Cine físico
por Oscar Cuervo
"Cine físico" es la fórmula que la crítica contemporánea utiliza para legitimar estos productos. Se trata de un lugar común al que se acude sin poner el concepto en tensión problemática con la obra comentada. Es un atajo de quien tiene que comentar x cantidad de películas por semana que no brindan demasiados aspectos comentables. Es el tipo de retórica que hace que un derrame fecal de la nueva comedia americana pueda volverse un momento epifánico, o que una película dirigida a espectadores con cierto retardo sea elogiada como una vuelta a los días felices de nuestra infancia (en casos así es conveniente escribir en primera persona del plural). Hay un puñado de estos lugares comunes que permiten abarcar el 80 % de la producción cinematográfica: el valor de la amistad inquebrantable, la conciliación con la belleza del mundo y la nobleza viril de los héroes que cumplen con su deber sin mayores dilemas.
por Oscar Cuervo
"Cine físico" es la fórmula que la crítica contemporánea utiliza para legitimar estos productos. Se trata de un lugar común al que se acude sin poner el concepto en tensión problemática con la obra comentada. Es un atajo de quien tiene que comentar x cantidad de películas por semana que no brindan demasiados aspectos comentables. Es el tipo de retórica que hace que un derrame fecal de la nueva comedia americana pueda volverse un momento epifánico, o que una película dirigida a espectadores con cierto retardo sea elogiada como una vuelta a los días felices de nuestra infancia (en casos así es conveniente escribir en primera persona del plural). Hay un puñado de estos lugares comunes que permiten abarcar el 80 % de la producción cinematográfica: el valor de la amistad inquebrantable, la conciliación con la belleza del mundo y la nobleza viril de los héroes que cumplen con su deber sin mayores dilemas.
Si hiciéramos un relevamiento de la crítica cinematográfica neo-con, habría que suponer que el cine de los últimos 15 años se pobló de momentos epifánicos, de amistades inquebrantables, de pura fisicidad y de nobles servidores públicos. A veces se pueden usar varios clisés para comentar una sola película. A veces, como en Misión Imposible: Protocolo Fantasma, sólo resulta tolerable emplear uno -"cine puramente físico"-, con una apelación lateral a la felicidad que esa limitación nos produce. Un poco más forzadamente se puede destacar que la energía viril de Tom Cruise y la luminosa sonrisa con que encara las misiones que se le asignan nos concilian con la belleza del mundo. El repertorio es un poco limitado, pero el lector tiene que hacer su esfuerzo por conectarse con estas sensaciones tan placenteras.
¿Qué es un cine "puramente físico"? ¿Y cómo se asocia esa privación ("puramente" significa que no hay nada más) con la felicidad? Es cierto que Misión Imposible: Protocolo Fantasma está privada de muchas cosas, pero dudo de que "fisica" sea una palabra que menciona con precisión su positividad. No todas las ramas de la física son igualmente exploradas en la película: yo más bien diría que predomina la física mecánica, pero hay que admitir que "una película mecánica" no suena tan bien. Por ejemplo: no encuentro en el desarrollo de la película ninguna alusión al principio de entropía ni al de indeterminación, y sí profusas apelaciones a la ley de gravedad, al principio de inercia, a la energía cinética y la energía potencial. Digamos, más newtoniana que otra cosa. De todos modos no desdeñaría el uso -no declarado- que hace esta cinematografía de la psicología conductista en su vínculo con el espectador: el esquema constante es estímulo-respuesta, en el cual la variación viene dada sólo por el aumento de la intensidad del estímulo: un sonido estridente (con los volúmenes que es capaz de manejar actualmente la tecnología de audio) produce un sobresalto involuntario. No se demandan respuestas más complejas del tipo que se sentó en la butaca después de pagar su entrada: a lo sumo que se vaya feliz. Un crítico le remarcará entonces la belleza de un mundo puramente físico. Y después todo se olvidará (la memoria es una actividad impura) hasta el próximo tanque.