FUENTE: Observatorio de Políticas Públicas-MPE de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV).
El complejo productivo industrial electrónico está integrado por diferentes cadenas de valores: la “línea blanca” (heladeras y freezers, lavarropas, cocinas, termotanques, aire acondicionados, etc.), la “línea marrón” (televisores, reproductores de DVD y equipos de audio, incluso para automóviles) y la “línea informática” (celulares, tablets, notebooks, netbooks, etc.). Estos productos son los que aportan mayor valor agregado en la demanda de mano de obra intensiva y el desarrollo de nuevas tecnologías.
El complejo productivo industrial electrónico está integrado por diferentes cadenas de valores: la “línea blanca” (heladeras y freezers, lavarropas, cocinas, termotanques, aire acondicionados, etc.), la “línea marrón” (televisores, reproductores de DVD y equipos de audio, incluso para automóviles) y la “línea informática” (celulares, tablets, notebooks, netbooks, etc.). Estos productos son los que aportan mayor valor agregado en la demanda de mano de obra intensiva y el desarrollo de nuevas tecnologías.
Históricamente en Argentina este sector productivo se concentró en tres regiones: Capital Federal, Gran Buenos Aires y Tierra del Fuego. En los años 80, 152 empresas daban trabajo a 15 mil técnicos y profesionales. A fines de la década del 90, por la apertura indiscriminada de importaciones y el proceso de desindustrialización, quedaron solamente 129 empresas con su planta laboral reducida a un tercio. Las multinacionales radicadas en el país redujeron su actividad de desarrollo y fabricación. La apertura económica y el deterioro del tipo de cambio propiciaron la consolidación del modelo de montaje de partes importadas. Debido a la crisis económica de principios del nuevo siglo las importaciones de productos electrónicos cayeron abruptamente.
Este proceso se revirtió en el período 2003/2009 como resultado de dos políticas claves: la restricción de la importación de bienes finales y los incentivos fomentados por el gobierno nacional (impositivos, laborales, tecnológicos).
Entre 2010 y 2015 empezó una nueva etapa que no solo alentó la inversión productiva, sino que también fomentaba el consumo mediante políticas como Precios Cuidados, Ahora 12 o el Plan Canje de Electrodomésticos. Las ventajas impositivas concedidas al régimen industrial de Tierra del Fuego lograron nuevas inversiones que facilitaron el aumento de producción de teléfonos celulares. En 2009, con la creación del sistema de televisión digital terrestre, nació el mercado de equipos conversores para TV digital por aire. Se produjeron más de 1.200.000 unidades.
En 2010, la línea blanca alcanzó nuevos récords de producción, con aproximadamente 1.100.000 lavarropas, 700.000 heladeras y 620.000 cocinas fabricadas en un año. Como ejemplo, el 80% de las heladeras que se vendían eran fabricadas en el país, mientras que en 2003 era de apenas el 30%. Entre 2008 y 2010 se vivió un proceso de sustitución de importaciones que implicó el ahorro de divisas por más de 50 millones de dólares. Entre 2003 y 2011, la producción de heladeras creció 451%, la de lavarropas un 239% y la de cocinas 248%. En los primeros 6 meses de 2012 la línea blanca marcó un nuevo récord de ventas con un crecimiento de 2% respecto al mismo período de 2011. En ese período, el 90% de las heladeras y lavarropas que se vendían eran de producción nacional, y en el caso de las cocinas llegó a un 100%.
Gracias a políticas destinadas a subsidiar la producción y a incentivar el consumo crecíó la industria local, aumentaron los puestos de trabajo y se promovió el desarrollo tecnológico, se ahorraron divisas destinadas a la importación de bienes de consumo y se desarrollaron las industrias conexas.
A partir del gobierno macrista este paradigma productivo fue interrumpido. La ausencia de control del tipo de cambio a partir de diciembre de 2015 encareció la importación de insumos destinados a la industria electrónica. La pérdida del poder adquisitivo de los salarios debida a la devaluación y la enorme suba de tarifas de servicios públicos aplastaron el consumo y redujeron las ganancias de las empresas. La quita de aranceles a la importación de productos finales, que apuntaban a la protección de la industria local, fue el golpe de gracia para desencadenar una grave crisis del sector.
En el último tiempo el régimen fueguino fue puesto en discusión. Desde algunos sectores se plantea que lo mejor que se puede hacer es eliminar la promoción, sin considerar las consecuencias que esto trae en materia de pérdida de empleos, de decrecimiento económico y cómo afecta negativamente en la dinámica social de este polo industrial sureño.
La producción de reproductores de video tuvo una caída del 46%, las cámaras fotográficas cayeron un 59%, los aires acondicionados para automóviles tuvieron una baja del 16% y las notebooks, netbooks y tabletas bajaron 23%. Estas comparaciones se realizan entre 2015 y 2016.
La producción industrial proveniente de las PyMEs mostró caídas interanuales en 13 meses de los últimos 15.
Los aumentos en pesos de la venta de electrónicos y electrodomésticos fueron detrás de la inflación de 2016. Tomando la inflación anual del 41% de 2016, el monto de las ventas de equipos de aire acondicionado estuvieron 36% por debajo de la inflación, las computadoras y accesorios informáticos un 43%, los televisores, DVD y filmadoras un 20% y los equipos de audio, radios y similares un 30%.
Como efecto de la recesión, bajó la importación de componentes electrónicos destinados a la producción local de artículos terminados. Comparando el promedio de los 5 primeros meses del año 2011 a 2015, contra los primeros 5 meses de 2016, la caída es del 11%; en 2017 esta caída se pronuncia hasta el 23%.
La importación de productos terminados aumentaron durante los primeros cinco meses de 2017 en comparación con 2016: en productos como licuadoras (269%), batidoras (185%) y lavarropas (73%), entre otros.
Las compras desde el régimen promocional fueguino entre los primeros cinco meses de 2016 y 2017 cayeron 17%. Las exportaciones de productos electrónicos también cayeron, por segundo año consecutivo.
La caída de las ventas y de la producción derivó en despidos, suspensiones y reducciones horarias. Los sectores relacionados a la fabricación de computadoras y artículos de radio y televisión perdieron más de 2.000 empleos entre el tercer trimestre de 2015 y mismo período 2016.
De acuerdo con estimaciones privadas, las ramas de la industria manufacturera con base electrónica llegaban en 2015 a unos 14 mil trabajadores en Tierra del Fuego; en la actualidad llega apenas a 7 mil empleos (en solo 18 meses se perdió el 50% de la planta laboral).
La producción de electrodomésticos y artículos electrónicos tuvo un fuerte retroceso en el año 2016 debido a un conjunto de políticas económicas. Se produjo una caída en unidades en 11 meses del año 2016 respecto a mismos meses de 2015 para la producción de reproductores de video. En el año 2015 se produjeron un total de 278,88 millones de unidades, mientras que 2016 totaliza 149,65 millones de unidades (una caída del 46%).
En todo el país, el empleo disminuyó un 14% en el sector de fabricación de receptores de radio y televisión, aparatos de grabación y reproducción de sonido y video, pasando de 10.615 trabajadores en el tercer trimestre de 2015 a 9.160 en el mismo período de 2016. La fabricación de transmisores de radio y televisión y de aparatos para telefonía y telegrafía perdieron un 11% de trabajadores (de 2.459 a 2.190 entre el tercer trimestre 2015 y 2016). Los trabajadores dedicados a la fabricación de equipos eléctricos bajaron de 5.355 a 5.132 (-4%). Finalmente, el empleo en la fabricación de maquinaria de oficina, contabilidad e informática retrocedió 8% (de 5007 trabajadores a 4.625 entre el tercer trimestre de 2015 y 2016.
La eliminación de aranceles a la importación de computadoras (del 35% al 0%) fue promocionada por el gobierno como la solución para bajar los precios de estos artículos. La medida presentada por el Ministerio de Producción, y especialmente por la Secretaría de Comercio, preveía que los precios de las computadoras bajarían un 50% a partir de la eliminación de los aranceles dispuesta el 1 de marzo de este año. El gobierno esperaba que los precios fueran similares a los que se consiguen en las grandes cadenas de electrodomésticos de Chile, hacia donde viajan todos los fines de semana miles de argentinos atraídos por las diferencias de precios. Pero esa diferencia de precios está muy lejos de lo anunciado por el gobierno. Los precios de los artículos de informática y electrónica importados bajaron en forma insignificante. A partir de la apertura de la importación, la disminución de los precios de las notebooks, netbooks y tabletas no fue del 50% como fijaba la estimación del Gobierno, ni tampoco 35% -que fue el monto de los aranceles eliminados-. Según estimaciones del Observatorio de Políticas Públicas-MPE de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), los precios bajaron tan solo 14,28% en casos muy puntuales.