Yo miro por el día que vendrá
hermoso como un sol en la ciudad
y si me escuchás bien creo que entenderás
porque yo esperé en vano
que me dieras tu mano
de mis huesos la humanidad
debes salvar.
Los magos, los acróbatas, los clowns
mueven los hilos con habilidad
pero no es el terror a la soledad
lo que hace a los payasos
uno rojo, otro blanco
y a los viejos romper la voz
para cantar.
Oye, hijo, las cosas están de este modo
una radio en mi cuarto me lo dice todo
no preguntes más
tenés sábados, hembras y televisores
tenés días para andar aún sin los pantalones
no preguntes más.
Siempre el mismo terror a la soledad
me hizo esperar en vano
que me dieras tu mano
cuando el sol me viene a buscar
a llevar mis sueños al justo lugar.