad la frase política [que siga la lucha] -le pregunta la periodista.
- Es que no es casualidad, todo se resignifica, nada es casualidad. Yo no vengo de un repollo. Yo tengo una historia de compromiso social y laboral. Mi participación en asambleas molesta. Lo que pasa es que no soy permeable a ninguno de los métodos de regalos, dádivas o a las posibilidades especiales, pero tampoco a las presiones, miedos y aprietes. Y evidentemente esto es una fórmula nueva, que yo no podía dejar pasar, y es un límite absoluto, es gravísimo. No es un redactor [el que escribió la amenaza de muerte en Clarín], es un jefe de sección que tiene 20 años en esa sección.