La actitud de nuestro pueblo frente a la debacle macrista es madura e inteligente.
Sabemos que vienen tiempos económicamente duros y una probabilidad de que intenten una retirada caótica y violenta.
Pero el pueblo argentino aguardó el momento exacto para darle al desquicio macrista un remate poderoso sin haber caído nunca en sus provocaciones.
Obviamente, la tradición peronista nos ayudó a aguardar con paciencia el momento preciso, todo en su medida y armoniosamente.
La clave de esta victoria política es que logramos sumar a las esquivas clases medias. Los desempeños de Alberto y Kicillof fueron claves para esto.
También esta reposición de las clases medias es clave en el desconcierto y la desorientación en que está sumido el macrismo. Se pensaban que la tenían atada y la perdieron.
La autoría de esta construcción política es de Cristina. Todo empezó con su mensaje del 18 de mayo. El resultado de esa idea se vio este domingo.
Ahora empieza otra etapa de muchas dificultades también, pero más esperanzada.