por César Colman
No es novedad que este 2020 es un año atípico que nos tiene desde sus inicios entre la cachetada de la pandemia y la vigilia de una vacuna. Y la música, como no podía ser de otra forma, no se mantuvo aislada de este contexto. Se cancelaron todas las presentaciones en vivo, fallecieron distintas personalidades del ambiente, y la vía de comunicación más usada fue el efímero encuentro de algunos artistas con el público vía streaming. Por último el contacto, ya más directo, vía red social, que en algún caso pudo decepcionar.
Yendo a los mejores discos de este año, como siempre sin orden de preferencia:
Paul McCartney - McCartney III
Qué simple parecen algunas cosas cuando tenés 78 años y sos un Beatle, porque la cuestión aquí es la dignidad. Paul McCartney está lejos de las giras de reuniones y megaeventos en torno a la nostalgia que hacen algunas bandas o solistas con los que lidiamos. Y se hace evidente que no concibe su música de esta manera, entonces resulta que el tercer disco de su propia producción lo creó y produjo prácticamente en la soledad de la granja de su hija. Recordemos que McCartney I fue lo primero que hizo ni bien se separaron los Beatles y que diez años después publicó McCartney II, en el año que trajo la disolución de los Wings y también el asesinato de Lennon. Ahora McCartney III es un disco que plasma una variedad de estilos aunque no represente ninguna novedad. Quizá porque fue concebido mientras regaba las plantas y esperaba, como casi todos nosotros, que todo esto pase.
Tame Impala – The Slow Rush
El antaño músico independiente y líder de Tame Impala, Kevin Parker, se ubica ahora en el lado opuesto. Para él llego el momento de apegarse al formato de canción más tradicional. El paso delante de la banda se da en pos de un lugar en la electrónica, el funk, pop y hasta la música disco. La psicodelia que conocíamos de ellos tiene una vuelta de hoja y se llama The slow rush.
Gorilaz – Song Machine, Season one: Strange timez
Damon Albarn es de esos artistas que siempre tienen la necesidad de estar haciendo algo. Un disco presentado en episodios y con invitados. Desde Robert Smith en “Strange timez”, Beck en “The valley of pagans”, St. Vincent en “Chalk tablet towers” hasta Elton John en “The pink phantom”, o Peter Hook en “Aries” entre otros invitados. Hacen que las canciones lo conviertan en un disco con un atractivo sorprendente.
Menciones especiales:
AC/DC – Power up
Lo mismo de siempre, aunque Malcolm y los muchachos estén un poco veteranos, pero esto es solo rock and roll… Ojo, no es Back in Black ni Highway to hell.
Pearl Jam – Gigaton
Sin que nadie espere nada de ellos, vuelven con un disco que simplemente suena a Pearl Jam. Es lo de siempre, entre el sonido clásico de la banda y la inconfundible voz de Eddie Vedder. Pero también aparecen otras influencias, como el caso de “Dance of the clairvoyants”.
Spinetta - Ya no mires atrás
Más grabaciones encontradas del flaco, a quien parece que la inercia de su música desborda aún hoy, tras ocho años de su fallecimiento. Este es su segundo disco póstumo.