Y, avisados en sueños [los magos] que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino.
Después que ellos se retiraron, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.»
El se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes...
Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había sido precisado por los magos.
(Mateo, 2, 12-16.)
Me comenta mi amiga Ana Fioravanti:
"...la Navidad no es el shopping center, la boludez del papá Noel y la familia unida alrededor del arbolito; la Navidad es, sobre todo, el sufrimiento, la persecución y los intentos de aniquilar el amor aun antes de que nazca".
Y podría agregar que el amor nació pese a todo, en medio de la pobreza y la persecución. Y el mundo se olvida cada navidad del sentido de todo el relato y de lo que la imagen del pesebre significa.
Esta noche, antes de ponerse en pedo e intoxicarse, acuérdense un cacho de Herodes.