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USA: una voluntad de poder gira en círculos en el vacío

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Vale la pena leer este excelente texto de Damián Selci, "Introducción a la pandemia".

"Quizá nunca vimos tan desorientado al capital financiero y sus voceros. Tal vez solamente en 2001, después de la gran crisis de la deuda, cuando todo lo que oliera a “mercados” apestaba. Hoy pasa lo mismo, pero a nivel mundial, y por ende de manera mucho más aguda y crítica. Además, mientras China y Cuba mandaban insumos médicos a países europeos, la reacción de los presidentes neoliberales del mundo fue pésima. Con los literalmente soberbios fracasos de Trump, Boris Johnson o Bolsonaro, queda claro que la derecha internacional no posee hoy la conducción ideológica de la crisis. La derecha se siente cómoda cuando los temas son el narcotráfico o la inmigración. Ante la pandemia, notoriamente, enmudeció"  dice Selci.

Mientras lo leo, los canales de noticias internacionales informan sobre un despliegue de buques de guerra, aeronaves y tropas norteamericanas en el Caribe y el Pacífico, como parte de una operación antinarcóticos diseñada para frenar el tráfico de drogas en la región, especialmente frente a las costas de Venezuela.La operación está bajo el control del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de USA. Trump la denomina "la operación antidrogas más grande de Occidente” y asedia explícitamente a Nicolás Maduro: “El régimen venezolano se beneficia del narcotráfico”.




William Barr, del Departamento de Justicia yanqui, dijo que, pese a que gran parte de los esfuerzos “están centrados en el COVID-19, una de nuestras mayores prioridades debe seguir siendo la destrucción de los cárteles mexicanos. Su tráfico es, en gran medida, responsable de la muerte de 70.000 americanos al año”.



Hoy, USA tiene la mayor cantidad de casos (367650) de infectados por Coronavirus, el equivalente a la suma de los infectados españoles, italianos y alemanes y cuatro veces más que los casos reportados en China, con una cantidad de muertes que creció exponencialmente en los últimos días: más de 12 mil, a un ritmo que hace posible que en pocos días supere la cantidad de muertes de todos los países. No es producto de una casualidad: Donald Trump tuvo hasta hace poco una actitud negacionista acerca del peligro de la pandemia, aduciendo que se trataba de una simple gripe que no podía detener la actividad económica de la nación. Por eso es curioso el despliegue bélico norteamericano en el Caribe, justo en este momento, con la presunta intención de atacar el "flagelo del narcotráfico". Cualquiera diría que se trata de una fuga hacia adelante en medio de una catástrofe autoinfligida. El volumen de la mentira al que el poder norteamericano es capaz de apelar en medio de tanta muerte impresiona. Impresiona también que este desastre no ocasione ningún repudio enérgico de esa sociedad. La población parece aceptar la conducción desastrosa de la crisis humanitaria sin reaccionar.

¿Es que la derecha implota en pura voluntad de poder, sin razones?

Nietzsche había dicho hace más de 130 años: ""Somos, con mucho, los más fuertes entre los fuertes. Ni siquiera necesitamos la mentira: ¿qué otro poder podría prescindir de ella? Una fuerte seducción lucha por nosotros, quizás la más fuerte que haya: la seducción de la verdad... ¿de la verdad? ¿Quién me puso esta palabra en la boca? Pero ya la vuelvo a sacar, desdeño la orgullosa palabra: no, tampoco necesitamos la verdad, llegaríamos al poder y a la victoria también sin la verdad. El encanto que lucha por nosotros, el ojo de Venus que cautiva y enceguece hasta a nuestros enemigos, es la magia del extremo, la seducción que ejerce todo extremo: nosotros, inmoralistas, somos los extremos".

¿Qué relación hay entre voluntad de poder y extremo? La voluntad de poder es querer siempre más poder. No reconoce límites. No puede limitarse a conservar el poder sino que tiene que acrecentarse: porque, cuando el poder sólo se conserva, entonces empieza a perderse. Solamente hay una forma de poder: querer poder siempre más, sin mesura, dionisíacamente. Una dinámica que dispara a la humanidad hacia arriba, sin techo. Nietzsche caracteriza este impulso como una voluntad pero, curiosamente, se trata de un poder que nadie puede detener. ¿La voluntad de quién?

Qué pena la lectura estetizante que hicieron los franceses de Nietzsche, cuando ponían "creación artística" donde él escribía "poder". Cuando celebraban como una liberación la renuncia a la verdad. Hoy el poder bélico norteamericano dispuesto a "enfrentar al narcotráfico", desplegando su capacidad destructiva en el Caribe, mientras mueren decenas de miles de norteamericanos por un virus al que el gobierno no quiso detener, es la mejor encarnación de la voluntad de poder. El negacionismo de Trump está provocando más muertes en su territorio que las que ninguna amenaza bélica haya logrado jamás. Esta perfecta encarnación de la voluntad de poder "que no necesita de la verdad", según Nietzsche auguró antes de desmoronarse, es también el desmoronamiento de la supremacía norteamericana. Trump abrazado a un caballo.



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